Por León Triba.
13 DE AGOSTO 2014
Yo lo se, vendrá un día
en que la bandera de Palestina
saludará libre a todos los pueblos
desde su tierra sagrada,
desde su corazón identitario,
renacerá en la memoria de su piel.
“Entonces dijo dios:(Génesis 1:24-26)
Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza”.
No puede ser verdad,
esta especie llamada hombre
seguramente fue creada un lunes,
sus defectos son como los Ford
de la industria del taylorismo.
Por eso solo fue posible aspirar
a otro mundo cuando
en la esclavitud de la carne
hicieron la mujer.
Después de ella vino la ternura,
nació el amor y la solidaridad:
“Buscad a todos los humildes,
buscad, justicia porque en los pobres
tengo sed de ella”.
En la fraternidad de la sonrisa
en los lazos de las manos
nadie puede se capaz
de romper la ruta a la libertad.
La magia de la palabra,
la alegría del mitin
la bandera ondeando
y en los espejos del polen
el aleteo del viento
teñido con la sangre
de cañones y misiles,
en ese grito grotesco
de los generales israelíes asesinos.
(Jeremías 36:1-4) “toma un rollo de libro,
y escribe en él todas las palabras
que te he hablado contra Israel”
Ellos saben que van a matar
-pero no les importa-
Invocan a sus enemigos
al atemorizante discurso de Hitler
al oscuro camino del holocausto
y repiten una y otra vez la muerte
sin respetar el tribunal de la historia.
Matar, asesinar, torturar
esa es la arrogancia
ese es el nuevo evangelio
en el discurso del sionismo,
y en nombre, no sabemos de que ley,
en el tránsito de la estupidez
en pleno modernismo
siguen madurando el asco
de sus frutas de la muerte.
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