José María Carbonell, Cambio Total.
Que su destrucción es una imperiosa necesidad ya nadie lo
duda. Que es la institución más corrompida, no necesita comprobación. Que nadie
cree en ellos, junto a los militares, tampoco. Que el 99% de ellos son elegidos
por la ”democracia” colombiana de compra de votos –reconocida por el cantante
vallenato Jorge Oñate, primo de los Gneccos narcotraficantes y para-militares, ”socios”
de ´”Marquitos” Figueroa-, amén de coacción a jurados y electores, todo el
mundo lo sabe.
Hablamos del Congreso colombiano, en éste caso del Senado.
Mas ahora, con la llegada de ”el mesías” del
narco-paramilitarismo, Uribe Vélez, más conocido como Uribhitler, se ha
convertido en un circo total. Si antes pasar por la calle y carrera en donde
están sus edificios se sentía un olor de corrupción, ahora se convertirá en una
nueva atracción.
”Vengan, señores y señoras, a presenciar el acto más
inverosímil del ”loquito 82”, su último acto. ”Te voy a dar en la jeta, marica!”.
La locura de Uribhitler lo ha llevado a creerse todo lo que los medios
oligárquicos dicen de él. Como todo enano se cree un ”gigante”. No es más que
un ”cíclope” que es vencido por la astucia de sus enemigos políticos.
Que si el ”efecto teflón”. Que el ”intocable”. Que el ”innombrable
82”. Que el ”gran político”. Etc, etc, etc.
Y en el desborde de su locura, cree que él es un ”berraco”,
sin darse cuenta que lo tienen de marrano, haciendo la tarea de los militares.
Ja, ja, ja. Se cree ”informado” porque los militares en todo le país le pasan ”chivas”
para torpedear el proceso de Paz de La Habana. No se ha dado cuenta que todo ha
sido orquestado ”desde arriba”, desde la cúpula militar, y él, ahí, cumpliendo
su tarea. Pobre diablo!
Quiere hacer abortar el proceso de La Habana para después
llegar él a ”recomponer el país” a ”su imagen y semejanza”
narco-paramiltiarizada. Su delirio –no causada por ninguna fiebre- es causado
por su psicopatía y su esquizofrenia.
Habrá que llamar al Dr. Ternura –otro prófugo de la justicia
colombiana- para que le aplique sus dosis sedantes. Y a todos encerrarlos en
Cómbita para que les den ”electrochoques” a ver si así recuperan el buen
juicio. O si no, hacerles la lobotomía. Porque esos, no tiene arreglo por parte
de ningún médico. Allí la ciencia se mostró incapaz.
Mientras, el ”circo” sigue dando todos los días su función…
Publicar un comentario