Después de la valiosa decisión de frenar la venta de Cafesalud EPS, que reinvindica al vapuleado sistema de justicia, la magistrada Claudia Elizabeth Lozzi Moreno, del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, revocó su medida cautelar y reanudó este negocio, pero develando información que confirma cómo con este negocio no se busca una solución de fondo a los problemas estructurales del pésimo e inviable servicio de salud, sino aprovechar un carrusel financiero de altos réditos para el comprador.
Quedó claro que los $1,45 billones ofrecidos por el comprador no serán capital fresco para el sistema de salud y no cubrirán todos los pasivos de Saludcoop, propietaria del 86,87 % del capital de Cafesalud. Se compensarán deudas del comprador por casi $0,45 billones y el billón restante será pagado a cinco años.
Quedó claro que el consorcio comprador apenas desembolsará de su bolsillo $30.000 millones, 2 % del total del negocio, “de manera casi concomitante con el traspaso de las acciones”, mientras el resto del dinero será a cuentagotas y del usufructo de los billonarios recursos que recibirán del gran botín subastado: 5,8 millones de “mal tratados” usuarios de Cafesalud.
Quedó claro que el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, fungió de banquero con recursos del Fosyga y de manera irresponsable prestó $200.000 millones en el año 2015 a una entidad quebrada como Cafesalud, que en últimas era la misma Saludcoop, que ya estaba en liquidación. Operación que debiera revisarse por la Contraloría General de la Nación, pues la recuperación de esos dineros está bien enredada.
Y entre otras graves curiosidades, quedó también claro que la venta aún se puede frenar, pues, hasta la fecha, la Superintendencia de Salud no ha autorizando la operación de la “Newco” resultante del proceso de enajenación, “Newco” que debe ser una nueva sociedad a la que se traspasarán los activos y algunos pasivos de Cafesalud y sin la cual no se puede ofrecer el servicio. Seguramente la Supersalud precipite este fundamental requisito ante el temor de que se le enrede este inconveniente negocio, del que ha sido cómplice pasiva, al tiempo que prevarica por omisión por no actuar frente a otras EPS como Coomeva, cuya insostenible situación financiera es peor que la de Cafesalud, algo que obliga a una actuación urgente de la Contraloría y la Procuraduría.
@jrobertoacosta1; jrobertoacostaopinion@gmail.com
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