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“El pueblo con conciencia es imparable”: Dick Emanuelsson

Written By Unknown on sábado, mayo 27, 2017 | sábado, mayo 27, 2017

Por Nelson Lombana Silva, Pacocol.

Recientemente visitó nuevamente a Colombia el destacado periodista sueco, Dick  Thomás Emanuelsson, en compañía de su compañera, Miriam Huezo Herrera, médica y camarógrafa.


Dick fue víctima de las amenazas de muerte y de las tenebrosas chuzadas durante la dictadura del uribismo. Se vio precisado a salir del país y radicarse en la hermana república centroamericana Honduras. La Fiscalía General de la Nación, le estaba armando todo un “paquetazo” para justificar su encarcelación, según fue advertido oportunamente por el periodista colombiano, Holmán Morris.

Es un periodista internacional que le hace seguimiento a la noticia prácticamente en todos los países americanos, a excepción de Brasil. Le impresionó poderosamente la situación colombiana, dedicando gran parte de su vida periodista en informar y comunicar sobre este conflicto social y armado de este país sudamericano que ha padecido por algo más de 50 años.

Desafiando todo tipo de vicisitudes este comunicador social ha recorrido a Colombia, prácticamente de un extremo al otro, a lomo de mula, caminando, trotando, desentrañando la verdad y nada más que la verdad sobre la verdadera historia colombiana, totalmente ignorada y tergiversada por la clase dominante.  Se internó en la selva asumiendo todos los riesgos para encontrarse con las guerrillas, conocerlas y comunicar sus plataformas de lucha.

En esa brega periodística, Dick Thomás Emanuelsson pudo estar cara a cara con los máximos comandantes de las FARC – EP, el ELN, el EPL, el M-19, también con los guerrilleros rasos, con los campesinos, con líderes importantes de izquierda. E incluso, conocer de cerca el pensamiento reaccionario de la derecha y de la extrema derecha.

A pesar de las crudas amenazas, volvió a Colombia con el fin de conocer de cerca y de primera mano el momento histórico que vive el país con el proceso de paz. Sin escatimar esfuerzos y riesgos, recorrió con Miriam, nuevamente a Colombia. Llegó hasta las zonas veredales transitorias de normalización, unas veces bajo la lluvia y en otras bajo el sol canicular. Dick no es un periodista de oficina, ni de ciudad siquiera.

Visitó la Guajira, Tolima, Antioquia, Cundinamarca, El Valle y otras regiones del país. En el Tolima estuvo tres días: 12,13 y 14 de mayo, visitando el municipio de Cajamarca, conociendo de cerca la lucha del pueblo por la defensa del medio ambiente y su rechazo absoluto a la presencia de multinacionales y transnacionales, especialmente Anglo Gold Ashanti. Habló directamente con los verdaderos protagonistas de esta singular manifestación de dignidad y defensa de la soberanía nacional: Las comunidades y sus principales líderes.

También visitó el municipio de Icononzo, la zona veredal transitoria de normalización en la vereda La Fila, donde compartió casi todo el día con guerrilleros y guerrilleras, constatando el incumplimiento del gobierno nacional y la firmeza ideológica y política de las FARC – EP para asumir el momento histórico de la dejación de las armas y la continuación de su plan estratégico desde la lucha política.

Quedó impresionado de la forma orgánica y consciente como el movimiento guerrillero viene asumiendo su nuevo rol. En ese sentido, destacó la dinámica en este asentamiento guerrillero, en el que se destaca un grupo nutrido que se prepara a todo vapor en el terreno periodístico, por ejemplo.


Criticó duramente la postura mediática de los grandes medios, afirmando sin ambages que era el principal obstáculo para sacar adelante el proceso de paz. “Estos dos canales (RCN y CARACOL), son los principales obstáculos para que realmente este proceso pueda consolidarse”. Incluso, le restó importancia a la postura del narcoparamilitar No. 82: “Uribe podrá gritar mucho – dijo – pero no creo que tendrá éxito en ese sentido”.
Destacó la necesidad de estudiar el acuerdo para a partir de allí argumentar y enfrentar a los guerreristas y a su vez, continuar con la labor de concientización del pueblo colombiano, siguiendo el ejemplo de la comunicad de Cajamarca (Tolima). “El pueblo con conciencia es imparable”, anotó.

