Por: Hernan Camacho - Oficina de Prensa Marcha Patriotica
La radio vespertina lo insinuó, los ilustrados analistas lo sazonaron
y el boletín informativo del medio día lo ratificó: la insurgencia
armada es parte de Marcha Patriótica. Así se hace una noticia en la
“gran prensa” nacional. No hay que ser el gurú de las comunicaciones o
pretender ser el rígido observador mediático para sustraer el
desequilibro informativo preponderante en la prensa nacional frente a la
movilización social y la inconformidad nacional. No. Solamente es ser
aplicado en las informaciones e ir más allá del simple titular y su
respectivo análisis. Cuestionar.
Los contrapunteos o el equilibrio informativo en extensa franja de
información colombiana, saturada mezcla insana y ausente de contexto,
demuestran que está tomando fuerza la tesis del periodismo utilitario y
el periodista útil o pagado. Lo más preocupante, y se deja ver con mayor
nitidez; es la mano castrense que se está acostumbrando a dictar la
información.
A eso se suscribe el periodismo informativo que hoy tiene secuestrado
los principios, los conocimientos y la experticia con los que muchos,
esos sí, señores periodistas de verdad se formaron por décadas. El
cuestionamiento, el equilibrio de la información, la rigurosa consulta a
las fuentes y la necesaria descripción del contexto, están soslayados
en los ejercicios informativos apresurados que inundan el día de los
colombianos. Prender el radio no es garantía para quedar bien informado.
Hace año y medio, previo al lanzamiento del movimiento social y
político Marcha Patriótica, con multitudinarias movilizaciones de las
gentes del común con alpargata, poncho y sombrero, muchos colegas fuimos
invitados a una rueda de prensa entregada por los voceros de ese
naciente movimiento; Justamente para enterarnos en detalle sobre la
movilización que bautizó Marcha Patriótica como un sujeto político.
A la cita asistieron tal vez una docena de medios de orden nacional,
regional, alternativo y especializado. Compartí asiento con una
periodista cuyo nombre y medio no puedo revelar. Ella con notorio
interés y luego de escuchar las declaraciones de Andrés Gil y David
Flórez, oferentes de la rueda de prensa y voceros de Marcha, me comentó
en voz baja: “colega estoy indignada”.
La sorpresiva expresión llamó mi atención y por supuesto le di pista
para que aterrizara su razón en mis oídos. “Qué le pasó”, le dije. Y sin
prevención alguna la periodista que cubre la fuente Ministerio de
Defensa me contó: “Nos llamaron hace dos días de urgencia para el
Ministerio, y reunidos todos nos dieron línea”. Ese nos “dieron línea”
me lo desmenuzó así: “Mostraron unos tales correos de computadores de
las FARC, y nos aseguraron que Marcha Patriótica era el brazo político
de la guerrilla”. ¿Sorprende?, no. Ese es un viejo truco de la guerra
que encuentra en los medios de comunicación una ventana de batalla.
Lo realmente molesto es la conclusión del relato de mí contertulia:
“nos pasaron las noticias redactadas y lista solamente para ponerle la
firma”. Desde los escritorios de los batallones se dictan el tipo de
noticias, la redacción, de lo que se tiene que hablar y cómo se debe
analizar cada uno de los acontecimientos que se enmarquen en el
conflicto.
Eso tiene su consecuencia: Una cosa es estar estrechamente ligados a
la fuente, porque no hay que ser puritanos, se puede, pero de eso a no
controvertirle, negarse a cuestionarle o permitir que sea ella, la
fuente, quien haga el trabajo periodístico de elaborar el sagrado
oficio, hay mucho trecho. Pero no solo sucede en los periodistas
practicantes o sin experiencia fácilmente cooptada “por el poder
económico corrupto y mafioso”, decían recientemente la periodista de
origen chileno Mónica González; pasa también con los editores, analistas
y hasta directores.
No es solo transmitir una información del Ministerio como decía
Néstor Morales, director de Blu Radio, cuando Carlos Lozano, vocero de
Marcha Patriótica, pero en su condición de director de VOZ, lo confrontó
por su ejercicio periodístico utilizando los micrófonos para acusarlo a
él y a Marcha de los males del país, causando un efecto grave y
delicado. Y ese efecto fue la judicialización de uno de sus dirigentes
en el reciente paro agrario, Huber ballesteros. La advertencia pública
del ministerio de Defensa, Juan Carlos Pinzón de una arremetida judicial
se cumplió.
Un tiempo después de la pública controversia entre los directores, de
nuevo se escuchó la afirmación mediante informes noticiosos y las
denominadas fuentes militares que “Las FARC infiltraron las
movilizaciones campesinas en el sur del país donde los de Marcha
Patriótica tienen influencia”. Y se escuchó de nuevo en los micrófonos:
“hablan como patos, caminan como patos… ¿son?” Yo me adelanto a
contestar: laboratorios de guerra sucia con periodistas tarifados.
Periodistas tarifados
Written By Unknown on jueves, septiembre 26, 2013 | jueves, septiembre 26, 2013
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