José María
Carbonell, Cambio Total. Otros artículos de este autor.
Si algo quedó en
evidencia en el debate presidencial de ayer fue que todos los candidates oligárquicos
están dispuestos a « patear la Mesa » cuando las condiciones no les
sean favorables, es decir, cuando se convenzan definitivamente que con quienes
están discutiendo en ningún momento están derrotados.
Ello se deduce de
lo planteado por cada uno de ellos. Que en resumen, en aparente coincidencia,
todos pretenden seguir la guerra para « obligar a las FARC-EP a dialogar ».
Esconden mezquinamente que ellos –el estado colombiano- está sentado en la Mesa
obligados tras 14 años de derrota del Plan Colombia, catalogado como el más
grande esfuerzo hecho para combatir a movimiento guerrillero alguno. Prueba de
ello es que los gobiernos de Estados Unidos están cansados –además de estar
quebrados financieramente- de mal gastar sus miles de millones de dólares –ya van
más de 10 mil millones en 14 años del Plan-, algunos millones van al bolsillo
de los « comandantes de seguridad » de los presidentes –caso Pastrana-,
caso Rooney, muerto recientemenmte de un cáncer.
Eso sí, dicen
embebidos en su arrogancia y orgullo oligárquicos, que si « no ven disposición
de paz » de parte de las FARC « se levantarán de la Mesa », o
sea, la patearán. Entendemos esta posición y nos la explicamos porque el amo de
ellos, los gobiernos de los USAmérica, aún no les ha dado la orden de « pactar
la Paz ».
Entre esos oligarquitos
sobresale la posición de Clara López del PDA que a pesar de su extracción de
clase oligárquica –nieta de Alfonso López Michelsen-, plantea su posición desde
el punto de vista popular ya que es el pueblo quien sufre la guerra ya que
ninguno de los muertos producidos por la guerra interna son hijos de oligarcas.
Nada más acertado –si se quiere la Paz de verdad- que pactar un Cese de Fuegos
Bilateral, lo cual atemperaría los ánimos belicosos de parte y parte y las conversaciones
se desarrollarían en un adecuado ambiente de distensión ya que no habría « ruidos »
ensordecedores de operativos, bombas y minados explotando.
La voluntad de
Paz de las FARC es parte de su ideario político-ideológico. Desde su nacimiento
fue clave la proclama en donde llama a parar la incipiente guerra, llamamiento
desdeñado arrogantemente por los presidentes y ministros de defensa o guerra
desde esa época hasta ahora y han seguido fielmente los dictados del imperio
del Norte.
Los diálogos
frustros que se han adelantado hasta ahora han sido producto de esta política
de las FARC-EP y de sus acciones intrépidas por obligar a sentar a la
contraparte en la Mesa de Conversaciones. Asi fue durante el gobierno de Cesar
Gaviria en donde el presidente ordenó « patear la Mesa » ante un
acuerdo que no gusto a los gringos, es decir, alcanzar la solución política, lo
cual obligó al comandante del Secretariado de las FARC-EP, Alfonso Cano, « nos
vemos dentro de 5.000 muertos más... ».
Los
colombianos ya estamos advertidos. No sería extraño –como van las cosas- que el
Nuevo presidente –eventualente JMSantos- pateara la Mesa de La Habana ante los
acuerods parciales y no definitivos alcanzados, los cuales desde luego no
favorecen la vision gubernamental. Mas “patear la Mesa” en estos momentos de efervescencia del movimiento
popular –que se moviliza por su propia dirección- tendría un enorme costo
político y quizá militar para el gobierno y su estado. De eso no hay ninguna
duda.
Publicar un comentario