La página web: www.pacocol.org y el blog: http://nelsonlombanasilva.blogspot.com.co, se complacen en presentar la entrevista con el periodista Dick Thomás Emanuelsson:  

-          Dick Emanuelsson uno de los periodistas más importantes a nivel internacional, natural de Suecia. Usted conoce este país casi como la planta de su mano…

No, tampoco; este país es tan grandísimo 1.254 millones de kilómetros cuadrados, es imposible, pero sí he recorrido algo de este hermosísimo país y claro me impresiona mucho, lo siento durante un buen tiempo como mi segunda patria. Llegué aquí la primera vez, hace ya 37 años, en 1980 y de ahí he regresado continuamente a Colombia haciendo viajes, en giras periodísticas hasta el año 2000, cuando me instalé en Bogotá acreditado como periodista sueco en Colombia y duré más de lo que pensaba hasta que me empezaron a molestar demasiado el último año: 2005, en diciembre de 2005, por todas las amenazas de muerte y durante este año, me vi obligado a dejar Colombia, a raíz de esas chuzadas, del escándalo de las chuzadas por el DAS y el G3.

Bueno de una u otra forma sospechaba que los organismos del Estado estaban detrás, fue confirmado en febrero de 2009, si no me equivoco por Holman Morris, mediante un correo electrónico que me hizo llegar diciendo que tenía una carpeta muy voluminosa en la Fiscalía General de la Nación, que la Fiscalía en su allanamiento del DAS, en su sede, había decomisado todo el archivo del DAS y G3 que era un organismo ilegal adentro del DAS, se confirmó más o menos las sospechas que tenía.

Bueno, el Colectivo Alvear Restrepo me propuso que demandara el Estado Colombiano por cuatro razones o casos: El primer caso, fue Jorge Noguera, el segundo fue, Miguel Narváez, el ideólogo que anduvo haciendo charlas en los campamentos de los paramilitares y los otros mandos del DAS G3 con menor rango. No me acuerdo de los nombres ahora, pero estaban otros dos ahí.

Eso más o menos, regresando después 11 años y 5 meses, fue para mí el 25 de abril, aterrizamos nuevamente en Colombia, fue una sensación muy grande, porque como le venía diciendo, Colombia ha venido siendo como mi segunda patria y sigue siéndolo, aunque llevo más de 11 años desde que salí de Colombia en Honduras, una país también hermoso, una Colombia en miniatura, montañoso, 2 costas: Atlántico y Pacífico, valles muy hermosos, es un país muy hermoso, pero muy “colombianizado” como dicen los mismos hondureños, militarizado terriblemente después del golpe de Estado el 28 de junio de 2009.

De todas maneras, el pueblo hondureño, el pueblo colombiano, el pueblo latinoamericano, a su forma está peleando por una vida mejor, más digna y llegando a Colombia ahora con ese proceso, ese acuerdo, firmado entre las FARC y el Estado Colombiano, es bastante interesante. No pude resistir de otra vez regresar a Colombia, aunque también los compañeros del Alvear Restrepo me habían recomendado en el 2012 – 2013, de no llegar a Bogotá, porque nunca se sabe qué tipo de montaje podría montar contra uno.

Es más o menos, algo de antecedentes de mi persona como periodista y bueno, aquí estoy en Ibagué, este departamento Tolima, tan hermoso, muy hermoso.

-          ¿Cómo es posible que un periodista sueco se fije en Colombia? ¿Cuáles fueron las causas?

Yo pienso que Colombia desde su punto de vista político es único. Aquí, hay un Partido Comunista Colombiano legal, aunque legal es un poco relativo, un Partido golpeado, han intentado prácticamente eliminarlo físicamente como hicieron con la Unión Patriótica, donde el Partido llevó un costo muy alto en vidas.

Pero, sí en este momento también está armado la insurgencia que ha llevado tanto tiempo, entonces, la curiosidad periodística también me hizo llegar a Colombia y llegué como le dije en 1980. En ese momento quizás se hizo una vuelta por toda América Latina durante 4 meses y lo que más me impactó fue realmente Colombia, en el sentido que hay aquí todos los fenómenos políticos: Legal y armado. Entonces me interesé mucho sobre este conflicto tratando de llegar más al fondo.

