Cambio Total.
La Mesa de La
Habana, Mesa de Conversaciones entre la guerrilla de las FARC-EP y el gobierno
colombiano, ha sido recibida con un halo de esperanza por parte de los
colombianos y por muchas personalidades del mundo.
Se abrió con la
instalación de la Mesa de La Habana una esperanza para alcanzar la solución
política al conflicto interno que azota inclemente a los colombianos pobres.
Son ellos, guerrilleros, militares y policías, y pueblo en general –campesinos,
obreros, sindicalistas, políticos de oposición, etc-, los que han encajado los
golpes propinados por una guerra fratriciada. Por ello, es el pueblo el que
alborozadamente ha recibido estos diálogos o conversaciones y, por el
contrario, son los agentes de la guerra, los llamados « enemigos de la Paz »,
los que a diario critican y despotrican contra el proceso que se adelanta en La
Habana, Cuba.
Las « conversaciones »
han desarrollado la Agenda que pactaron las FARC y el gobierno, y su primer
punto, el referente al campo colombiano, si bien no se llegó a un acuerdo total
por la renuencia del gobierno a discutir la tenencia terrateniente e
improductiva de la tierra, ella ha abierto las alamedas para que sea el pueblo
con su accionar quien diga cuál es el modelo que requiere el campo colombiano
para subsanar años y años de estigmatización y tratamiento zona de guerra.
Es el campo, los
campesinos e indígenas, los que han soportado el accionar de las fuerzas
militares-narcoparamilitares del estado, las cuales actúan como un « ejército
invasor » en su propio país y contra sus propios conciudadanos. La
escalofriante cifra de 500.000 víctimas es una muestra del grado de sevicia con
que se actúa en ésta guerra interna y debe llamar a los colombianos a
desarrollar todo tipo de acciones a fin de acabar la guerra y encontrar la
salida política al conflicto.
Por ello, por las
discusiones que se han generado en los Foros Agrarios y la decisión de
campesinos e indígenas de continuar luchando contra las erradas y hambreadoras políticas
gubernamentales, especialmente el referente a la firma de TLCs con quien
quisiera y a cambio de nada, es que se ha generado todo un movimiento de masas
que ha confluído en el Paro Nacional Agrario y Popular, el cual demuestra que
el pueblo ya se cansó de tantas promesas incumplidas por parte del estado y sus
gobiernos.
Lamentablemente
el gobierno actual, al igual que todos los anteriores, están muy imbuídos de
las políticas que les han sido impuestas por el imperio en materias económicas
y políticas, y a la negativa de discutir en La Habana el modelo económico del
país y el tratamiento dado a los protestantes contra esas políticas erradas es
la represión y la muerte; estamos hablando de los ALCAs y los TLC y su
componente militar que conlleva a la aplicación del Terrorismo de Estado de la
Doctrina de Seguridad Nacional que vé en cada campesino, en cada indígena, en
cada niño y jóven, no los conciudadanos que con justeza reclaman ante el olvido
de éste y todos los gobiernos anteriores, sino los « delincuentes »,
los « enemigos » a los que hay que exterminar y desaparecer de la faz
de la tierra.
El pueblo
colombiano ha comprendido cabalmente que ante gobiernos neoliberales como los
que ha tenido –y tiene- nuestro país, la única garantía para la satisfacción de
las promesas de los funcionarios gubernamentales ante las protestas ciudadanas
es la movilización permanente de los desposeídos, del pueblo. Sólo las masas populares son capaces de
imponerles a los oligarcas en el poder políticas que satisfagan las necesidades
del pueblo en su conjunto. Nuestro pueblo ha despertado y ya no se dejará
engañar más. Y si los oligarcas neoliberales en el poder continúan
escamotéandoles sus derechos, la lucha y sólo la lucha será capaz de cambiar el
país. Hacia allá vamos !
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