Sin decision

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Cambio Total.

Las palabras demuestran la intencionalidad de las personas, máxime cuando estas están acompañadas de hechos -los terribles hechos- que son en fin lo que demuestra si una personalidad esta o no decidida por el hecho que alude con sus palabras. Por ello hay palabras que se las lleva el viento y no dejan ningún rastro.  Igualmente hay hechos que no pueden ser borrados ni por un millón de palabras porque ese hecho queda inscrito en la historia y evidencia la verdadera catadura del ordenador o determinados del hecho.

De igual manera, un hipotético hecho político no borra un error, un yerro, del pasado. Esto es lo que le está sucediendo al presidente Santos, quien pretende enmendar el error de "haber decidido" la orden de asesinar al comandante de las FARC, Alfonso Cano, con el "estoy pensando dos veces" dar la orden de asesinar al comandante reemplazante de las FARC, Timoleon Jiménez. Posa así Santos del "chacho de la película" o de "perdona-vidas" como bien lo califica el también comandante de las FARC, Iván Márquez.

Se quiere mostrar el incapaz político Santos como el gran "estratega" que una vez "ordeno" asesinar a un comandante y después ordeno no asesinar a otro. Esta posición muestra la enorme e inocultable veleidad del pensamiento santista. Sus posiciones responden a consideraciones efectistas y no a una real política en materia de aplicar las políticas que el imperio les diseñan. No creemos en esas posiciones vitrineras porque en Colombia quien define en últimas que se hace y que no se hace es el imperio, que así esté en crisis y con debilidad creciente, todavía está en capacidad de pegar unos buenos zarpazos

Aclaremos de una vez por todas este punto porque la oligarquía siempre ha posado de "inteligente" y la verdad es que quien en últimas decide es el imperio. Y punto. Así fue con el asesinato de J.E. Gaitan, así ha sido con la aplicación del Terrorismo de Estado de la DSN, política de guerra para implantar sus planes económicos, que son también en últimas lo que les interesa a los imperialistas