En el año de 1983, regresé y entreviste a Manuel Cepeda Vargas, que en ese momento era el director del Semanario Voz Proletaria, un excelente periodista, un ejemplo de periodista, ejemplo de valentía también que me impresionó mucho. Así, poco a poco, fui profundizando los diferentes temas de Colombia y bueno, como le decía, este país tiene tantas cosas para un periodista cubrir y bueno, trataba de hacer todo lo que fuera posible, pero claro, he tenido que cubrir otros países en América Latina, menos Brasil, entonces el tiempo también tiene su alcance, su limitación.

-          Llama poderosamente la atención que usted fue un periodista que visibilizó la insurgencia cuando estaba totalmente incomunicada y entrevistar un guerrillero era un suicidio en Colombia. A groso modo, ¿Cómo sintetiza usted esta gran experiencia?

La primera vez fue en 1988, estaba el acuerdo de la Uribe sobre cese al fuego tomado por las Farc y el gobierno conservador de Belisario Betancur y muchos periodistas subieron a Casa Verde y yo aproveché y llegué a finales del mes de marzo, se iba a realizar la semana siguiente la II Cumbre de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, donde estaban todos los movimientos insurgentes en esa época. Fue muy interesante. Yo estuve cuatro o cinco días antes, incluso, con el compañero Álvaro Angarita del semanario VOZ La verdad del pueblo, excelente periodista, viejo amigo, compañero de toda la vida. Estuvimos ahí, casi dos semanas.

Realmente fue impresionante experiencia para mí, subir primero tres días en caballo, tres jornadas, llegando de San Juan del Sumapaz pasando por todo el páramo y llegando después a la entrada del territorio de las FARC, de la Casa Verde, y después salir por el otro lado por Cabrera. Y durante una semana la ida arriba, tenía el privilegio realmente de entrevistar a Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas, los dos legendarios comandantes de las FARC, más otros comandantes de los otros movimientos guerrilleros: EPL, ELN, M-19, entrevisté a Vera Grabe, también entrevisté guerrilleros rasos que estaban ahí, mujeres, un muchacho de trece años que se llamaba John Jairo, que su relato me impresionó mucho, que su mamá estaba peleando en un frente y su papá había caído en combate con el ejército y su abuela, que tenía la responsabilidad de la custodia del muchacho, llegó un día y le dijo a Jacobo Arenas: “Mira, ahora le toca a usted encargarse de ese chiquillo, porque yo soy muy vieja y muy cansada de llevarlo todos los días”. El comandante Jacobo, contestó: “Nosotros no podemos llevar un niño de solamente de doce años” que tenía en esa época y el chiquillo decía: “No, yo tengo buena puntería”. Pero, claro, era un niño. Él fue un escolta de honor de Jacobo Arenas. Estuvo haciendo la guardia afuera dos, tres horas de la “oficina” de Jacobo Arenas.

Claro, yo le preguntaba: “¿Tú no tienes ganas de ir al cine como matiné, ir a comer dulces en la ciudad?” Me contestaba: “Sí, sí, pero después de la guerra”, me dijo el muchacho.

Después supe, a los 25 años tuvo su propia escuadra y pasaron otros años, y como tantos otros, tal como los sacrificios que tiene esta guerra, él murió en un combate con el ejército, cuando ya tenía más o menos 30 años.

-          Usted tuvo la oportunidad de entrevistar a legendarios comandantes no solamente de las FARC, sino de otras organizaciones guerrilleras. ¿Qué concepto tiene – por ejemplo – de Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas?

Pues, uno se imagina un legendario guerrillero que fue Marulanda, con su uniforme camuflado, con su fusil, hablando de los combates… Realmente fue una gran sorpresa, porque él ni tenía camuflado, tenía su gabán, tenía un suéter, una camisa, su toalla verde en uno de sus hombros y hablando de la necesidad de una nueva constituyente, una nueva legislación, una nueva Colombia en paz, donde los trabajadores, los obreros, los campesinos, los estudiantes, tuvieran verdaderos derechos. Es decir, llenar el eslogan, la consigna de la justicia con contenido social, verdadero contenido social.

Ese fue, digamos en marzo y abril de 1988, cómo es la vida, la ironía de la vida, en las elecciones de 1988, justamente de gobernadores, diputados, alcaldes, concejales, fue la primera vez en este año, esta elección fue fruto del acuerdo entre las FARC y el Estado colombiano del año 1984, mes de mayo, eran reformas que se iban dando poco a poco.

