Allende La Paz, Cambio Total.
El apuro del
presidente colombiano JM Santos en el proceso de paz de La Habana obedece a dos
razones fundamentales. Una de índole ideológica y otra de índole coyuntural.
La de índole
ideológica nace de la visión oligárquica de la « Pax », la cual
contempla que la única paz que merecen los colombianos pobres es la « Pax
de los cementerios ». Mire, usted, a ver si no. JM Santos ha participado
de los gobiernos oligárquicos de Gaviria Trujillo, Pastrana y Uribhitler en las
carteras de Comercio Exterior, Hacienda y Defensa. Allí, y de la mano de los « funcionarios »,
al tiempo de una educación confesional, se fue configurando una visión
retardataria que ha aflorado en los momentos claves.
En el ministerio
de Defensa JM Santos aplicó –y ahora aplica como presidente- con todo su rigor
la doctrina del Terrorismo de Estado de la Seguridad Nacional, al punto que se
dieron en ese tiempo los más execrables asesinatos de campesinos y jóvenes de
los barrios periféricos de Bogotá –como Soacha- utilizando las modalidades
criminales de las ejecuciones extrajudiciales, la cual arrojó más de 3.500
ejecuciones presentándolos posteriormente como « dados de baja en combate ».
La de índole
cuyuntural se da por la prisa de JM Santos por hacerse re-elegir ya que los
tiempos están agotándosele. Quiere « meterle el acelerador » a la
Mesa de La Habana –apurando la llegada a Acuerdos « pegados con baba de
loro »- para mostrarse como el « presidente de la Paz », cuando
lo es de la muerte y las violaciones de los derechos humanos.
Esa prisa viene
dada también por la presión que le aplica el narco-paramilitar ex presidente
Uribhitler, su viejo amigo y jefe, que en una pelea de mafias quiere recuperar
el poder para la mafia del narcotráfico. La rencilla que protagonizan
diariamente los dos miembros de las oligarquías es una pelea por el poder, lo
cual no implica diferencia alguna entre uno y otro porque los dos aplican y
defienden el modelo económico capitalista, el neoliberalismo, implantado con el
más cruel Terrorismo de Estado bajo la férula del imperio del Norte.
En éstas fechas
hemos visto como continúa el gobierno de JM Santos aplicando el Terrorismo de
Estado a los campesinos e indígenas y pobladores de las ciudades, reprimiendo
el Paro Agrario y Popular que se tradujo en más de 15 muertos durante la
protesta por el incumplimiento gubernamental a sus propias promesas.
Cómo entender que
alguien que aplica el Terrorismo de Estado a su propio pueblo pueda pretender
ser reconocido como el « presidente de la paz », incluso pretenda ser
merecedor del Premio Nobel de Paz (aunque ya ahora se le entregan a los
guerreristas) ? Cómo entender los llamados a la guerra mientras habla de
Paz ? Cómo comprender que obtinadamente se persista en la guerra
fratricida mientras se dialoga en La Habana ?
Son las incongruencias
del manejo oligárquico del poder. Ante esas incongruencias, el pueblo seguirá
enarbolando la bandera de la Paz verdadera, acompañando como en efecto lo hace,
a las FARC por alcanzar una solución política al conflicto interno colombiano y
la Paz con justicia social.
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