Hemos dicho e insistido en las diferentes formas de matar que tiene el régimen colombiano. Así han asesinado más de 966.000 colombianos -datos oficiales-, y por estos días están estrenando una forma novedosa, creación del Cártel de Medellín, como lo fueron el "sicario en moto" y los "mochacabezas".
Ya hemos visto la "muerte política" de la senadora de la Paz, Piedad Córdoba, la cual fue destituida por el troglodita procurador, quien se ingenia para crear causales de destitución y condena a la gente de izquierda a inhabilidad política por más de 15 años, como en el caso de la "Negra" linda.
En anteriores artículos en Cambio Total y Anncol hemos señalado el carácter antidemocrático de estas decisiones y el uso que la oligarquía les da. Son un arma más de las armas que utiliza en su "combinación de todas las formas de lucha" o de guerra, las cuales son de todos los colores y sabores del espectro. Es claro que esta forma de "asesinato" es encubierta en las leyes burguesas y aplicada por funcionarios estatales, algunos de los cuales son de "camándulas en el día y perversiones sexuales en la noche", así se presenten como adalides de la moral y la cristiandad atacando leyes progresistas como el aborto y demás.
Este sicaricato político trata de condenar a la muerte a los sectores revolucionarios, en tanto pretende ensalzar y convertir en víctimas a aquellos que se avienen bien a sus proyectos de perpetuación en el poder. Ello lo vemos palpablemente con la eliminación física de los verdaderos revolucionarios, de los cuales ya van 25 de la Marcha Patriótica y 26 sindicalistas en el último año, en tanto "ensalzan" y "atacan" a los otros de forma no letal, apenas para proyectar su imagen para que jueguen su papel como corresponde a un "amigo" que no pone en peligro su posesión del poder.
Los sectores verdaderamente revolucionarios han entendido el mensaje enviado y han entrado a rodear a la más reciente víctima de los "enemigos de La Paz" -el alcalde de Bogotá-, manifestandose de diferentes maneras en rechazo a la arbitraria destitución y diciendo que el pueblo esta dispuesto a jugársela por La Paz y la construcción de un Nuevo País, en paz con justicia social y soberania nacional. Ya empiezan las primeras manifestaciones de este año y el mensaje enviado a los fascistas "enemigos de La Paz" es que "al que esta tranquilo se deja tranquilo" porque la lucha es contra ellos precisamente ya que lo que han logrado es alborotar el avispero.
No crean los sectores interesados en la "combinación de todas las formas de guerra" que el pueblo -y las FARC-EP como pueblo en armas- se dejará arrancar de sus manos esta oportunidad de oro. La Paz la impondremos sea que se logre un Acuerdo en La Habana, sea que no se logre. Las movilizaciones masivas del año pasado demuestran que el pueblo ya esta cansado de tanta ignominia y tantas promesas incumplidas y "ha echado a andar y su paso de gigante solo se detendrá hasta haber alcanzado la liberación".
El pueblo ya sabe que La Paz nunca será un regalo de la oligarquía y el imperio. Por el contrario. La Paz tiene que ser impuesta a esa oligarquía que hizo de la guerra su única forma de gobernar, ya que por las buenas jamás hubieran podido implantar el Neoliberalismo en nuestro país. Para poder hacerlo han tenido que asesinar los miles de miles de colombianos que de manera pacífica han enfrentado la represión más atroz para volver al país neoliberal.
Ya estamos viendo que los de abajo no quieren que los sigan gobernando como hasta ahora y los de arriba no están pudiendo contener esos tsunamis de masas, de pueblo, que se ha lanzado a las calles y carreteras en defensa de sus derechos largamente conculcados. Por ello se hace imperioso en los actuales momentos darles a la Mesa de La Habana un mandato para alcanzar la Paz, sea que el gobierno quiera o no quiera alcanzarla.
Ya vamos llegando y se siente fresquito ya...
Publicar un comentario