Domínico Nadal, Cambio Total.
Nunca habíamos esperado un trato como
nos merecemos los seres humanos. Nunca en la historia la justa protesta de
campesinos, obreros, estudiantes, mujeres, ancianos, jóvenes, ha recibido un
tratamiento justo acorde con las peticiones que se hacen.
Peticiones que no son más que producto
de los siglos de abandono por parte de los gobiernos oligárquicos. Ahí están
las estadísticas que siempre tratan de ser « por debajiadas » por los
gobiernos de turno. Si es el gobierno el que presenta sus cifras a través del
mentirosos DANE, vemos como las manipulan para mostrar que el problema « no
es tanto ». El desempleo es disminuído y se esconde con las cifras del
sub-empleo y la informalidad. La pobreza crónica es disminuída de un palmo con
la manipulación y de 70% se baja a 45% y de allí hasta el 32%, mientras los
colombianos pobres sufren lo indecible para conseguir su sustento diario.
Ni se diga con las violaciones de
derechos humanos producto de un Terrorismo de Estado que adelanta una guerra
interna que ha dejado más de 500.000 víctimas, mientras el Estado y sus
gobiernos oligárquicos sólo reconocen 220.000 en el último Informe. Esa
práctica de Terrorismo de Estado se ha adelantado contra campesinos, obreros,
estudiantes, etc, a través de las modalidades delincuenciales de las
ejecuciones extrajudiciales (3.500 durante el gobienro de Uribhitler), las
masacres (4.000), las desapariciones forzadas (85.000 según último reporte de
Medicina Legal), las torturas, y el desplazamiento forzoso.
No más con el desplazamiento forzoso se
ha producido un acumulado de más de 5 millones de víctimas y esas víctimas han
sufrido el despojo de lo único que le permitía sobrevir, la Tierra, la cual
pasa a manos de los narco-paramilitares y después a manos de los « empresarios
del campo », los cuales no van a sembrar comida sino palma africana y
demás productos para producir biocombustibles. La situación es tan grave que
para producir 50 litros de biocombustibles son necesarios 350 kilos de maíz,
por ejemplo.
Mientras, mientras, desde el gobierno el
pueblo en general son tildados de « sucios », « perezosos »,
cuando no « delincuentes », « guerrilleros » y « terroristas ».
Y para ellos no más hay la misma respuesta : Militarización y « recompensas ».
El Terrorismo de Estado –evidenciado por el accionar de unas ESMAD asesinas
contra su propio pueblo-, seguirá campante y las nuevas cifras de violaciones
irán a engrosar el aberrante estado de la Crisis Humanitaria que sufre el
pueblo colombiano por los gobiernos que le ha tocado en suerte sufrir.
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