Por Juan Francisco Torres para ABP Ecuador
El 27 de junio, durante el acto solemne de dejación de armas de las FARC-EP, donde la ONU certificó que 7.132 armas han sido entregadas, el Comandante Timochencko, mencionó la necesidad sagrada de cumplir los acuerdos de La Habana, tal como los ha venido realizando las FARC-EP en base a lo pactado.
Sin embargo, han pasado más de seis meses de expedida la Ley de amnistía e indulto que garantizaba la libertad a guerrilleros, militantes, simpatizantes; en máximo diez días. Acuerdo que no ha cumplido el Gobierno de Santos.
Actualmente la ley de amnistía ha beneficiado a 832 de los 3.400 prisioneros que han sido reconocidos por las FARC-EP para ser liberados.
Debido al incumplimiento del Gobierno, desde el 26 de junio en todas cárceles de Colombia empezó la Jornada Nacional de Desobediencia conjuntamente con huelga de hambre de los milicianos.
El incumplimiento del Gobierno de Santos pone en serio riesgo el proceso de paz en su conjunto. Con este escenario se abre la posibilidad de extender, de forma más sangrienta, la lucha política y social colombiana, agudizando de manera extrema la violencia.
Los sectores urbistas y para-políticos, cuya estrategia ha sido el boicot al proceso de paz, consolidan su posición de ventaja frente a la vulnerabilidad en la que se encuentran las FARC-EP, producto del cumplimiento de los acuerdos y la entrega del armamento. La paz y la vida de miles de revolucionarios están en riesgo
No se puede considerar, peor aún permitir, que el incumplimiento y el engaño se conviertan en virtud y se utilice además como táctica para intentar ganar un conflicto social sin solucionar las problemáticas que motivaron a su origen: las injusticias sociales y el terrorismo de estado.
No se puede considerar, peor aún permitir, que el incumplimiento y el engaño se conviertan en virtud y se utilice además como táctica para intentar ganar un conflicto social sin solucionar las problemáticas que motivaron a su origen: las injusticias sociales y el terrorismo de estado.
El papel de la comunidad y los organismos internacional es lamentable. Sus ojos en Venezuela para legitimar y alcahuetear a la violenta oposición contra el Presidente Maduro, les impide ver a Colombia y presionar al Gobierno de Santos el cumplimiento de los acuerdos de La Habana. La doble moral pero con agenda única, al servicio de la derecha y el imperialismo, se refleja también en los organismos internacionales.
El arma de la consecuencia y la fuerza moral sabrán vencer las adversidades.
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