La entidad, presidida por la hija del dictador, dice que los militares "no pueden continuar callados ante la deriva de España".
Siguiendo la tónica de sus últimas apariciones, y con la polémica, aparte del aguilucho, siempre por bandera, la Fundación Nacional Francisco Franco
ha reclamado al Ejército que intervenga "ante la deriva de España".
Quizás sólo esperan un comunicado de los militares. Quizás no, y
rememorando otros tiempos, ansían calles llenas de tanques.
A través de su cuenta oficial en Twitter, la entidad, presidida por la hija del dictador, ha lanzado el siguiente mensaje: "El Ejército no puede continuar callado ante la deriva de España, en manos de mafiosos y traidores".
No es que la red social haya hervido ante la proclama, pero sí que ha atraído una pequeña ola de respuestas. Ha habido quienes, compartiendo el mismo sentimiento nostálgico, no han dudado en apoyar un posible Golpe de Estado. Otros les han recordado que la apología de la violencia es delito en España.
La Fundación, lejos de avergonzarse (no es de extrañar, dado su objetivo de glorificar la figura del dictador), parece disfrutar de ser el foco de las miradas. Prueba de ello es que no ha dudado en retuitear cualquier mención a su mensaje alcista, incluso a los que les increpaban.
La entidad, que defiende ser privada y sin ánimo de lucro, estuvo recibiendo fondos públicos hasta la aprobación en 2007 de la Ley de Memoria Histórica por el entonces Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. En 2002, el PP se negó en rotundo a retirar las subvenciones.
A través de su cuenta oficial en Twitter, la entidad, presidida por la hija del dictador, ha lanzado el siguiente mensaje: "El Ejército no puede continuar callado ante la deriva de España, en manos de mafiosos y traidores".
No es que la red social haya hervido ante la proclama, pero sí que ha atraído una pequeña ola de respuestas. Ha habido quienes, compartiendo el mismo sentimiento nostálgico, no han dudado en apoyar un posible Golpe de Estado. Otros les han recordado que la apología de la violencia es delito en España.
La Fundación, lejos de avergonzarse (no es de extrañar, dado su objetivo de glorificar la figura del dictador), parece disfrutar de ser el foco de las miradas. Prueba de ello es que no ha dudado en retuitear cualquier mención a su mensaje alcista, incluso a los que les increpaban.
La entidad, que defiende ser privada y sin ánimo de lucro, estuvo recibiendo fondos públicos hasta la aprobación en 2007 de la Ley de Memoria Histórica por el entonces Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. En 2002, el PP se negó en rotundo a retirar las subvenciones.
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