NotiColombia Press (Especial para Cambio Total)
Otras elecciones que no tocan los verdaderos problemas de los colombianos. Casi todos los candidatos se van por las ramas, ninguno llega al quid de la cuestión.
La cuestión fundamental es la Paz. Por la Paz pasan las soluciones de todos los problemas de los colombianos. Por la paz pasa el problema de la tenencia de la tierra. Por la paz pasa la solución de los damnificados por el invierno. Por la paz pasa la solución del problema de la educación universitaria. Por la paz pasa el problema de la educación en general. Por la Paz pasan las violaciones de los derechos humanos de los colombianos. Y así, en sucesión infinita, todos los problemas deberán ser abordados en unos diálogos de paz.
Porque son éstas las causas del conflicto interno. A más de la exclusión política que sufre el pueblo, a quien le toca contentarse con ser el convidado que no goza el baile. Exclusión política implantada a sangre y fuego, a plomazo limpio. Usando las armas de las fuerzas militares-narcoparamilitares, quienes también serán objeto de tratamiento intensivo para erradicar la Doctrina de Seguridad Nacional y dotarlos de la Doctrina Bolivariana, además de la disolución de las bandas armadas narco-paramilitares y un proceso de selección del personal militar, al cual se incluirían los guerrilleros que quieran seguir la carrera militar.
Mas hemos presenciado la más anodina de las campañas electorales. Los candidatos se plantearon ser a cual más más estúpido y escurridizo. Todo forma y nada de fondo, de sustancia. Nada de principios ni de ideología. Como si los candidatos fueran personajes que nada tienen que ver con el manejo del estado, como si ellos sólo fueran a arrebatarse los unos a los otros el ponqué de los dineros de todos los colombianos. O quizá a eso es a lo que van. A enriquecerse fraudulentamente a costa del pueblo trabajador.
No hay de dónde escoger. Los candidatos oligárquicos adolecen de sustancia. Carecen de ideología. Muestran la falta de principios éticos y morales. La práctica política carece de fundamentos. Las alianzas no se hacen en base a programas, sino en base a quién tiene más votos y ”me voy con él o ella, así sea uribista y yo mokusista”. En el trasfondo de todo está la enorme corrupción de la clase política, evidenciada desde hace muchísimos años en el desprestigio del Congreso colombiano. Un congreso narco-paramilitarizado, la última de las corrupciones, ya que antes hubo –y hay- la del serrucho, la componenda, la compra-venta de conciencias, etc.
El pueblo sabe bien todo esto. Por eso su apoyo a los sectores clasistas y revolucionarios del PCC y el MOIR, quienes en el POLO han dado la batalla en contra de los ”rosaditos” y ”amarillos pálidos” que han tratado de convertir al POLO en un partidito más, enredado en la corrupción. Hay que seguir luchando para recomponer al POLO y convertirlo en un verdadero partido para la revolución colombiana. El POLO no puede ser un partido electorero, es un partido del pueblo que defiende sus intereses. Por ello la oligarquía pretende destruirlo. Por eso en sus medios mercachifles a diario están tratando de enlodar al POLO, pero no saben que es como el oro que aunque esté en el fango no deja de ser oro.
Debemos seguir avanzando haciendo entender a nuestro pueblo que son los programas las bases del accionar político de los partidos populares y revolucionarios. Lo demás, lo demás son prácticas de los partidos oligárquicos corrompidos hasta los tuétanos. Y en la base de ese programa revolucionario y popular está la lucha por la Paz.
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