Cambio Total.
El pueblo colombiano tiene muy clara la cuestión. Los
dos candidatos oligárquicos –Santos de derecha, Zuluaga de extrema derecha
mafiosa- representan las posturas al interior de la oligarquía en torno a cómo
manejar el país. Por un lado, la derecha tradicional que siempre ha aplicado el
Terrorismo de Estado y los planes económico-militares diseñados en los centros
de poder del imperio, creó al monstruo de mil cabezas empotrado en lo que
genéricamente los colombianos llamamos los “enemigos de la Paz”, conocidos con
el remoquete de extrema derecha mafiosa –así significan que están dispuestos a
todo, hasta el asesinato-, ambos quieren manejar seguir manejando el poder para
aplicar las políticas de hambre, represión y guerra que todos los gobiernos
oligárquicos, sin excepción, les aplican todos los días a los colombianos
pobres.
De esta manera, precisamos en primer lugar que gane
quien gane seguirán las mismas políticas. Una menos “dura”, otra asesina con
sevicia; una asesina a cuenta-gotas para que nadie se dé cuenta y los otros
asesinan a montones. Ambos, por igual polarizan la sociedad y por ello la
militarización de la vida nacional es una constante.
Ahora bien, qué posición ha optado el pueblo en este
momentos? “Análisis concreto de la situación concreta”. Ya hemos visto que la
Marcha Patriótica, ante esta situación, resolvió meterse en el debate electoral.
La U.P. y el PDA metidos de lleno en el debate electoral –única razón de su
existencia- seguirán metidos apoyando al candidato-presidente Santos. El MOIR –clase
media- ha seguido su vergonzante papel de ser apoyador del uribismo.
Los revolucionarios hemos sido analíticos en todas las
situaciones políticas. Para nosotros no es lo mismo un gobierno de derecha que
uno fascista. No es lo mismo un gobierno que respeta las diferencias y al
opositor –así los maten a cuenta gotas los “enemigos de la paz”-, a que la
sociedad entera sufra el señalamiento, la persecución y la estigmatización, que
lleva también al asesinato, del movimiento popular en su conjunto.
Por ello, en el momento actual, las diferencias –sutiles
si se quiere- entre Santos y Zuluaga-Uribe son fundamentales al tomar posición
política. Lógicamente que estaremos con Santos, quien representa los ideales de
la Paz –así no hayan sido defendidos por el presidente con la contundencia que
debería-, y nuestra lucha, como siempre, va más allá de lo enunciado por
Santos. Sabemos que Santos no es un “adorador” de la Paz. Por el contrario. Mas
a su favor gravita el hecho de haber tenido obligadamente que sentarse a
dialogar con las FARC-EP. Los Acuerdos –parciales desafortunadamente- son un
gran paso adelante en la solución política al conflicto interno. Es mil veces
preferible que estén viendose las caras y discutiendo en la Mesa de La Habana
que un diálogo de sordos de fusiles y bombazos.
Evidentemente que queremos un Cese
Bilateral de Fuegos para avanzar en la Mesa sin el ruido ensordecedor de tiros
de fusil y bombazos, ya que los que mueren en la confrontación son hijos del
pueblo. En la guerra no ha caído ningún hijo de Uribe, de Zuluaga, de Londoño,
etc, porque ellos gustan de la guerra pero que la hagan los otros, los pobres,
que tienen que prestar obligadamente el servicio militar o venderse por un
mísero salario como “soldados profesionales”, mercenarios.
Debemos avanzar en la defensa del proceso de Paz de La
Habana ya que significa la esperanza para nuestro pueblo. Queremos enrumbar
nuestro país hacia la Paz –la firma de los Acuerdos sería apenas el primer paso
en ese sentido-, y Paz significa modernizar el país, atacar las causas que
generaron el conflicto interno, y democratizar la vida del país, acabando el
militarismo de la vida de la sociedad colombiana. No hemos llegado aún ni al
primer paso, pero estamos contentos que la organización popular FARC-EP siga
luchando por conseguir ese primer paso. Adelante!
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