Cambio Total
[NotiColombia Press].
La ignorancia o
el olvido de cómo es el accionar de una guerrilla –y qué es lo que enfrenta- lleva
a que algunos « analistas » del conflicto armado sirvan en bandeja de
plata la argumentación estatal y explica por qué las organizaciones en las
cuales militaron murieron de « muerte natural ».
No de otra manera
podríamos calificar el reciente informe de Arco Iris titulado « Del Caguána La Habana »
que lanza sus excrecencias sin ton ni son y a veces, entre medias verdades y
medias mentiras, apunta un poco sobre el complejo conflicto interno colombiano.
Desconocer que la
movilidad es la razón de vida de las FARC-EP, es decir, una guerrilla se mueve
de un lado a otro de la geografía nacional de acuerdo con sus situaciones
concretas, lleva a confundirse en el análisis (por decir lo menos). En la
dinámica del conflicto juegan papel fundamental la situación de las propias
fuerzas y las medidas a desarrollar para preservar en la medida de lo posible
esas fuerzas, al tiempo que van « entrenándolas » en el combate para
el asalto final. Ese asalto final no es otro que el lanzamiento de una ofensiva
que despierte la conciencia del pueblo y lo lleve a la insurrección.
Las FARC-EP nunca
han planteado una « guerra de posiciones » tradicional, es decir, un
enfrentamiento de tú a tú, línea de batalla contra línea de batalla enemiga,
porque como guerrilla siempre ha estado en desventaja en cuanto al número de
efectivos. Si antes la diferencia era de 1 a 3, hoy es de 1 a 10 en favor del
número de unidades militares estatales, sumado a lo cual tenemos la
superioridad aérea y tencológica con que cuenta el ejercito estatal (Ello está
siempre presente en la enseñanza del ataque a Marquetalia en 1964 : 10 mil
soldados, utilización de la aviación (aviones y helicópteros), guerra biológica
(« Peste Negra »), etc.).
Lo que sí han
mostrado las FARC es un control territorial -que no es lo mismo que "guerra de posiciones", visualizado en el Caquetá,
Guaviare, Cauca, Tolima, Arauca, y otras zonas, que resulta en un alto coste
para la penetración de las fuerzas militares estatales. Ese « estado »
sigue estando a pesar de la cantidad de operativos del Plan Colombia, el cual,
hay que decirlo, no sólo fue contenido, frenado, sino derrotado por el accionar
militar-político de las FARC-EP. Haber derrotado el « más grande esfuerzo
económico-militar y tecnológico de la historia colombiana » no es cuestión
de olvidar fácilmente y dice a las claras el poderío de las FARC-EP, lo cual
tampoco quieren reconocer.
El Plan Colombia
(2.000-2013) ha sido derrotado estruedosamente y la vergüenza de los medios
mediáticos oligárquicos les impide reconocerlo, al igual que sus mentores
imperiales. Esa derrota habla muy a las claras de la capacidad político-militar
de las fuerzas insurgentes y el análisis debe partir desde allí. Si se quisiera
« analizar » estadísticamente ésta situación echaríamos mano de los
incompletos consolidados de Arco Iris o de las fuerzas militares estatales,
porque nadie se toma el trabajo de realizar el acumulado de acciones diarias
que realizan las FARC-EP en todo el territorio nacional. Mas una guerrilla que
realiza más de 2.500 acciones militares al año no es para no tener en cuenta.
Para que no haya dudas les dejamos la siguiente gráfica:
Evidentemente que
en una guerra las dos partes se infringen golpes, algunos más contundentes que
otros, pero la diferencia estriba en que mientras los comandantes guerrilleros
van al combate, los « hacedores de la guerra » -presidente,
ministros, congreso, etc- se esconden en las espaldas de los que sí van a ella –tropa :
oficiales de mayor para abajo, suboficiales, soldados-, desafortunadamente hijos
del pueblo ya que ningún oligarca muere en la confrontación. El día que los
hijos del pueblo sean capaces de visualizar a qué clase pertenecen ese día la
cosa será a otro precio.
La derrota del
Plan Colombia es la base para que hoy las FARC-EP estén adelantando con el
gobierno nacional conversaciones de paz en La Habana y la causa para que los
delegados gubernamentales estén amarrados a la Mesa. Lo demás son intentos de
olvidar la historia reciente y pasada.
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