La risa, esa explosión de alegría que modifica toda nuestra estructura, está presente en toda la vida del ser humano. Es el único ser que sonríe y ríe. Algunas personas cuando están nerviosas se ríen. Cuando yo presté el Servicio Militar Obligatorio había en el batallón unos soldados que llamaban los risueños”. Ellos pertenecían a la ”contraguerrilla”. Y cuentan que en el combate éstos soldados reían a carcajadas.
Desde entonces me interesé por ese fenómeno de algunas personas en la guerra. Ahora viene la Revista Semana –extraída de El Heraldo de Barranquilla- con la noticia de que ”los guerrilleros” que atacaron a los policías en Córdoba –eso está por comprobarse- tiraban ”balas y risas”. Quizás sí, quizás no.
La risa –en esos momentos- es producto del nerviosismo ya que el guerrillero o el soldado/policía que ríen saben que están ante la muerte y su cerebro/mente echa mano de recursos como la risa para tratar de sobreponerse a ella. Otros sudan. Otros sienten ganas de defecar. A otros se les ”ensopan” los pantalones. Esto es fácilmente a todo aquel que ha estado ante la inminencia de la muerte o ante un ataque.
Lo que si se demostró es que el ”guerrillero” comandante de la unidad mostró su humanitarismo al permitir que un policía que habia quedado herido fuera atendido por el enfermero de esa unidad. Lo que ha quedado en evidencia es que si un policía o soldado, o grupos de ellos, caen en una emboscada, tiene que arreglárselas solo porque sus compañeros no irán a auxiliarlos por miedo a caer en otro emboscada "porque tenían informaciones de que había otro grupo en cercanías del pueblo".
Y quién les había informado sobre ésto? Les "informaron" sobre el "otro grupo de guerrilleros", pero no recibieron "informaciones" sobre el primer grupo, el que realizó la emboscada? Ah, algo raro se huele ahí...
Les dejamos la noticia completa abajo:
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