Rodolfo Bueno
Hace 68 años, el 9 de
Mayo de 1945, terminó la II Guerra Mundial, una conflagración que se
desarrolló en lo fundamental en el frente soviético-alemán, donde se
libraron las más importantes y decisivas batallas que significaron el
viraje radical de la guerra y que resquebrajaron la espina dorsal de la
Werhmacht, las Fuerzas Armadas de la Alemania Nazi, la más poderosa
fuerza militar de la historia. De las 783 divisiones alemanas derrotadas
durante esta guerra, 607 lo fueron en este frente, donde también fueron
abatidos 77.000 aviones y destruidos 48.000 tanques y 167.000 cañones,
así como 2.500 navíos de guerra, lo que significó el completo descalabro
de la Alemania Nazi.
Hoy, el mundo reconoce que gracias a la
valentía y enorme espíritu de sacrificio del pueblo ruso y de las demás
naciones que conformaban la Unión Soviética, la humanidad está libre de
haber sido esclavizada por el nazi-fascismo, pues en la entrañas de este
gigantesco y heroico país fue destrozado el 75% del más potente
complejo militar bélico creado por la especie humana, la Werhmacht, que
sólo conoció victorias cuando de manera arrolladora marchó a lo largo y
ancho de Europa continental, apoderándose de sus riquezas y esclavizando
a sus habitantes.
El Plan Barbarrosa, desarrollado para ocupar
la URSS hasta los Urales y que tenía las mismas características que tan
buenos resultados le habían dado a Hitler, comenzó a las cuatro de la
madrugada del domingo 22 de junio de 1941, cuando el Führer ya se había
apoderado de más de 6.500 centros industriales europeos y poseía dos
veces y media más recursos que la Unión Soviética, pero fracasó cuando
la Wehrmacht no pudo desfilar el 7 de Noviembre de 1941 por la Plaza
Roja de Moscú, tal cual lo había planificado, sino que lo hizo el
Ejército Soviético, para luego marchar directamente al frente de batalla
e infligirle la primera derrota. Sobre la Batalla de Moscú, el General
Douglas Mac Arthur escribió en febrero del 1942: "En mi vida he
participado en varias guerras, he observado otras y he estudiado
detalladamente las campañas de los más relevantes jefes militares del
pasado. Pero en ninguna parte había visto una resistencia a la que
siguiera una contraofensiva que hiciera retroceder al adversario hacía
su propio territorio. La envergadura y brillantez de este esfuerzo lo
convierten en el logro militar más relevante de la historia".
Al
año siguiente se dio la Batalla de Stalingrado, la más sangrienta y
encarnizada de la historia, con más de tres millones de muertos, la
misma que se prolongó desde el verano de 1942 hasta el 2 de febrero de
1943 y culminó, luego de combatir sin tregua en cada piso de cada casa,
con la increíble victoria del Ejército Soviético sobre el poderoso Sexto
Ejército Alemán, algo que nadie en el mundo occidental esperaba. El
General Heinz Guderian escribió en Memorias de un soldado:
"Después de la catástrofe de Stalingrado, a finales de enero de 1943, la
situación se hizo bastante amenazadora, aún sin la intervención de las
potencias occidentales".
A partir de la Batalla de Kursk, en la
que, según Hitler, los alemanes "debían recuperar en el verano lo que
habían perdido en el invierno", Alemania Nazi se quedó sin iniciativa
bélica y, pese a su feroz resistencia, fue derrotada por las tropas
aliadas el 9 de mayo de 1945. Guderian escribió en el libro citado:
"Sufrimos una derrota demoledora en Kursk. Las tropas blindadas, que
habían sido repuestas con gran esfuerzo como consecuencia de las grandes
pérdidas de hombres y de material de guerra, quedaron fuera de servicio
por largo tiempo. Era imposible restituirlas a tiempo para los combates
defensivos tanto en el este como en el oeste, en el caso del desembarco
con el que los aliados amenazaban para la primavera siguiente. Como
consecuencia del fracaso del plan Ciudadela, el frente oriental absorbió
todas las fuerzas que estaban emplazadas en Francia".
Luego de
liberar a numerosos países del yugo nazi-fascista, las tropas soviéticas
entraron en Berlín y el 1 de mayo de 1945 izaron la bandera su país en
el Reichstag, el parlamento alemán. Una semana después, el 9 de mayo,
las últimas tropas alemanas se rindieron en Praga ante el General
Kóniev. Gracias al heroico sacrificio de todos los hombres libres, la
humanidad se salvó de vivir bajo el Tercer Reich, sistema político que
Hitler había planificado para mil años.
El 9 de Mayo, luego de
1418 jornadas de denodados combates, terminó una contienda en la que
fallecieron cerca de 60 millones de seres humanos, de los que 27 eran
soviéticos. La mayor parte de ellos fueron muertos como consecuencia de
la salvaje represión ejercida por la tropas ocupantes contra la
población civil. La historia no conoce la destrucción, la barbarie y la
bestialidad de la que hicieron gala los nazis en la tierra soviética,
donde aniquilaron el fruto del trabajo de muchas generaciones.
El
reconocido periodista inglés Alexander Werth escribe: "En efecto,
precisamente los rusos llevaron el fardo más pesado en la guerra contra
la Alemania Nazi, precisamente gracias a esto quedaron con vida millones
de ingleses y norteamericanos". Edward Stettinus, Secretario de Estado
de los EE.UU. durante la Segunda Guerra mundial, reconoce que el pueblo
norteamericano debería recordar que en 1942 estaba al borde de la
catástrofe. Si la Unión Soviética no hubiera sostenido su frente, los
alemanes hubieran estado en condiciones de conquistar Gran Bretaña.
Habrían estado en condiciones de apoderarse de África y, en tal caso,
crear una plaza de armas en América Latina.
Estos son algunos
hechos que los modernos falsificadores de la historia odian recordar: La
guerra dejó en la Unión Soviética 60 millones de mutilados, destruyó
1.710 ciudades, 70.000 aldeas, 32.000 empresas industriales, 65.000
kilómetros de vías férreas, 98.000 cooperativas agrícolas, 1.876
haciendas estatales, 6 millones de edificios, 40.000 hospitales, 84.000
escuelas. Los nazis trasladaron a Alemania 7 millones de caballos, 17
millones de reses, 20 millones de puercos, 27 millones de ovejas y
cabras, 110 millones de aves de corral. La perdida total de la Unión
Soviética fue de unos 3 billones de dólares (un 3 seguido de doce
ceros); algo de lo que, en mi opinión, la URSS jamás se recuperó y que, a
la postre, generó la causas para su autodestrucción.
Tal vez,
la más importante lección para las presentes y futuras generaciones es
que la guerra hay que combatirla antes de que estalle.
9 de Mayo, Día de la Victoria
Written By Unknown on viernes, mayo 10, 2013 | viernes, mayo 10, 2013
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