Allende La Paz,
Cambio Total.
Son cicatrices
difíciles de sanar. Son heridas muy profundas que han herido a más de cinco
generaciones. Y ni siquiera la verdad es capaz de restañar el dolor.
En Chile, por
designio del imperio estadounidense, el sátrapa Augusto Pinochet dió el golpe
militar traiciaonando a su pueblo y su país y lo sumió en el horror, en el terror,
para implantar el nel-liberalismo recetado desde los centros de poder
imperiales. No se sabe la cifra exactade muertos ya que allá también
practicaron la « desaparición de desaparecidos », es decir,
desaparecían sus restos mortales al tirarlos al mar.
El pueblo chileno
ha continuado su lucha por llevar ante la justicia –burguesa- a los
responsables y reconstruir la verdad. Mas ni siquiera esa reconstrucción es
capaz de acallar las voces de los sufridos, de los familiares de las víctimas,
que a pesar de saner qué pasó en algunos casos, en la inmensa mayoría continúan
en la más horrorosa oscuridad e impunidad.
En Colombia,
también por designio del imperio estadounidense, los presidentes oligárquicos
han adelantado –y lo siguen haciendo con igual o peor sevicia a sus
antecesores- el Terrorismo de Estado de la Doctrina de Seguridad Nacional, la
cual considera ”enemigo interno” a sus propios conciudadanos y les da
tatameinto de guerra, al tiempo que implantan el neoliberalismo para favorecer
los intereses de las multinacionales.
El pueblo
colombiano ha continuado su lucha utilizando todas las formas de lucha de masas
–armadas y desarmadas- y el conflicto interno ha arrojado más de 500.000
víctimas, 25 veces más que las producidas en Chile, víctimas que apenas son
reconocidas en este 2013 en una cantidad totalmente inferior, 220.000. Las
violaciones de derechos humanos, igual en Chile que en Colombia, han estado –y están-
a la orden del día mediante las modalidades delictivas de las ejecuciones
extrajudiciales, desapariciones forzadas, masacres, torturas, y desplazamiento
forzado (en el caso colombiano).
En ambos países,
la impunidad se convierte en acicate para los violadores del orden jurídico burgués
–en Colombia la impunidad es del 99%-, ya que las políticas adelantadas desde
el estado les garantiza impunidad total, como lo demuestra los últimos hechos
en Chile y en Colombia, país éste último en donde la aprobación del « fuero
militar » profundizará las heridas del cuerpo colombiano.
Las cicatrices
aún están abiertas, todavía sangran y producen un inmenso dolor en chilenos y
colombianos. Hoy, como forma de restañarlas, rendimos homenaje a los quehan
ofrendado sus vidas por una patria en paz con justicia social. Salvador
Allende, Orlando Lettelier, el general Pratz, y miles de luchadores chilenos
más, al igual que J.E. Gaitán, Manuel Marulanda, Alfonso Cano, y miles más,
recibirán en el cosmos infinito la oleada de vibraciones de lucha de sus pueblos
y escucharán un solo grito : No pasarán !!!
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