Domínico Nadal,
Cambio Total.
Los esfuerzos de
las insurgentes FARC-EP de acallar los fusiles caen en tierra estéril. Se
esperaría que ante tamaña empresa humanitaria la respuesta de los « otros »
fuera también acallar sus fusiles. Pero no.
Es cuando más
arrecian las masacres, las desapariciones, las ejecuciones extrajudiciales, las
torturas, el desplazamiento forzoso. Cuando las FARC hablan de « tregua
unilateral » parecería que el anuncio se convierte en acicate para los asesinos
al interior de las fuerzas militares-narcoparamilitares.
La fórmula es la
misma. Así comenzaron con la U.P. Los generales amenazan a los luchadores
populares y después mandan sus bandas de asesinos. Que son militares en
servicio activo y narcoparamilitares. O mandan sus sicarios de « palabra »
como el que acaba de amenazar y deshonrar la memoria de Manuel Cepeda Vargas, el
último congresista de la U.P. asesinado, un hombre que siempre tuvo la
gallardía de hablar y actuar de frente. Mas los cobardes asesinos lo atacaron y
asesinaron a mansalva y desarmado.
Ya comenzaron con
la Marcha Patriótica y van 9 de sus líderes asesinados. Ya venían con el
asesinato de líderes de la « restitución de tierras » -que no es
restitución porque no les entregan sus tierras originarias, legalizando así el
despojo de que han sido objeto-, con los sindicalistas, con los profesores de
Fecode, con las mujeres, incluso hasta con niños.
Las fuerzas
estatales nunca han callado sus armas. El trepidar del plomo sigue raudo contra
la humanidad desarmada, indefensa, de los colombianos que luchan por un mejor
mañana. Cada día asesinan más y más colombianos pobres. Tratan de lavar sus
caras inventando siglas o utilizando los mismos asesinos de siempre :
BACRIM, neo-narcoparamilitares, águilas negras, rastrojos, etc. Pero siempre
sale a luz su horripilante rostro.
Ello es claro
porque hasta el mismo presidente JM Santos les da la orden de continuar con los
asesinatos. Pretenden quitarle la fuerza a las fuerzas populares aún antes de
que comienzen su accionar político en un « nuevo » ambiente, el
ambiente de Paz. Pretenden « secarle el agua alm pez » no ya a los
guerrilleros sino a los guerrilleros que firmarán la Paz.
Y todo indica que
la orgía de sangre continuará. Más aún después de que se « desarmen »
-que no lo van a hacer, a Dios gracias !-. Ya los militares están pidiendo
más plata para más armas a pesar de que según el propio gobierno Santos llegaron al « techo »
en gasto militar. El estado, muy a su pesar, es incapaz de sufragar los gastos militares. 215 billones costó la guerra el decenio pasado. 225 billones costará la siguiente década si no se para la guerra. Mas los "enemigos de la Paz" necesitan más armas, más armas, más plata,
más plata. Todas las unidades militares tienen armas -500.000 qué horror!-, mas ellos
necesitan mucho más. Es como querer asesinar a todo el pueblo.
Así como la característica del imperio es su inmensa
agresividad contra los pueblos del mundo, así la característica de la
oligarquía nativa es la enorme sevicia con que adelanta los planes de
exterminio contra el pueblo desarmado, inerme. Mas la justicia llegará. Como le llegó al sátrapa de Argentina, Jorge
Videla, que su ancianidad tuvo que pasarla en la cárcel. Qué triste destino !
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