Allende La Paz, Cambio
Total.
« Control,
control, llamando a control! ». Ese pareciera ser el llamamiento que hace una persona que está en una « sala
gris » de hacer inteligencia militar. Quiénes tienen acceso a una de esas salas? Muy
poquísimas personas. Para
saber qué hacen toca hacer una investigación encubierta o recibir la información
de un poder que no esté interesado en que las cosas se sigan haciendo así.
Viene entonces analizar desde el punto de vista burgués
y valorar si el estamento militar está cumpliendo su compromiso de lealtad con
la clase oligárquica que le dió vida, sustento y apoyo irrestricto –hasta tener
que « tragarse tremendos sapos »-, o si por el contrario se ha
convertido en una « clase », una
« super clase » que está por encima de las otras clases,
especialmente por encima de la clase oligárquica.
Las fuerzas
militares colombianas no están
sujetas al poder civil. No le
merece, ni siquiera, acatamiento a lo que debe ser una línea de mando. Ellas
responden ante sí y por sí, y se arrogan el derecho de responder solamente ante
sus amos gringos.
O será que el « restaurante
Buggly » de Galerías era una sección de contrainteligencia que –sin autorización
legal- decidieron sus mandos hacerles seguimiento a los propios delegados
gubernamentales en la Mesa de La Habana ? Será que el gobierno de JMSantos
necesita hacerle contra-inteligencia a sus delegados en La Hababa ? Será que
tienen miedo que los delegados gubernamentales se les volteen al ver lo que las
FARC les muestran ?
Ahora bien, y quién responde por esa contra-inteligencia ?
Los dos generales que echaron a las patadas con una celeridad inusual ?Seguro
que no hay más responsables ? No lo creemos. Los militares hacen lo que
les viene en ganas en Colombia. Ejemplos ?
Cada que algo no les gusta hacen « sonar los
sables ». Si el
fuero militar los obliga a cumplir la ley, entonces hacen sonar los sables y el
gobierno timorato –y acobardado porque los pueden asesinar como hicieron con
Álvaro Gómez Hurtado (de la crema y rancia oligarquía)- ceden a todas sus
pretensiones. Que no son otra que la de estar por encima de las leyes
burguesas, mismas leyes que les dan sustento y vida al estamento militar.
El estamento
militar quiere tener las manos libres –no sujeta por ninguna ley o algún ente
de control- para poder asesinar al que
les venga en gana. Asesinaron a Luis
Carlos Galán y no pasó nada –apenas ahora el general Maza Márquez empieza a
pagar por sus pecados- ; asesinaron a Jaime
Pardo y Jaramillo Ossa –usando su herramienta narcoparamilitar- y no pasó
nada ; asesinaron a Álvaro Gómez
Hurtado y no pasó nada. Asesinen a quien asesinen no pasará nada. Nunca les pasa nada. La impunidad los arropa.
Son ellos el
poder sobre el estado. Los militares colombianos –de la mano imperial- han roto
la cadena de mando y solo responden ante sus amos del Norte. Ante ellos si se
embolsan y les cumplen. Los militares se han convertido en « super poder »,
no sujeto a leyes ni controles, y aquel que se les at4raviese será
indefectiblemente liquidado.
Sea oligarca,
terrateniente, campesino, obrero, intelectual, abogado, médico, lo que sea,
pertenezca a la clase que pertenezca, será liquidado si la cúpula militar
considera que atenta contra el estamento militar. Es que ellos están imbuídos
del Terrorismo de Estado de la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) y creen
poder hacer lo que les venga en ganas. Mas recuerden lo sucedido a las
dictaduras del Cono Sur.
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