Marcha Patriótica/ Por Luis Fernando Vega
Los medios de comunicación, desde el inicio de ese ciclo de
conversaciones han desdibujado la esencia de tal discusión en la Mesa,
caricaturizando que allí solo se habla de las formas mediante las cuales
las FARC van a participar en política, cuando en lo que se puede leer
en el informe es que hay al menos siete puntos enfocados en democratizar
el país para el grueso de la sociedad y no solo para la insurgencia.
Ahora bien, la noticia de la destitución de Petro tiene estrecha
ligazón con las posibilidades de participación política para cualquier
expresión social o política medianamente distinta a las representadas en
la política tradicional. Claro, porque Petro fue guerrillero, pero
además porque tanto vida política como su gestión en la alcaldía
representan una idea de pensamiento disidente en varios aspectos, donde
se encuentra una noción mucho más amplia de democracia a la que algunos
nos podemos acercar. No se trata acá de ser petrista, se trata de
entender, en serio, qué significa la destitución de Petro cuando en el
país se discute de participación política como condición para la paz.
El todopoderoso procurador ha sido bastante duro para sancionar a
Piedad por sus gestiones humanitarias con las FARC; pero muy reacio al
momento de sancionar, entre otros, a los parapolíticos y demás clientela
de la política tradicional que colmó el matrimonio de su hija o a
militares implicados en falsos positivos. Vale destacar, no obstante,
que su primera elección en el Senado, estuvo apoyada por el propio
Petro, aunque no solo de él. Únicamente votaron en su contra Piedad (a
quien más fuerte le ha aplicado sus “súper-poderes”), Gloria Inés
Ramírez y Robledo.
La destitución no representa un gran debate jurídico, realmente. Es
una discusión profundamente política sobre la función de la Procuraduría
que parte de ponderar, desde los principios más liberales de la
democracia si la legitimidad de Ordóñez (elegido en el Senado dentro de
un interesante juego clientelar) da para destituir a un alcalde Petro
avalado por 723.157 votos.
Las herejías del alcalde han sido varias. La más cuestionada por el
Procurador, y punto de quiebre para su destitución, tiene que ver con el
manejo que se le dio al tema de basuras, en donde en una apuesta por
recobrar lo público, se le arrebató a los privados el negocio de los
residuos, pasando a un esquema público, en el cual se ampliaron las
garantías laborales para los recicladores y recolectores de basuras; con
ello cuestionado un dogma que en la clase política colombiana tiene más
creyentes que el propio Dios: el mercado.
Pero seguro hay más herejías cometidas por Petro. Canal Capital, como
un espacio de información en el que los movimientos sociales, los LGBTI
y, en general, los que no tienen entrada en otros medios, pueden
hablar, tampoco le debe gustar mucho a Ordóñez. Debe resultarle una
herejía que gente morenita, bajita, marimachas o maricas tengan un medio
en el cual son atendidos como a Santodomingo o Sarmiento Angulo en los
demás canales. La prohibición de las corridas de toros también debe
golpear profundamente la hispanidad del procurador, aun cuando dicho
espectáculo cada vez cuenta con menos simpatizantes en todo el mundo. La
atención de Petro a las víctimas del conflicto puede ser otra herejía.
Desde ningún punto de vista, su talante permitiría que quienes han
padecido los estragos de un conflicto (en cuya finalización no cree),
tengan la atención que hoy tienen por parte de una alcaldía distrital.
Ni hablar de cuán hereje puede sonarle a Su Santidad Ordóñez la creación
de una Zona de Reserva Campesina en el Sumapaz.
Claro, no es este un culto al gobierno de Petro. De seguro a los ojos
de la Escuela de Gobierno de Harvard, será un inepto, aunque otras
calificaciones ha tenido en el mundo su gestión. No se puede negar que
su alcaldía ha sido en gran medida democratizadora para la ciudad, pero
Petro, así como las alcaldías del Polo que le precedieron, no ha tenido
una ruptura real con el modelo de ciudad neoliberal. Evidencias de esto
sobran, por ejemplo, en un POT en el que se privilegia el dejar hacer,
por cuanto las operaciones estratégicas se dejan a discreción de la
administración de turno, construyendo un ambiente privilegiado para la
especulación del suelo de Sarmiento Angulo y sus cercanos; sin
desconocer, claro está, que existe una intensión, aunque mínima ésta,
por mitigar la segregación socioespacial y generar una ciudad algo más
amigable con el ambiente.
Ni por unas, ni por otras. Ordóñez destituye a Petro enviando un
mensaje profundamente negativo a quienes no se circunscriben de lleno en
sus dogmas religiosos, políticos, éticos y económicos. La pregunta de
moda es ¿quién controla a los que controlan? Llegarán decenas de Ordóñez
más, hasta tanto no se modifiquen los mecanismos para elección de los
órganos de control; y de darse las garantías pactadas en La Habana para
la participación política, surgirían decenas de herejías más que serían
tratadas cual viles Piedad Córdobas o Gustavos Petros, indistintamente
de qué tan a la izquierda estén o cuan independientes sean.
Hoy, más que nunca, vale la pena reflexionar sobre la tan nombrada
tercería, ¿cuánto duraría en la presidencia cualquier hereje como Aida
Abella en caso de ganar en 2014? ¿Hay entonces garantías reales para
participar de tal contienda?
Pd 1.: En medio de tantos dardos a la Mesa de La Habana, hay que
celebrar el anuncio de las FARC del cese al fuego por un mes y, a la
vez, seguir clamando para que el cese sea bilateral.
Pd 2: La segunda parte de “La primavera colombiana” vendrá más adelante…
@FernandoVeLu
Tomado de: http://palabrassociales.org/index.php/item/298-las-herejias-de-petro#.Uqhy9JG1JFx
Foto tomada de Internet
Las herejías de Petro
Written By Unknown on miércoles, diciembre 11, 2013 | miércoles, diciembre 11, 2013
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