Hernando Vanegas Toloza,
Postales de Estocolmo.
La forma ´perfecta´de la
democracia burguesa son las elecciones. Son perfecta si a los burgueses los
favorece el voto popular. Mas si es el pueblo el que mediante las elecciones
accede al poder, o al gobierno, entonces los burgueses y su aliado el imperialismo
arman tremendo alboroto y recurren a medios ilegales (saboteos, acaparamientos,
extracción de moneda hacia otros países, medios de comunicación apátridas y
hasta a golpes de estado, `blandos´-algunos- y `duros´-la mayoría).
Entonces las elecciones
y el orden jurídico burgués les importa un culo y se limpian el `asterisco´ con
ellas. Desconocen que el pueblo ya cansado de sus abusos, de sus exclusiones,
de su explotación, de su amedrentamiento, de su represión, de sus
encarcelamientos, de su terrorismo de estado, ha optado por no dejarse gobernar
más por esa clase parásita y decide tomar el rumbo de su su future en sus
manos.
Mas los burgueses, la derecha,
no se da por vencida y arremete con todo contra los presidentes progresistas
elegidos mediante unas elecciones realizadas mediante el método burgués, o sea,
presentación de candidatos que salen de los partidos (que no representan al puebo,
sino a los miembros de ese partido) y no, como en Cuba, en donde los candidatos
a la Asamblea Nacional salen de la base misma del pueblo, en los CDR, pueblo
que decide si hay -o no- que elegir a alguien y llevarlo a posiciones de poder,
poder que lo representa a sí mismo y le debe rendir cuentas. Eso es la
democracia socialista.
Si revisamos la historia
–así sea sucintamente- veremos que cuando pierden las elecciones los partidos
de derecho mandan al carajo su democracia y tratan de recuperar el poder a la
brava, una verdad que asusta. Recordemos no más el caso de Salvador Allende en
Chile y el golpe militar en 1973. Recordemos no más el golpe “blando” contra
Dilma Rousseff en Brasil en 2016. Recordemos no más el golpe “duro” contra
Manuel Zelaya de Honduras en 2009, el golpe “blando” contra Fernando Lugo en
Paraguay en 2012. O el asesinato de Roldós en Ecuador en 1981.
En ese empeño están
contra la revolución bolivariana, la cual desde que ganó las elecciones -mediante
el método burgués- ha venido ganando una y otra elección –salvo en una occasion-
y durante el mandato de Chávez les hizo morder el polvo durante más de 14 eleciones.
El sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, puede no gustarnos pero a pesar de todo
mantiene en alto las banderas de la revolución bolivariana, que todos
sintetizan como ser Chavista.
Saboteos a PDVSA,
acaparamiento de alimentos básicos en los sectores populares en tanto en los sectores
oligárquicos los almacenes permanecen repletos de lo que le niegan al pueblo
para su consume, guarimbas –creación de caos y destrucción para obligor al
gobierno a reprimir- y poder aseverar que es una “dictadura”, medios de
comunicación propalando toda clase de mentira, intolerancia contra los medios
de comunicación afectos a la revolución, etc, etc, son pan de cada día en
Venezuela que soporta una arremetida sin fin –financiada con los dineros del imperialismo
estadounidense-, mas no han podido resquebrajar la unidad del pueblo
concientemente revolucionario. No faltan, claro está, los “izquierdistas” que
siempre le hacen juego al enemigo de clase.
O sea, están
desarrollando una guerra en diferentes frentes. Guerra económica. Guerra comunicacional.
Guerra de la mentira. Guerra de invasión (narcoparamilitares colombianos). El
pueblo responde a éstas guerras con su presencia masiva en las calles, en las
elecciones, en cuanto evento haya en defensa de la revolución bolivariana. Los
militares venezolanos permancen fieles al legado bolivariano y se han alineado
al lado de su pueblo. Este binomio es garantía para la sobrevivencia de la
revolución bolivariana.
Un capítulo aparte merece valorar el papel jugado por las
milicias bolivarianas y por las comunas al interior de las fuerzas populares. Pueblo armado al lado de sus fuerzas militares y el
poder de las comunas van consolidando el proceso y lo harán cada vez más
impermeable a los intentos de la derecha y el imperialismo.
En próximas elecciones
se dará uno nuevo enfrentamiento de clase entre los defensores de la revolución
bolivariana -el pueblo y sus fuerzas militares-, y los seguidores de una clase
burguesa parásita representada en los dos partidos tradicionales que habían
permanecido en el poder desde las guerras de independencia sin solucionar los
problemas básicos de los venezolanos y se apropiaban de la renta producida por
el petróleo.
Éste es en últimas, la
causa de los apetitos voraces de los imperialismos de todo cuño, viejos y no
tan nuevos imperialismos.
Los pueblos
latinoamericanos seguirán luchando por seguir dando saltos al vacío a fin de
preservar los gobiernos populares o en otros casos para acceder a nuevos
gobiernos populares.
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