Hernado Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.
Colombia desde hace dos siglos es gobernada por una mafia
que se apoderó del estado. Mas a pesar de ellos el pueblo colombiano ha
continuado –persistido- en la lucha contra el estado de cosas a que nos han
sometido los detentadores del poder, la mafia politiquera-emprearial-militarista-mafiosa.
Por estos días han
sucedido dos acontecimientos que muestran lo aseverado sobre la capacidad de
lucha del pueblo colombiano.
En Cartagena, La
Heroica, se realizó la reunión entre el presdiente Juan Manuel Santos –y su
equipo de paz- y el comandante de las FARC-EP, Timoleón Jiménez –con parte del
secretariado y otros comandantes-, para dialogar –discutir?- sobre el estado de
la implementación del Acuerdo Final para una Paz estable y duradera, acuerdo
firmado por Santos y el Comandante fariano.
Por informaciones de
portal de farc-ep.co –no propiedad de los potentados empresarios colombianos- tenemos
un resumen de los puntos abordados, dado el incumplimiento gubernamental en la
implementación del Acuerdo Final, en tanto las FARC-EP han cumplido a cabalidad
lo acordado.
Los puntos fueron:
Desarrollo legislativo, Garantías de seguridad, Tránsito a la legalidad, Zonas
Veredales Transitorias de Normalización, Reincorporación.
Ver.
Las conclusiones de la cumbre gobierno Santos – Farc en Cartagena
De ésta manera las
FARC-EP sigue dando muestras fehacientes de su indeclinable voluntad de
alcanzar la Paz al precio justo para el pueblo, es decir, seguir construyendo
la Paz a pesar de los obstáculos. Realmente era mucho más difícil conseguir la
solución política al conflicto armado –y las FARC-EP lo lograron a fuerza de
golpes de fusil- y ya en el escenario de haberlo conseguido los obstáculos
deberán ser resueltos con la fuerza de la palabra y el diálogo.
Producto del Acuerdo
Final en Colombia se respiran aire nuevos. No hay persona –por poco inteligente
que sea- que no reconozca esta verdad. Los colombianos sienten que viven en un
ambiente más pacífico, a pesar de que sigue campamente la criminalidad, a pesar
de que desde el Estado se sigue aplicando el Terrorismo de Estado de la
Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) que sigue inundando de sangre inocente los
campos y ciudades colombianas.
Es encomiable la posición
de los farianos de continuar apostándole todo a la construcción de la Paz. Sus
hechos así lo aseveran y en política los que valen son los hechos. Las FARC-EP
están cumpliendo el cronograma de la Implementación del Acuerdo Final de Paz,
muchas veces contra el incumplimiento gubernamental, denunciando ese
incumplimiento y mostrando en la práctica su disposición a superarlos
(construcción de campamentos por los propios farianos, por ejemplo).
En Cajamarca, un pueblo
minero que el mundo no sabe en donde queda, el domingo 27-03-2017 se produjo un
hecho que muestra lo que un pueblo decidido puede alcanzar con unidad y
organización, y alegría en su lucha, desde luego. Cajamarca realizó una
consulta para saber la opinión de sus habitantes sobre la minería que pondría
en peligro de sus fuentes de agua dulce y el pueblo votó por el No a la
minería, en contra de toda la propaganda de la empresa Multinacional que gastó
millones de pesos para propagandizar el Sí.
El pueblo de Cajamarca
le ha mostrado al resto del pueblo colombiano cómo es que se deben hacer las
cosas, cómo se debe adelantar una lucha. Desde luego que todos los colombianos
estábamos apoyando con nuestra energía positiva al pueblo de Cajamarca, sus
organizaciones y especialmente las FARC-EP. Leímos importantes pronunciamientos
en las redes sociales afines de las FARC-EP y ello nos movía a mirar con optimismo
el triunfo popular.
Hoy el triunfo del
pueblo de Cajamarca nos llena de regocijo y nos hace enfatizar que la vida está
por encima de la riqueza y la avaricia de unos cuantos pocos.
En los dos casos,
diálogo para superar las dificultades en la implementación del Acuerdo Final de
Paz y triunfo popular en Cajamarca, tendremos que continuar vigilando el
cumplimiento estatal. Las organizaciones populares han venido trabajando positivamente
y las personalidades políticas populares –las que apoyan irrestrictamente la
construcción de la Paz- han jugado un papel no despreciable, por el contrario,
demuestra la importancia de contar con unos cuántos parlamentarios populares.
En éste período estamos
jugándonos el futuro de nuestros hijos y nietos. Persistamos en la construcción
de una Nueva Colombia en Paz con Justicia Social.
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