Por Eduardo Sarmiento 16 Feb 2014 -
América Latina marcha a la deriva. La mitad de
la región está abocada a grandes liberaciones comerciales cuando el
mundo se mueve en dirección contraria.
Por: Eduardo Sarmiento
El
país se enmarcó en una proliferación de TLC y en la Alianza del
Pacífico sin saber a ciencia cierta que ha ocurrido con la apertura
comercial de los últimos veinte años el fracaso del euro y la crisis del
2008. El resultado del TLC con Estados Unidos es deplorable. En el año
siguiente de la firma del tratado el balance comercial del país entre
exportaciones e importaciones se desplomó de US $ 7.600 millones a US $
2.800. El superávit acumulado durante décadas se redujo a la tercera
parte.
En la actualidad Colombia
aparece como una de las economías más vulnerables. El déficit en cuenta
corriente asciende a 3.8% del PIB con claros visos a aumentar. De
acuerdo con el índice Big Mac divulgado por la revista The Economist,
Colombia revela con uno de los tipos de cambio más revaluados del mundo.
Por eso, en la mayoría de las actividades industriales y agrícolas los
precios nacionales superan los internacionales. Así lo confirma el paro
campesino y el cierre de las empresas ensambladoras de automóviles.
Las
cuatro economías de la Alianza del Pacífico tienen TLC con Estados
Unidos y ahora procedieron a desgravar el 93% de los productos. Al igual
que los países periféricos de Europa, se verán seriamente
desguarnecidas ante las economías más desarrolladas. Para completar, el
país está en clara desventaja dentro de la Alianza, porque tiene una
menor demanda por los productos de ventaja comparativa, como lo
corrobora el cuantioso déficit en cuenta corriente que ha registrado
durante décadas con los tres socios. En particular, revela un claro
atraso con México en la industria y con Perú y Chile en la agricultura.
América
Latina no ha evaluado los daños del libre comercio. No ha advertido que
los resultados fueron muy distintos a los previstos y que los países
desarrollados han cambiado de actitud. Estados Unidos y Alemania no han
respetado las leyes del mercado que condujeron al sistema de tipo de
cambio flexible. Sin ambages, Estados Unidos mediante la compra de
títulos del tesoro coloca la tasa de interés mundial por debajo de cero e
induce grandes flujos de capitales hacia los países emergentes que
esterilizan su discrecionalidad sobre el tipo de cambio. Y luego de
haber exigido en los TLC desmontar los aranceles a la agricultura, ahora
anuncia la duplicación de los subsidios al sector que tendrá un enorme
impacto en los precios internacionales.
Mal
podría imaginarse que la Alianza pueda enfrentar este contexto dentro
del purismo de mercado. La información más reciente muestra como cambios
pequeños en la tasa de interés mundial y en los movimientos de
capitales inducido por Estados Unidos ocasionan enormes alteraciones en
los países con altos déficits en cuenta corriente y tipos de cambio
revaluados. Si el desmonte total del mecanismo de relajamiento
cuantitativo (QE) recae sobre los tipos de cambio, estaríamos ante el
aumento de la inflación, alza de las tasas de interés y caídas notables
de los ingresos laborales.
Publicar un comentario