Allende La Paz.
Vuele y juega. Se destapa nuevamente el
narco-paramilitarismo como la herramienta estatal contra-insurgente. Aprovechan
los ”enemigos de la Paz” –algunos militares en servicio activo y en retiro,
algunos politiqueros tradicionales, y los narcotraficantes que se lucran de
ambos delitos- que las FARC-EP en virtud del Acuerdo Final deben permanecer 180
días en las Zonas Veredales (ZVTN).
No es sorprendente que las bandas narco-paramilitares se estén
expandiendo en todo el territorio nacional. Por sí solos, los
narco-paramilitares no tienen la capacidad para copar todo el territorio
nacional. Debe entonces haber una ”mano negra” detrás de ellos para diseminar ese
crecimiento. Ya sabemos quiénes son y por qué lo hacen.
El Bloque Dominante de
Poder –liberales, conservadores, la U, el CD, Cambio Radical, etc- continúa
desarrollando la guerra contra-insurgente contra el pueblo colombiano. A partir
de la firma del Acuerdo Final para una Paz estable y duradera se abrieron las
compuertas del narco-paramilitarismo y las ejecuciones están en ascenso y a la
orden del día.
Desde 2011 hasta 2015 –en
pleno funcionamiento de la Mesa de La Habana entre el Gobierno y las FARC-EP
por una salida política al conflicto armado- el Terrorismo de Estado produjo
534 ejecuciones de líderes populares. En 2016 fueron 120 y en lo
corrido de 2015 ya van más de 17 ejecuciones de líderes populares sociales. En total 671 líderes populares han sido
asesinados –ejecuciones extrajudiciales- por las balas y las armas blancas
asesinas de los ”enemigos de la Paz”.
Llama la atención
también que el sector supuestamente comprometido con la Paz no haga denuncia de
éstos hechos. Ni los politiqueros tradicionales, ni los militares que “están
por la Paz”, ni las Cortes, nadie del “establecimiento” dice “esta boca es mía”
para condenar el accionar narco-paramilitar. Sabido es que “el que calla otorga”
y esa aprobación silenciosa da más fuerza a los asesinos para continuar con el
exterminio de los líderes populares.
Es más, desde el
gobierno el ministro de Defensa niega la existencia del narco-paramilitarismo ”como
tal”, como si el cambio de nombre de los narco-paramilitares fuera suficiente
para cambiar su esencia.
También es sabido que la
Fiscalía no mueve un dedo para investigar los asesinatos de los líderes
populares y, desde luego, no hay ni UN detenido por estos hechos criminales.
Esto desde luego no es extraño en un país con un alto grado de impunidad para
todos los delitos, el 97%, razón por la cual las FARC-EP plantó la Justicia
Especial para la Paz (JEP).
Solamente hemos leído
una denuncia de la Defensoría del Pueblo (que no es gobierno), pero esto es
como una gota de lluvia en un desierto. Es un hecho perdido en el océano de la
impunidad y corrupción colombiana.
Evidentemente, como lo
hemos denunciado en anteriores ocasiones, la Guerra sucia –“preventiva”- contra
el pueblo la siguen adelantando los gobiernos de la élite en el poder. Ella
está basada en la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) y ahora que no tienen
ninguna excusa ya que las FARC-EP están en proceso de legalización tratan de
terminar de romper el tejido social popular a fin de seguir implementando las
políticas neoliberales, salvajes, de escamoteo de las reivindicaciones
populares, flexibilización laboral, no pago de horas extra ni recargos
nocturnos, aumento de la edad de pension, etc. Ese es el quid de la cuestión.
Mas nuestro pueblo no se
dejará asesinar impúnemente. De continuar esta situación estamos seguros
que desarrollará la Resistencia de Masas de mil maneras a fin de impedir la
ejecución de sus líderes. Para ello contará con el Nuevo Partido que surgirá de
la transformación de las FARC-EP en partido político legal. Ahora llegar a las
poblaciones y las masas será mucho más fácil a fin de organizarnos y
movilizarnos, y detendremos con la Implementación del Acuerdo Final el desangre
de los líderes del pueblo colombiano.
Ya los comandantes de
las FARC-EP están realizando las denuncias correspondientes por el asesinato de
los líderes populares. Toca que las organizciones gremiales, las sociales, etc,
se movilicen por la denuncia y el combate del narco-paramilitarismo, al igual
que exigimos del Gobierno Nacional directrices claras en ese sentido.
BASTA YA ! De no hacerlo,
volveremos a caer en el espiral de la violencia que queremos erradicar de la
vida del país.
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