Un país en donde su dirigencia coloca por encima de los derechos de sus habitantes, los intereses mezquinos de una ínfima minoría que se apoderó del poder hace más de 200 años, es un país que siempre y por siempre esta condenado al fracaso. La historia así lo muestra y así se evidenciaron.
Prueba de ello es lo que sucede actualmente. Los intereses oligárquico-imperiales están por encima de los derechos del pueblo colombiano y por ello estamos viendo un país sumido en las debacle total. El decrépito edificio estatal esta desmoronandose a pedazos por cuenta del desgreño administrativo -corrupción- y los escándalos que día a día se filtran en los medios oligárquicos de la "poluta" justicia burguesa con magistrados de las Altas Cortes comprometidos con violadores de derechos humanos de las fuerzas militares, quienes en contubernio impudico con las bandas asesinas narco-paramilitares adelantan el Terrorismo de Estado, receta de la progringa Doctrina de Seguridad Nacional.
A ello le sucede simultáneamente la propia corrupción común y doctrinaria de esas fuerzas militares que se creen con derecho sagrado a asesinar a los colombianos, sean de las clases pobres -la mayoría- o de las clases ricas que en momentos de pudor condenan las atrocidades por ellos cometidas, y hasta recomiendan a sus subalternos crear "mafias" que como toda mafia "convierta el muñeco" a los supuestos "enemigos" que no comulgan con su ideario y sus prácticas, muy al estilo del Cartel de Medellín y sus herederos Uribhitler y JOG y demás pelafustanes del partido CD, Centro Derecha.
Y no se diga del descuadernamiento -o desmembramiento para usar la palabreja de moda- de la clase política inmersa en cuanto delito se sucede en Colombia, clase de la cual salen los flamantes "conductores" del país.
Esa oligarquía corrompida y corruptora quiere someter al país a los "tiempos del nunca jamás" y tratan de frenar los avances democráticos que el pueblo esta construyendo. Debemos impulsar esos avances con toda las fuerzas popular entendiendo que el momento está para avanzar en la construcción de la patria que todos queremos. En ese orden de ideas es que apoyamos el Paro Agrario, Campesino, Étnico y Popular en sintonía total con los delegados populares en la Mesa de Conversaciones de La Habana.
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