Allende La Paz,
Cambio Total.
Callar los
fusiles no es lo mismo que entregarlos. Entregarlos en un país en dónde las
fuerzas militares –ipso propio ?- están super armando sus tropas (cada vez
piden más plata para comprar armas en el « extranjero » y no a
INDUMIL) y, además, armando los « civiles »,
es un contrasentido. Cuántas armas hay en poder de las fuerzas militares ?
Se supone que una por cada unidad. A veces más. Ahí no más habrían entre 700
mil a 900 mil, por decir una cifra. Cuántas hay en poder de las paramilitares « empresas
de seguridad » ? 4.840 armas nuevas compradas apenas durante el año 2012. Cuántas en
manos de los « civiles » que tienen al menos 2 millones de pesos para
darse el « gustico » de tener un arma ? 1.430 armas nuevas
compradas en año 2013. El estado compró 1.430 armas nuevas y 770 armas nuevas
compradas por militares activos y retirados, durante el 2012. En total, 10.380
armas nuevas que entran en circulación. Cuántas son las armas vendidas en años
anteriores. Cuántas son las armas compradas en el « mercado negro » ? Se estima que en Colombia hay de 3 a 4 armas ilegales por cada arma "legal".
Entonces, me
pregunto, por qué el estado quiere que las FARC se « desarmen » ?
Será para adelantar el exterminio de las FARC desarmadas, como lo adelantaron
con la U.P. ? Debemos valorar muy bien que busca la alharaca de la « entrega
de armas », o sea, la entrega de los « fierros ». Y nos asalta otra pregunta: Cuántas armas están en poder de las fuerzas narcoparamilitares, aliados impúdicos de los militares?
En materia de
procesos de Paz, lo acordado con el IRA nos enseña muy bien cómo debe ser la
cosa. Las armas « desaparecerán como aparecieron ». Y nadie, a
excepción de las FARC o el IRA, saben cómo aparecieron, y cuántos muertos costó
ésta « aparición » o cuánta plata se invirtió para comprarlas y
cuánto costó para conseguir la plata... Justo es, entonces, que sean las FARC
las que las « desaparezcan ».
No creemos que
sea mediante una « ceremonia » de entrega como las risibles de un
autor de canciones vallentas que le recibió el fusil a « Jorge 40 » y
después Uribhitler lo envió a USAmérica. Tampoco sería entregar las armas para
que con esas mismas armas los maten a ellos. Tampoco hacer el remedo de
entrega, quedan en poder de los militares, y ellos después arman los « sucesores »
de los que las entregaron, es decir, los mismos con las mismas, más algotros
nuevos (BACRIM).
Por eso nosotros
creemos que « callar los fusiles » es una medida razonable y que esos
fusiles queden en las armerías de las FARC. Y la verdad hay que decirla al
costo que sea. Las armas son la única garantía para las FARC –y el pueblo- de
que lo acordado con el gobierno se cumpla. Que se cumpla y que les respeten la
vida a los guerrilleros. Porque conocedores como somos del « ser
colombiano » sabemos que más de uno está pensando en hacer la « jugarreta »,
en « hacerle conejo ». Les decimos que las entreguen, ellos que
quieren la paz las entregan y después les damos « chumbimba » con sus
propias armas y como esas armas no están registradas en la contabilidad de las
fuerzas militares, entonces fue una « venganza » por los actos
cometidos durante la « guerra ». Ese pensamiento ronda las cabezas de
más de uno.
Por ello, las FARC
han planteado la no « entrega de armas » y, por el contrario, su
propuesta de construir un Nuevo País, una Nueva Institucionalidad, que haga
innecesario el uso de las armas es la única viable en el caso colombiano. Que
significará el respeto al derecho a la vida de los guerrilleros, el respeto a « adelantar
política » sin que los vayan a eliminar, el respeto de la voluntad de los
electores sin las marrullerías de los politiqueros y autoridades electorales, y
adelantar las contradicciones de modo civilizado. Y lógicamente el respeto a
todo el pueblo colombiano.
El tiempo, ese
veraz juez, mostrará si el estado está de verdad interesado en adelantar un
proceso como el señalado, y si fuera cierto, las armas « desaparecerían »
carcomidas por el herrumbre de la falta de uso. Ese día podríamos decir que
estamos transitando « caminos de concordia, caminos civilizados ».
Ese luminoso día veremos los luchadores populares blandiendo no un fusil, sino
una Constitución que garantiza sus derechos. Llegará a ser cierta tanta belleza ?
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