Allende La Paz,
Cambio Total.
15-07-2013
La guerra interna o conflicto interno que padece Colombia por cuenta de la oligarquía y todas las violaciones de derechos humanos tienen como base la Doctrina de Segrudiad Nacional. DSN que tiene su base desde la época de la Masacre de las Bananeras y la famosa « Ley Heroica » (ver libro : Colombia : Laboratorio de Embrujos del autor Hernando Calvo Ospina).
La guerra interna o conflicto interno que padece Colombia por cuenta de la oligarquía y todas las violaciones de derechos humanos tienen como base la Doctrina de Segrudiad Nacional. DSN que tiene su base desde la época de la Masacre de las Bananeras y la famosa « Ley Heroica » (ver libro : Colombia : Laboratorio de Embrujos del autor Hernando Calvo Ospina).
Ya desde 1962 se
producen las recomendaciones de militares estadounidenses mediante la Misión
Yarbourough (Ver : DSN y DCBI : Orígenes del Plan Colombia en libro Plan Colombia y Conflicto Interno Colombiano ). Desde entonces nuestra tragedia no ofrece ni un instante de Paz.
Esa DSN
recomienda ver y tratar a los campesinos, obreros, estudiantes, amas de casa,
en fin, todo aquel que proteste por la imposición de un anómalo orden de cosas,
como un « enemigo interno » y darles un tratamiento represor.
Sembraron como semilla la violencia y anegaron en sangre las manifestaciones de
los pobladores de todas las regiones del territorio nacional. Tal violencia
estatal ha producido más de 500.000 víctimas –mal contados porque no hay estadísticas
oficiales- y más de 5,7 millones de desplazados forzados internos y externos.
Los militares y
las clases en el poder –oligarcas y terratenientes- aplicaron y aplican gustosamente
la recomendación de la misión gringa y se produce la más grave crisis
humanitaria. Las cifras hablan por sí solas. El mirar de esas élites hacia los
pobres no es la mirada condescendiente y natural hacia los desafectos de la
fortuna, sino la mirada agresiva del « enemigo » hacia el « enemigo »
y el tratamiento de muerte dado al « enemigo interno ».
Esa mirada se
torna en el más absoluto desprecio por los derechos humanos, especialmente el
derecho a la vida. Los militares y policías ven normal que un patrullero le
dispare a un joven grafitero en Bogotá o que cualquier manifestación o protesta
sea reprimida, incluso con militares vestidos de civil disparándole a los
manifestantes a mansalva, como ha sucedido en estos días en el Catatumbo.
Ni qué decir de las personas señaladas como « auxiliadores
de la guerrilla » que las hace susceptibles de todos los delitos
imaginables cometidos por agentes del estado : detención arbitraria,
tortura, desaparición forzada, asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, y otros
delitos derivados de la sociopatía de los militares : desmembramiento de
los cuerpos para borrar toda seña del delito o alteración de la escena del
crímen, caso palpable en los llamados « falsos positivos » rurales o
urbanos.
Tal aberración,
incluso, ha llevado a los militares y policias a cometer delitos de naturaleza
sexual usada como arma de guerra contra la población. Casos se repiten a lo
largo y ancho del territorio nacional en tiempo y espacio que ahcen pensar en
orientaciones institucionales, igual con las ejecuciones o « falsos
positivos ».
Por todo lo
anterior es que hemos insistido en la necesidad imperiosa de dotar a las
fuerzas militares del estado de una nuevo doctrina, una doctrina bolivariana,
que tire a la basura la DSN, verdadera causa ideológica de nuestra crisis
humantaria. Ello significaría un mirarnos directamente a los ojos como
colombianos.
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