Domínico Nadal, El
Cuento de la Semana.
Érase que se era… “no
recuerdo nada”. Es la frase de moda entre los círculos mafiosos
de la ”camorra” del Centro Democrático (CD), que algunos los llaman Centro
Demoníaco.
En éste país en el que los politiqueros de todos los
pelambres exhiben una desfachatez cuando les investigan sus corrupciones, ahí
si va de primero el CD del narco-paramilitar número 82 ex-presidente, Álvaro
Uribe Vélez.
Que esos individuos aún no estén en la cárcel es porque el imperialismo
gringo los necesita para sembrar el caos en latinomaérica, especialmente en
Venezuela. Vemos que éstos individuos a pesar de ser no delincuentes de cuello
blanco, sino delincuentes de cuello negro, aún manipulan cierta franja de la
llamada “opinión pública” con la ayuda de los ”cocotudos” propietarios de la
media mediática colombiana.
El caso del número 82 -en la lista de personajes peligrosos
para la seguridad de los Estados Unidos-, es fehaciente prueba de nuestra
aseveración. El señor Álvaro Uribe Vélez es el ser más corrupto en la historia
colombiana y sus delitos van desde la violación de los derechos humanos de los
colombianos pobres, pasan por la Yidis-política y la narco-para-política y
siguen en cuanto delito de corrupción cometen los politiqueros que se someten a
su esfera delincuencial.
Ejemplo lo tenemos en la Tesorera de la campaña de Zuluaga,
otro ”idiota útil” que le sirge gustoso al 82, que dice no acordarse de nada de
la corrupción que campeaba en esa campaña. Increíble! La mencionada señora no recuerda nada, pero
si recuerda que “a la campaña no entraron dineros de Odebrecht”.
Ellos creen que el
pueblo, no la “opinión pública”, es tan tonto que se dejara “meter los dedos -ensangrentados
y corruptos del CD- en la boca”. Están equivocados “de cabo a rabo”. Por ello,
ya veremos cuán pírrica será la llamada “marcha contra la corrupción” que los
corruptos de Colombia –encabezadas por Álvaro Uribe Vélez, Ordóñez, Lafaurie y
la “camorra” del CD- están llamando para el 1o de abril 2017.
Veremos los ríos de
dineros malhabidos –narcotráfico, corrupción común- y ninguno obtenido de
manera legal correr para “comprar la conciencia” de los colombianos que
escuchan los “cantos de sirena” de los que quieren regresar a Colombia hacia la
guerra.
Hay que dejarlos que
organizen sus “marchas” y demás fétidas demostraciones. Ellas no son la
demostración del sentir del pueblo.
Nuestro pueblo está del lado de la
implementación del Acuerdo final de Paz y con él marchará impidiendo volver a
la guerra porque el pueblo entiende que hay que consolidar la Paz para, al
tiempo, ir denunciando la corrupción inherente al Sistema que impera por la
fuerza en Colombia e ir construyendo una Nueva Colombia en Paz con Justicia Social.
Hacia ese “sur”
marcharemos los colombianos pobres porque solo con la movilización decidida por
el pueblo podemos volver realidad nuestro deseo de una Colombia en Paz. Por
nuestros hijos y nietos, ni un paso atrás !!!
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