Dicen los viejos pobladores de Colombia que los tiempos actuales tienen un casi total parecido con los tiempos de Laureano Gómez. Tiempos en los cuales Colombia comenzó a vivir el período de oscurantismo más nefasto, período que se extiende hasta ahora por cuenta de una oligarquía arrodillada al imperio estadounidense.
El clima político es exactamente igual al vivido en la nefasta época de Laureano, con la práctica de la calumnia como forma de hacer política. Los conservadores de entonces acolitaron totalmente las tesis de Laureano y posteriormente su hijo, Álvaro Gómez Hurtado, lanzó la calumniosa tesis de las “repúblicas independientes”.
Igualmente lo escuchado a través de radios locales y regionales es de tal similitud que a través de sus programas se llama, se incita al odio y a la realiación contra todo aquel que no profese la ideología de la troglodita. Como si no estuviéramos cansados de tanta violencia desde los púlpitos de las iglesias, habitadas por sectores del clero confesional, se llama a “cercenar cabezas” en nombre de Dios, la religión y la Patria.
Lo único que ha cambiado dicen los viejos habitantes de nuestra Colombia es que Laureano no tiene acento “rolo”, sino acento “traqueto”, “paisa”, y que no es Laureano porque él ya padece de una muerte natural y bien merecida, sino que su “sucesor y heredero” pertenece al clan mafioso, narcotraficante, que se empotró en la vida nacional y ha convertido las instituciones en refugio de los criminales más aberrados de la historia de Colombia, “Don” Pablo Escobar Gaviria y su Cartel de Medellín.
El heredero y sucesor de Laureano Gómez se llama Álvaro Uribe Vélez, más conocido con el alias "82", y entre sus huestes cuenta al primo del capo del Cartel de Medellín, Jorge Obdulio Gaviria, al procurador Ordóñez conocidísimo por las “quemas de libros marxistas, comunistas, socialistas, liberales y hasta los de Vargas Vila”, y en los actuales momentos tiene a dos figuras que encarnan el mal, la maléfica María Ramírez y el “títere” Zuluaga quienes alimentan la pira de la hoguera de la Santa Inquisición.
Con razón algún ex presidente le espetó en la cara que “Uribe es mentiroso! Uribe es mentiroso! Uribe es mentiroso!”. Recordemos que Laureano es responsable del período conocido como “La Violencia”, la cual arrojó más de 300.000 víctimas mortales y 2 millones de desplazados internos, en la primera Reforma Agraria reaccionaria que significó el despojo de esa cantidad de campesinos e indígenas. De igual manera, Uribe en sus ocho años en la presidencia –dos períodos- produjo más de 30.000 víctimas mortales y más de 2 millones de desplazados internos, además de haber dejado el país en estado de descuadernamiento total que hasta el momento es imposible gobernar ya que los poderes regionales están comprometidos en el proyecto nazi-fascista mafioso que propugna, entre otros, el objetivo de la narco-paramilitarización de las instituciones colombianas y la “traquetización” de la vida de los colombianos.
Haciendo de la retaliación su arma de guerra, Uribe adelantará una cruzada contra los sacrílegos que han osado soñar una Paz entre los colombianos y adelantará la guerra, no solo contra las guerrillas, sino contra la población civil desarmada, inerme, que se atreve a luchar por sus reivindicaciones que volverán a ser aplazadas otra vez durante otros “cien años de soledad” más.
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