Ahora, sobre la Constituyente fue una cosa fatal, porque el mismo día que al pueblo colombiano realmente fue a las urnas para elegir los delegados y delegadas a la asamblea nacional constituyente, el ejército nacional, por orden del presidente Cesar Gaviria Trujillo, ordenó el bombardeo  de Casa Verde, rompiéndose así el cese al fuego y se perdió diez años y muchas vidas humanas, muchos combates. Pensaron que iban a terminar en un dos por tres a unos viejitos como les decían a los miembros del secretariado, pero lo que pasó fue que realmente la guerrilla de las FARC, bueno tuvieron que retirarse a la montaña, a la selva, a las diferentes trincheras del combate contra el ejército y ahí se reforzó tremendamente durante toda la década de los 90s. Me acuerdo de un general que se llamaba (No recuerdo su nombre ahora) que en el año de 1996, ante las grandes ofensivas de la insurgencia de las FARC, dijo: “Hay que tomar medidas drásticas si no las fuerzas militares colombianas van a perder esta pelea militar con la insurgencia que está creciendo fuertemente”.

Si usted recuerda también, presentaron los mejores expertos en la política exterior del Departamento de Estado, que eran los republicanos, hicieron varios documentos Santafé, Santafé 1, 2 y 4, Santafé 3, parece que nunca lo publicaron oficialmente, pero en Santafé 2, de ese documento advertía esos expertos internacionales sobre la política exterior de los Estados Unidos, si no toma medidas, rápidas y drásticas en el caso colombiano, el Estado colombiano puede caer en manos de esta guerrilla.

Era una época muy, muy interesante, pero como le digo, las impresiones de Marulanda y también Jacobo Arenas fueron muy grandes para mí, realmente una orientación para entender un poco el complejo panorama colombiano que ha sido siempre este país.

-          ¿Alguna anécdota en especial con los comandantes Manuel o Jacobo Arenas?

Bueno, tengo una anécdota bastante chistosa, es que había también con los delegados de los otros movimientos guerrilleros en esa segunda cumbre de la Coordinadora. Era una noche cultural. Bueno, como sueco soy un poco tímido, pero cada uno de los que estábamos como invitados, teníamos que entregar algún tipo de actividad cultural. Álvaro Angarita y yo, cantamos alguna canción, hicimos un chiste sobre Augusto Pinochet: Pinochet estaba enterrado hasta el cuello en el desierto Atacama en el norte de Chile, entonces, pasó un campesino y Pinochet gritaba: ¡Ayúdame! ¡Ayúdame! ¡Ayúdame! Pobre campesino, es que estoy mal y herido. El campesino lo miró y le dijo: No, lo que pasa es que está mal enterrado” y con el zapato se lo puso encima. Marulanda, estaba pasivo escuchando. Al otro día, me paró. Me dijo: “Oiga, cuéntame otra vez ese chiste, fue que no lo entendí muy bien”. Quizás, por mi mal español de esa época, era medio sueco. Entonces, le conté otra vez el cuento. Marulanda, que era un hombre bastante serio, a cambio de Jacobo que era más abierto y risueño, se puso a reírse mucho. Cayó la moneda al otro día.

-          ¿Esa campaña negra contra la guerrilla de que era terrorista no lo hizo dudar para entrar a la montaña, recorrer llanuras, pendientes, en busca del proyecto político de este movimiento insurgente?

Claro que sí. Esa gira, esos reportajes allá en Casa Verde, entrevistando también al comandante Joselo Losada, que era otro marquetalíano, incluso, más que Tirofijo (Manuel Marulanda Vélez), que tenía una puntería muy bien decía todos los guerrilleros; claro, tuvo sus secuelas en forma muy positiva para mí, despertando más interés para meterme más en la historia de este movimiento insurgente de esta Marquetalia hasta el día de hoy.

Y claro, yo duré diez años para otra vez hacer los reportajes, estuve casi seis semanas en el bloque sur, en el 48, en el campamento de Raúl Reyes, en el campamento de Joaquín Gómez, que en ese momento era el jefe del bloque sur de las FARC. Entrevisté a mucha gente. Llegué tres semanas después de Patascoy en el cerro de Nariño, que era una base militar en 4.200 metros de altura, unas condiciones climáticas, uno no entiende que 200 guerrilleros pueda tomar una base militar a esa altura, había hecho un intento en el mes de octubre y volaron guerrilleros por las tormentas de nieve que había allá, tuvieron que regresar y hacer nuevamente el intento el 27 o 21 de diciembre de 1997.

