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Su reconocimiento pleno, añadió el texto, debe desempeñar un papel fundamental en la definición de una transformación agraria de esa nación de Suramérica que afiance la justicia y la soberanía nacional.
Las FARC-EP aludieron de este modo a un debate sobre el futuro de esas Zonas producido entre "diversos sectores de las élites pudientes, incluyendo factores del alto gobierno entre los que se cuentan los ministerios de Defensa y el de Agricultura".
Refirieron que el titular colombiano de Defensa, Juan Carlos Pinzón, impone su propio ordenamiento territorial en función de una definición guerrerista del conflicto, que convierte las áreas campesinas en aldeas de consolidación estratégica.
Mientras, agregaron, el ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo involucra plenamente a la población rural en la confrontación bélica al suscitar sospechas criminalizantes, demonizar a los campesinos e insinuar sus formas organizativas como amenaza para la patria.
Además, lo hace "al señalarlos insidiosamente como guerrilleros, para convertirlos en objetivo militar, diciendo además que lo que ellos pretenden es establecer una "constelación de republiquetas independientes".
En opinión de la guerrilla, opositores y defensores del proceso de diálogos por la paz han sentado posiciones que ponen en evidencia que dentro del gobierno mismo se agazapan enemigos de la justicia social y la reconciliación.
Estos elementos no están por propulsar el acceso a la tierra en favor de los despojados y de la paz con justicia social, enfatizó, sino empeñados en afianzar en el campo verdaderas aldeas estratégicas de confinamiento y consolidación militarista para proseguir la confrontación.
Quienes hoy nos cuestionan por proponer que se permita el acceso y el uso adecuado a nueve millones de hectáreas para los campesinos, mediante el fortalecimiento y la creación de nuevas Zonas de Reserva Campesina, pretenden pasar por alto que esta figura fue una creación del mismo Estado, recordó.
Las delegaciones de la guerrilla y del Gobierno colombiano continúan este viernes abordando el tema de la tierra -considerado clave con miras a la solución a décadas de conflicto armado-, en la mesa de conversaciones que tiene a Cuba y Noruega como garantes.
El desarrollo agrario constituye el primero de una agenda de seis puntos que incluye otros temas, como las garantías para la participación ciudadana, el fin del conflicto armado y la solución al problema de las drogas ilícitas.
ls/las
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