Allende La Paz,
Cambio Total.
Los intríngulis
del narco-paramilitarismo en la Costa Atlántica sigue develándose ante la
aberrancia de los actos cometidos por ésta política contrainsurgente.
Todos hemos
escuchado la canción del también admirador del proyecto narco-paramilitar
Rafael Escalona que dice : « Allá en la Guajira arriba, donde nace el
contrabando, el Almirante Padilla barrió a Puerto López y lo dejó arruinado... ».
Desde esos años –los 40 y 50- los « contrabandistas » eran unas
bandas que se dedicaban a la importación de productos –whiskey, cigarrillos,
ropas, dulces, etc- a través de la Guajira y para su comercio ilícito le
pagaban coimas a los militares y policías, quienes se hacían los de las « orejas
gachas » y no veían los ríos de mercancia que entraban al país. Señalemos también que la Guajira ha sido uno de los departamentos más olvidados de Colombia y solo cuando se encuentra carbón mineral en su subsuelo « viene el galán a su casa y propone quererla...», como bien dice la canción de Hernando Marín Lacouture.
Estos ríos de
contrabando era mal visto por los sectores dominantes del comercio –burgueses que
desde los centros de poder de Santa Marta, Barranquilla, Bogotá, etc- veían
disminuídas sus ganancias por el contrabando y movilizaban su poder –desde el
estado- para perseguir a los « contrabandistas ». El Caso del « Tite »
Socarrás de la canción de marras –oriundo de la región de Valledupar- fue uno
de los personajes que se involucró en el « negocio ». Las bandas de
contrabandistas eran bandas de hombres armados que recibían los barcos cargados
de mercancías en las costas de la Guajira y lo distribuían en las ciudades
colombianas.
Con el « descubrimiento »
de la « Santa Marta Golden », marihuana de excelsa calidad que se
daba silvestre en la Sierra Nevada de Santa Marta, las bandas de
contrabandistas mutan a « marimberos » y son conocidas las historias
en Santa Marta y Barranquilla de éstos personajes que incluso mataban porque
les habías « pitado » con tu carro o porque les gustaba tu mujer. El
inicio del fenómeno marimbero se da durante la administración de Alfonso López
Michelsen y se inicia una nueva estela de corrupción de militares y policías,
los cuales ahora eran competidos por los politiqueros tradicionales.
A la oleada de
terror de los « marimberos » y ya convertida en mercancía no
apetecible por cuanto en los Estados Unidos ya se cultivaba, llega la violencia
de la « Coca » por parte del Cartel de Medellín –« Don »
Pablo Escobar y su séquito, incluyendo su heredero el « Don » Álvaro
Uribe Vélez y José Obdulio Gaviria (primo de Pablo)-, delincuencia aprovechada
por las Cúpulas Militares para conformar los grupos « narco-para-militares »
para adelantar el proyecto contrainsurgente dictado desde los cetros de poder
del imperio.
Es necesario
enfatizar que el narco-para-militarismo, y su pariente la narco-para-política
uribista-santista, es un proyecto auspiciado desde el Estado que los aprovechan
para asesinar a la oposición política verdadera al estado y sus gobiernos, y
como medio de enriquecerse. Las ejecuciones extrajudiciales, desapariciones,
masacres, desplazamiento, son
practicadas por el « contubernio impúdico » entre políticos
tradicionales, militares y narco-paramilitares, el cual ha producido más de
500.000 víctimas.
Lo que sucede en
el caso del conocido « Kiko » Gómez es que se les salió de las manos
y como a los capos Pablo Escobar y demás del Cartel de Medellín, a los capos
narco-paramilitares extraditados a Estados Unidos (Salvatore Mancuso y « Jorge
40 », entre otros), cuando se les salen de las manos y sus aberraciones
horrorizan a la « opinión pública » o porque quieren mostrar
resultados contra el crímen, entonces o los encarcelan o los asesinan sus « bloques
de búsqueda ».
El Estado es entonces culpable de esa escoria y es un sub-producto
del capitalismo corrompido y deformado que padecemos los colombianos.
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