Fuente: http://eduardogaleano.org/
Agosto 16
Pero en 1998, fue otorgada a la empresa Delta and Pine la patente que santifica la producción y la venta de semillas estériles, que obligan a comprar nuevas semillas en cada siembra. A mediados de agosto del año 2006, la empresa Monsanto, de sacro nombre, se adueñó de la Delta and Pine, y también de la patente.
Así Monsanto consolidó su poder universal: las semillas estériles, llamadas semillas suicidas o semillas Terminator, integran el muy lucrativo negocio que también obliga a comprar herbicidas, pesticidas y otros venenos de la farmacia transgénica.
En la Pascua del año 2010, pocos meses después del terremoto, Haití recibió un gran regalo de Monsanto: sesenta mil bolsas de semillas producidas por la industria química. Los campesinos se juntaron para recibir la ofrenda, y quemaron todas la bolsas en una inmensa hoguera.
Los hijos de los días
Articultores
por el contrario, viene realizando la difusión de una técnica de
permacultura desarrollada por un permamacultor japonés llamado Masanobu
Fukuoka, que consiste en bolitas de tierra, arcilla y semillas de
plantas comestibles. Les llaman Bombas de Semillas. Se utilizan para
reforestación de zonas desérticas y afectadas por incendios. Son bolitas
pequeñas que protegen la semilla y se pueden hacer fácilmente para
tirar en cualquier lado.
Dicen: “Creemos que hay que resistir a la
crisis alimentaria global y no hay mejor modo que inspirando a que todos
cultivemos en mayor o menor medida según posibilidades de espacio.
Queremos rescatar las semillas y alimentos naturales y orgánicos.”
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