Las desavenencias de los matrimonios son pan de cada día. Y no hay nada más fuerte que la unión de clases en un matrimonio ya que ahí sí no hay posibilidad que se griten unos a otros que "tu no eres de mi clase".
Por eso es que yo no me como el cuento del "divorcio" entre JuanMa y Uribhitler. No ven que los dos son las mancuernas del neoliberalismo, o lo que es lo mismo del imperio, que ese sí cuando le da por hacerlos arrodillar pues lo hace. Como es posible entender la "pelea" entre JuanMa y Uribhitler si los dos defienden la "propiedad privada", uno la de los empresarios y financistas y el otro la de los terratenientes-ganaderos. Son cara y sello de la misma moneda. La del Estado burgués. Que avala la explotación del hombre por el hombre. Que mantiene su poder con corrupción y a sangre y fuego.
Ese binomio malévolo defiende el "libre mercado" y viven genuflexos ante el "oro americano". La importancia de ambos ha sido relativa. A veces uno es el jefe, a veces es el otro. Ciertas veces los amigos de uno -Uribhitler- amenazan al otro -JuanMa-, como cuando "Jorge 40" lo hizo con Santos. Otras veces juegan a las trapisondas. Y hasta se enojan, como los matrimonios. Pero ellos se "quieren tanto" porque son tan iguales y diferentes al tiempo que no importa si el edificio se esté cayendo a pedazos siempre y cuando siga en sus manos. Así sea decrépito pero es suyo...
Por eso da grima ver los resultados electorales del domingo. Al 70% de los inscritos en el padrón electoral le importó un "sieso" las propuestas de los "grandes" electores de la oligarquía. Es más, los partidos tradicionales no pudieron sobrepasar su umbral, es decir, el 21%. Sería interesante que Allende La Paz hiciera uno de sus acostumbrados análisis para que veamos la cruda realidad.
La derrota del binomio
Esos partidos oligarcas metieron plata, medios, armas, paramilitares, presión, etc, y salieron derrotados. A duras penas alcanzaron el umbral oligárquico, el 21%. Es que esos partidos -más que un bulto de canela- ni con promesas de beca, carro, casa, plata, amenazas de las fuerzas militares-narcoparamilitares, etc, son capaces de sobrepasar su "umbral".
Ahora salen con el cuento del uno denunciando al otro dizque porque cometieron fraude. El desmemoriado Uribhitler no se acuerda la cantidad de delitos que ha cometido en su largo peregrinar delincuencial. No recuerda el bandido que fue elegido la primera vez por fraude en la Registraduria de Santa Marta. Cometió delito para cambiar el "articulito" que le permitió la re-elección (cohecho con Yidis y Teodolindo a bordo). Cometió delito al permitir que los congresistas narco-paramilitares aprobaran sus anti populares políticas. En fin, tantas y tamañas violaciones y fraudes que podemos decir que el primer fraude que Uribhitler cometió es el mismo. El fraude de creerse el "Mesías" le impide ver la realidad de la cárcel en La Haya.
Los errores de la "Izquierda"
La izquierda también cometió sus errores. La UP todavía a estas alturas cree en la legalidad burguesa. Le revivieron la personería jurídica y creyeron que alcanzarían la máxima votación y no exigieron lo que debían exigir. O les entregaban las curules que tenían en el momento del exterminio o se retiraban de la contienda electoral porque lo que estarían haciendo -y lo hicieron de hecho- fue avalar la maltrecha "democracia burguesa" del estado colombiano. Igualmente el PDA. Creer en la "democracia" de un régimen fascistoide -así trate de mostrar su cara "democrática"-, es creer "el cuento del gallo capón".
Mientras no se vea claro, participar en las elecciones en estos momentos y sin ninguna garantía es el camino más fácil para el entierro, y no hablo solo del político. Evidentemente que la pauta la mostró la Marcha Patriótica, la cual analizando concretamente la situación del momento decidió no participar en el circo electoral y guardar sus fuerzas para preparar las movilizaciones de masas de este año. La falta de garantías pesó en la decisión de la Marcha Patriótica, al punto que una vez la Marcha manifestó que se marginaba -por ahora- del debate electoral de inmediato cesaron los asesinatos de sus miembros.
El mensaje enviado por la oligarquía fue, entonces, que todo aquel que amenace la estabilidad del decrépito estado burgués será blanco militar de las fuerzas militares-narcoparamilitares. Contra esa amenaza y realidad tenemos que contraponerle una fuerte manifestación de las masas populares que les impongan a los sectores fascistas la realidad que el pueblo no le camina a las propuestas oligárquicas y que vamos a caminar nuestro propio camino. Dependerá de la oligarquía y su amo imperial si en esa movilización de masas juegan o no papel predominante la lucha armada o si por el contrario juegan su papel las formas más civilizadas de hacer política.
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