Llegué la segunda semana en 1998, tres semanas después de la toma de Patascoy y ahí entrevisté el comandante llamado El Paisa, que no era el mismo Paisa que la prensa burguesa tiene tanto temor, pavor, sino era otro Paisa, que había estado en la toma de Patascoy. Fue interesante escuchar el relato y todo. Y hablando con los guerrilleros rasos preguntando de donde venía, etc. Entonces uno se daba cuenta que eran colombianos de carne y hueso, víctimas de la guerra sucia, sobre todo sus familias, donde el ejército había asesinado, en el caso de un guerrillero negro en el bloque sur del comandante Joaquín Gómez, que le habían asesinado seis hermanos y primos de este muchacho muy humilde que era el que llevaba la ametralladora de ese campamento. O sea, hay una infinidad de casos que uno entiende por qué se va a la montaña y a la insurgencia a incorporarse para una u otra forma, no solamente salvar su vida, sino cambiar todo este país tan injusto  donde un poder fáctico está por encima, tanto del Estado como del Congreso y del Gobierno.

Bueno, a parte, del proceso del Caguán que yo estuve varias veces en este proceso, que era muy importante. En el 2005, me impresionó mucho porque fue la última vez que pude entrevistar a Raúl Reyes, antes del bombardeo del primero de marzo de 2008 y además, entrevisté en casi dos horas a Lucero, que era la esposa de Simón Trinidad y cuatro meses antes había sido extraditada a los Estados Unidos como un chantaje de Uribe, que si habla, si ingresa como desertora en este proceso junto con los paramilitares, no lo vamos a extraditar a los Estados Unidos. Pero Simón nunca accedió en esa forma. Lucero era una mujer humilde, una persona con tanta sensibilidad, pero con una firmeza increíble.

Pienso que he hecho muchas entrevistas en este país, esta es una de las entrevistas que más me gusta, porque realmente muestra el sentimiento que tiene un guerrillero, guerrillera, del por qué se asume un papel tan importante como arriesgar su vida, contra un ejército de 500 o 1000 de los más preparados, más entrenados y con más experiencia en la lucha contra guerrillera que tiene el ejército y las fuerzas militares colombianas.  

Claro, una cosa lleva a la otra. Y uno se mete más al fondo de ese tema, mirando quiénes son los verdaderos poderes fácticos en este país: Las transnacionales, las siete bases militares norteamericanas subordinándose totalmente ante el imperio del norte. Yo pienso que ahora las FARC con la firma del acuerdo de paz, tiene una tarea muy importante de canalizar toda esa rabia, la desesperación de las grandes masas colombianas que no tiene casi qué comer o si tiene es muy poco, el desempleo en este país, la miseria, la extrema pobreza. O sea, todos los factores objetivos existen en este país, lo que falta, como decía Ernesto Che Guevara, es que el factor subjetivo se madure, el pueblo tome conciencia.

En ese sentido, el trabajo periodístico de se está haciendo ahora los jóvenes guerrilleros, me impresiona, hasta la revista Semana, se impresiona por la calidad que están haciendo en sus post y que está saliendo por todas las redes sociales. Pienso que es un buen camino, un buen inicio.

Pero, como te digo, el pueblo colombiano tiene que tomar conciencia para cambiar esto, no puede seguir en esta vida masoquista de ser sumiso o ser conformista con un régimen, no me refiero solamente a Juan Manuel Santos, sino todos los gobiernos de turno, y sobre todo, esa oligarquía rancia como solía decir el comandante Hugo Chávez al referirse a la oligarquía colombiana, al mantener una guerra contra este pueblo tan noble, tan hospitalario, tan hermoso, que es el pueblo colombiano durante toda la existencia de la república colombiana.

-          Precisamente, ¿Cómo analiza usted la metamorfosis de la guerrilla de las Farc al decirle adiós a las armas y entrar al escenario político a continuar su plan estratégico por otras vías?

Es difícil para mí, que vengo del exterior, a decir algo sobre esto. Pero, la reflexión que uno hace es que no es un movimiento guerrillero derrotado, capitulado, es un movimiento bastante inteligente. Creo que eso les da la confianza a la conciencia del pueblo colombiano. Ellos entienden que la lucha política está por encima de cualquier otra forma de lucha, siempre no puede ser de otra forma y la otra forma ha sido complementario en unas circunstancias muy especiales, que ha sido ser alzados en armas durante tantos años.

