Desde el
principio hemos señalado la imperiosa necesidad de « meter pueblo »
al proceso que se adelanta en La Habana. Hemos señalado que los « enemigos
de la Paz » solo estarían « tranquilos » cuando vean el torrente
de colombianos que apoyamos la Paz, es decir, el pueblo en la calle, en foros,
en marchas, en Mingas, etc, arrinconando a los que como « vacas muertas »
se atraviesan al camino de la Paz, que teníamos –y tenemos- que adelantar la
más amplia pedagogía de la Paz en todo nuestro país.
Por lo anterior,
tenemos que señalar que la mezquindad del presidente Santos que parte de un equivocado
cálculo de « no regalarle nada a las FARC » y de que con politiquería
iba a « sosegar » al ala más troglodita y reaccionaria de la
socidedad colombiana, es decir, a los terratenientes-ganaderos, a los mafiosos,
a los implicados en el narco-paramilitarismo y neo-narco-paramilitarismo, a los militares apátridas, pues ahí tiene el
resultado. El representante más puerco de ese sector, Uribhitler, con sus hijos
comprometidos en manejos irregulares de dineros en « paraísos fiscales »,
se mete en todo su gobierno, incluso pretende ser factor de división con/en
Venezuela, porque así cree ganar la indulgencia imperial por su número 82.
Ante el silencio
gubernamental y las diarias diatribas del ministro Pinzón contra las FARC, los « enemigos
de la Paz » creyeron que a JMSantos no le interesaba ni el proceso de Paz
en La Habana, ni la re-elección, y cuando se dieron cuenta que el ladino si
quiere la re-elección y « le importa un pepino » la Paz, pues
montaron sus armas para atacarlo por todos los flancos, por todos lados del
rompe-cabezas. Y hoy, cuando lo tienen arrinconado, ahí si trata de apoyarse en
los sectores populares.
Ah, presidente
JMSantos, sabido es que un Proceso de Paz sin acompañamiento popular es lo más
frágil del mundo, más en un país como Colombia en donde conviven las más
retardatarias formas de propiedad de la tierra con una débil industria y una
clase política súper corrompida, que unos días amanece « uribista
purasangre » y otros « santista » de acuerdo con los
ofrecimientos de puestos y dineros sea del inquilino actual o del nostálgico desahuciado
de la « Casa de Nari ».
El pueblo tiene
que desbordar a los « enemigos de la Paz » -con Santos o sin él-,
ahogarlos en su torrente multitudinario, asfixiarlos con su accionar,
señalarles su indeclinable decisión y determinación de alcanzar la Paz al
precio que sea. Sí, esa es la decisión popular, esa es la decisión del pueblo
colombiano, y las FARC actúan en consecuencia con ese deseo, mas el gobierno
no. Por qué ? Por mezquindades de una oligarquía que cree que la « alta
política » se realiza con la fullería y la trapisonda y no con hechos que
engrandecen al país y a sus ejecutores, como la Paz.
Actúe, presidente !
Llame a todos los amigos de la Paz. Entrevístese con Piedad Córdoba, con Carlos
Lozano, con Iván Cepeda ; entrevístese con los líderes de la ZRC, con los
sindicatos y sus centrales obreras, con los líderes barriales de los barrios
populares, de Ciudad Bolívar. Solo sumando, sumando, se podrá llevar adelante
el Proceso de Paz. Sólo echanda a andar la rueda de la Paz podremos llegar a
nuestra meta, una Colombia en Paz con Justicia social.
Que esperáis ?
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