Allende La Paz, Cambio Total.
Hubo un tiempo en
que los partidos tradicionales representaron –así fuera en su composición, mas
no en su dirigencia- las clases colombianas. Veíamos el fervor de un campesino,
o un pescador, o un bultero en cualquier ciudad o rincón del país, cuando se
llamaba « liberal » o « godo » y había que ver cómo
manejaban los intríngulis de la « política ».
Mas ese
tiempo pasó. Hace mucho. Mucho
tiempo en que los partidos “tradicionales” no representan los intereses de los
desposeídos ya que suferon convirtiendo en maquinarias del interés de los « directores »
de cada partido. Se olvidaron del debate al interior de sus colectividades y su
ideología fue poco a poco anquilosándose en prejuicios del siglo 19, cuando no
se nutrió de la ideología fascista y más retardataria del mundo.
Olvidaron qué es
y para que sirve un estado y usaron su maquinaria para defender los intereses
de la clase privilegiada, los oligarcas y terratenientes-ganaderos, al tiempo
que hizo carrera que todo aquel que « hacia política » era para
enriquecerse. Nunca hubo una manera de seleccionar los candidatos y se elgían
al calor de quién aportaba más dinero, y como la inversión había que sacarla
con creces veíamos –y vemos- los escándalos de los serruchos, sobrefacturación,
cuando no el robo descarado de los dineros destinados para infraestructura y
salud.
Viene a nuestra
memoria un caso aberrante como el de la carretera Bosconia- Plato, la cual fue
pavimentada 10 veces con la consiguiente pérdida de los dineros a manos de los « parlamentarios »
del departamento del Magdalena. Así fue en todo el país, así es en todo el
territorio nacional. Quiénes se la robaron... Nunca hubo ningún capturado.
La corrupción más
extrema vivieron los partidos políticos tradicionales colombianos y terminaron
sin ningún prejuicio moral en los brazos del narcotráfico. Fenómeno que venía
dandose desde sus inicios, pero que alcanza su clímax con la llamada
narco-para-política uribista, que no es solamente uribista, sino también
santista ya que ambos han usado para provecho propio a los politiqueros que
abrazaron el narco-paramilitarismo como su forma de accionar político, el cual
les aseguraba la más completa hegemonía en sus regiones.
Las cifras son
escandalosas. 60 parlamentarios investigados y condenados, 1.500 concejales,
alcaldes, diputados, todos han mostrado la más absoluta falta de valores
morales y principios éticos, por ello hizo –y hace- carrera el principio del
dinero fácil. Es más, tal fenómeno era –y es- prohijado desde la « Casa de
Nari » cuando el entonces narco-paramilitar presidente Uribhilter exigía a
su bancada oficialista que los congresistas votaran sus proyectos de ley « antes
de que los mandaran a la cárcel ». El propio presidente JMSantos utiliza –y
acepta gustosamente- los apoyos que le dan los congresistas que aún hoy son
investigados por narco-paramilitarismo.
Oscuro panorama
espera al pueblo con semejantes « políticos ». Mas el pueblo no se
deja. Ya no cree en los partidos políticos burgueses y ha hecho tolda aparte. La
amplia gama de organizaciones populares y políticas que representan al pueblo
está dando sus frutos y cada día se avecinan más choques con las fuerzas
estatales burguesas. Por ello los señalamientos que desde la propia « Casa
de Nari » se hacen contra sus organizaciones y contra sus líderes.
Repetirá el estado el exterminio de la U.P. ?
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