Espero realmente, que no se vaya a repetir la experiencia de la Unión Patriótica, pero nunca se sabe, con una oligarquía y Estado colombiano tan traicioneros durante toda su historia, durante toda su existencia, pues esperamos que se tomen decisiones inteligentes y se cree un movimiento amplio, un frente amplio, democrático, progresista, que neutralice todavía más a la ultraderecha, a la extrema derecha, el fascismo representado por el uribismo y sectores que han hecho todo para que este proceso, este acuerdo de paz, no se haga realidad. O como el mismo Luis Fernando Londoño, resumió: “Hay que hacer trizas este acuerdo de paz”.

Todo dependerá del pueblo colombiano, sea él que decida libremente si quiere que la guerra regrese o si quiere construir algo más nuevo, donde el pueblo sea realmente el verdadero protagonista en este proceso político que las FARC ha iniciado con la firma del acuerdo de paz.

-          ¿Cuáles que cree usted que son los principales factores que dificultan que este acuerdo de la Habana se materialice?

Pues los colegas míos colombianos en los medios de comunicación corporativos: RCN, CARACOL, no es una casualidad que el comandante Manuel Marulanda Vélez haya dicho al inicio del proceso de paz en el Caguán: “Ustedes tienen una deudita con nosotros. ¿Por qué? Porque toda la vida han demonizado, criminalizado, han descrito a la guerrilla como un “comunista” que come niños”.

Ese periodismo barato, nefasto, violando todos los principios del ABC del periodismo. Estos dos canales, que dominan el 95 por ciento, más o menos, de todos los televidentes y radioescuchas en el país, son los principales obstáculos para que realmente este proceso pueda consolidarse.

El uribismo y estos sectores fascistas que asesinan los líderes sociales para amedrentar este movimiento de masas que tiene que surgir en este país, son aislados, no creo que tengan mucho apoyo o respaldo de las grandes masas populares en Colombia, Uribe podrá gritar mucho, pero no creo que tendrá éxito en ese sentido.

Los verdaderos obstáculos son los que manipulan desde los estudios de televisión de RCN y CARACOL. Por eso es tan importante que los mismos guerrilleros que ahora son periodistas que trabajan con eso  que impactan con su post en youtube y que tiene una entrada de miles de jóvenes colombianos que entran, pienso yo, para escuchar y ver la noticia sobre la realidad colombiana. Ahí, está la clave para romper ese cerco mediático que están en los grandes medios corporativos, que están bombardeando constantemente al pueblo colombiano durante tanto tiempo y siguen haciéndolo.

-          Finalmente, ¿Qué tiene que hacer el pueblo colombiano para ganarle a la ultraderecha ese pulso entre la guerra y la paz? ¿Qué actitud debe asumir los colombianos y las colombianas?

Bueno, en primer lugar estudiar detalladamente el acuerdo. De ahí sacar argumentos sólidos para seguir haciendo conciencia en el pueblo colombiano. El ejemplo, que nos ha dado el municipio de Cajamarca (Tolima), es muy bueno, que el 98 por ciento haya dicho no a la explotación minera por la transnacional Anglo Gold Ashanti, es signo que el pueblo ha tomado conciencia, que no comenzó el 26 de marzo con la consulta popular ambiental en este municipio, sino fue un proceso durante varios años donde los líderes de la campaña por el NO, ambientalistas, geólogos, diferentes sectores de la sociedad cajamarcuna, se sentaron con los campesinos, que como yo no sabemos mucho de minería, pero se sentaron a estudiar el tema y el campesino con ese conocimiento se convenció que podía pronunciarse sobre eso y lo hizo, seguramente después de haberse leído documentos sobre los efectos desastrosos que significa la minería a cielo abierto, para una nación, y sobre todo para una comunidad tan importante como son los campesinos, porque producen comida, no producen cianuro, no producen desastres ecológicos con el agua, que hace la minería en el Cerrejón, que ya estaba haciendo en Cajamarca y en otras regiones del país.

El ejemplo de Cajamarca (Tolima), pienso yo que es sensacional, fundamental para entender que sí se puede derrotar este régimen mediante la unidad y la organización. Muchos guerrilleros que he venido entrevistando ahora en los dos campamentos, en los puntos de El Conejo (Guajira) y en la Fila, municipio de Icononzo (Tolima), ellos también subrayan claramente el ejemplo de Cajamarca (Tolima). El pueblo con conciencia es imparable. Eso lo mostró el resultado de la consulta popular en Cajamarca (Tolima). 


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