Domínico Nadal, El
Cuento de la Semana.
Érase que se era… un
país vecino de Colombia que estaba gobernado por un “bruto”. O así
lo llamaban los periodistas al servicio de la oligarquía colombiana, por orden
del amo de ellos, el imperialismo estadounidense.
Pues bien, los ”periodistas” colombianos se jalaban el
prepucio tratando de entender las acciones de ese ”bruto” presidente vecino.
Que mire que desperdicio
regalándole las regalías petroleras a los pobres. Y les dió vivendas dignas,
salud a los barrios pobres a donde los ricos médicos nunca habían ido,
farmacias a precios populares, educación y esos pobres “ignorantes” terminaron
aprendieron a leer, terminaron la primaria, luego la secundaria y ahora muchos
están estudiando en la Universidad. La U va a dónde está el alumno y no al
revés.
Que mire vea, que ese “brutazo”
les ha enfrentado maniobras de la Asamblea Nacional –de mayoría de derecho- de
darle un golpe de estado blando. Y el “bruto” los puso a pelear entre ellos y
hoy están divididos.
Que sí, oís, el demente
que “escuchaba pajaritos hablar” les enfrentó la invasión de
narco-paramilitares colombianos y los venció.
Ese mismo “brutazo” que
no picó el anzuelo de las Guarimbas que pretendían que en respuesta a sus actos
terroristas los militares masacraran la población civil y, Mamola!, les falló
el cálculo. El “bruto” dió la orden de no disparar, solo en caso de
extrema necesidad, y la gente se aburrió de los Terroristas de derecha y los
enfrentó.
Y así, día a día, el ”bruto” les desbarataba sus maniobras
golpistas y los vencía, para la desesperación del amo de ellos –el imperialismo-
que veía diluirse los millones de dólares financiando a una ”derecha
inteligente” que no ha podido con el ”bruto”.
Incluso, el ”bruto” siempre les ha tendido a la derecha el
ramo de olivo de la Paz. Dialoguemos, hombre! No sean tan ”inteligentes” que el
problema lo resolvemos entre nosotros sin la nefasta injerencia gringa.
Y desde Colombia está el
”inteligente” JM Santos como buen cipayo haciéndole el mandado a los gringos. Y
ya quedó como el Caín de Latinoamérica, título que no se lo quita ningún Nobel.
Pobrecito JuanPa, triste papel el que representa.
Así las cosas, pareciera
que la “inteligencia” de la derecha de su propio país -y de todos los países
latinoamericanos- no alcanza para vencer en el plano intelectual la brutalidad
del “bruto” presidente del vecino país.
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