Para quienes se quejan de que el sector público no crea empresas, se les tienen dos llamativos ejemplos: la Financiera de Desarrollo Nacional y un banco en Suiza de propiedad de Ecopetrol.
Sobre este último emprendimiento de Ecopetrol, resulta paradójico que, mientras su junta directa decide vender Propilco y los pozos pequeños de petróleo, dizque para concentrarse en su negocio grande, al mismo tiempo destine sus limitados recursos para constituir un banco en Suiza. Riesgosa actividad bien alejada de su visión estratégica.
Por la gran corrupción que atravesó Reficar en su desarrollo y que descuadró su viabilidad financiera, nadie en este planeta quería prestarle más dinero. Como paralizar la obra hubiera resultado más perjudicial que terminarla, el 11 de junio del año 2010 Ecopetrol constituyó un vehículo financiero con el pretexto de “flexibilizar la movilidad de recursos dentro del grupo empresarial”, es decir, hacerles el quite a rigurosas normas que prohíben el conflicto de intereses y riesgosos e innecesarios negocios entre filiales y matrices.
El “banco” arrancó con una inversión de US$100.000, pero al finalizar el año 2011 se habían perdido, pues este “banco” cerró ese año con patrimonio negativo, obligándose, por instrucciones de las autoridades financieras suizas, a una capitalización adicional de US$100 millones y que permitieron prestarle a Reficar un total de US$2.240 millones, pero sin ningún tipo de garantías para respaldar la deuda.
Pero ¿de dónde salía tanto dinero para prestarle a Reficar? Pues de los excedentes de filiales como Propilco, Hocol, Cenit, entre otras. Un peligroso negocio financiero de “yo con yo”.
Al corte del 2015, este “banco” ya tenía un patrimonio neto superior al billón de pesos, por lo que cabe preguntarse: terminada Reficar, ¿a quién más le prestará dinero? ¿Se habría usado este “banco” para operaciones de lavado de activos, dados los antecedentes de Suiza en esa práctica ilegal? ¿Qué evitaría que se hicieran préstamos como los que hizo el Banco Agrario a Navelena-Odebrecht?
Este “banco” público no se puede perder de vista, pues, estando fuera del alcance regulatorio local, es más vulnerable para que sea usado como caja menor de corruptos. Tema que deberá abordarse en la asamblea de accionistas. Ojalá la nueva junta directiva de Ecopetrol considere cerrarlo para no caer en indebidas tentaciones difíciles de fiscalizar
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