Agencia de Noticias UN-
Bogotá D. C., sep. 11 de 2013 - El aumento de los cultivos de palma de aceite, producto de una mayor
demanda de biocombustibles, se traduce en riesgos para la seguridad
alimentaria, tensiones frente a derechos laborales y conflicto agrario.
En cuanto a la seguridad alimentaria, la profesora Constanza
Castiblanco, del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la
Universidad Nacional de Colombia, asegura que “las comunidades tienen
claro que independientemente de que los cultivos utilizados para la
producción de energía sean comestibles o no, estos generan competencia
por las tierras agrícolas, el agua, la mano de obra y demás insumos de
producción agrícola”.
La producción de biocombustibles a escala industrial implica expandir
la frontera agrícola, lo cual tiene repercusiones en el precio, la
concentración de la tierra y de los demás insumos productivos. A esto se
suma la llegada de inversión extranjera para la compra y arriendo de
tierras cultivables. Ambas situaciones afectan la producción de
alimentos.
“Uno de los retos de la sociedad civil es hacer visible el aporte de
las comunidades rurales al bienestar social, a la economía y a la
cultura, a través de la preservación de la seguridad y la autonomía
alimentaria”, dice Castiblanco.
Frente a los derechos laborales, la tensión surge por los esquemas de
subcontratación que emplean las grandes empresas palmeras: Cooperativas
de Trabajo Asociado (CTA) y Alianzas Productivas Estratégicas (APE).
En las CTA, los trabajadores son vistos como empresarios y, por
tanto, no están permitidos los sindicatos ni las huelgas. Además, estas
mismas deben pagar la seguridad social de sus afiliados, conseguir las
herramientas para el servicio que prestan y pagar los impuestos que
generan.
“Se dice que en el modelo de las CTA el trabajo es precarizado y
aumenta la inequidad en la relación entre empresa y trabajador”, señala
la profesora de la U.N.
En tanto, las APE consisten en que el Estado y la empresa privada
prestan asistencia financiera y técnica al pequeño propietario para que
pueda cultivar y generar sus propios ingresos. Además, los contratos con
las empresas garantizan la compra de su producción y que puedan pagar
los créditos.
Pero en el fondo, matiza Castiblanco, “estos esquemas buscan
disminuir los costos de la mano de obra y de la tierra e imponen
condiciones asimétricas en las relaciones con los trabajadores a través
de la tercerización de los trámites de la contratación de personal. De
esta manera, las empresas consiguen acceder a una fuerza de trabajo por
debajo del costo y al margen de la protección legal que implica la
relación laboral”.
Finalmente, en cuanto al conflicto agrario, la profesora del IDEA
señala la estrecha relación que existe entre el crecimiento de la
agroindustria para la producción de biocombustibles y el desplazamiento
de la población rural y la consecuente violación de sus Derechos
Humanos.
Según Castiblanco, hay tres maneras en las que el desplazamiento
beneficia a los cultivos de palma: el uso de la violencia para desplazar
poblaciones y desocupar territorios; el ingreso de empresas a
territorios que tuvieron que ser abandonados (etapas posteriores al
conflicto), recuperados por la fuerza pública y comprados por las
empresas a un menor precio; y la reubicación o restitución de
territorios”.
Esta última va de la mano con el involucramiento de los desplazados
en los modelos de Alianzas Estratégicas, “que es la única forma de
volver a su territorio, perdiendo autonomía sobre sus decisiones con
respecto a lo que desean sembrar”, puntualiza.
(Por:Fin/AF/sup/arm)
Home »
conflicto interno
,
ecologia
,
feature
,
headlines news
,
ultimas noticias
» Palma africana intensifica el conflicto social en el país
Palma africana intensifica el conflicto social en el país
Written By Unknown on jueves, septiembre 12, 2013 | jueves, septiembre 12, 2013
Etiquetas:
conflicto interno,
ecologia,
feature,
headlines news,
ultimas noticias
Publicar un comentario