Hernando
Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.
Mañana se
inician las Conversaciones en la Mesa que en el actual proceso de Paz acordaron
la guerrilla de las FARC-EP y el gobierno colombiano. La contundente actitud de
la guerrilla colombiana ha abierto este nuevo compás de esperanza para el
pueblo colombiano, quien es en últimas la víctima de la guerra decretada por la
oligarquía en el poder, ya que ni uno, óigase bien, ninguno de los hijos de la
oligarquía ha caído en la confrontación por ellos declarada.
Por ésta
razón debemos escuchar al pueblo sobre la Paz que él quiere y cómo la quiere.
No puede la soberbia oligárquica ponerse antes que la razón del pueblo ya que
es la sangre de sus hijos la que se ha derramado y ha fertilizado el suelo
colombiano. La discusiones en la Mesa de Conversaciones deberían entonces girar
en torno de lo que quiere el pueblo y no de lo que quiere el gobierno
colombiano, o quieren los militares, o los corrompidos parlamentarios o jueces.
Todos ellos hacen parte del estado que le ha declarado la guerra al pueblo
colombiano.
Se abordará
como primer punto de la Agenda el problema de la Tierra, problema fundamental
que a pesar de ser hoy Colombia un país citadino, con su población ubicada en
ciudades grandes e intermedias, sigue siendo cardinal para la economía del país
ya que es el campo el que suple de energía la que gasta la ciudad. En el campo
se ubican la agricultura y la ganadería, las grandes represas, las riquezas
naturales, etc, y sobre él se asientan los grandes proyectos marcoeconómicos de
la oligarquía colombiana, razón de la perpetuación de la guerra contra el
pueblo colombiano.
Del
problema de la tenencia de la tierra se derivan todos los demás, demostrando
que la base para adelantar la guerra es la acumulación de riquezas en manos de
la oligarquía-terrateniente, es decir, base económica y por ello, con toda la
razón, el Comandante Iván Márquez se refirió a las causas económicas que
perpetúan la guerra en Colombia, como la implantación del neoliberalismo como
modelo en el país. No es posible hablar de Paz si no se realiza una repartición
de la tierra, una Reforma Agraria, que entregue la tierra a las manos que la
trabajan con denuedo y cariño. Aclaro que se habla de “Reforma Agraria” y no de
cambio en las relaciones de producción capitalistas, las cuales serán cambiadas
totalmente con una Revolución.
La visión
oligárquica, amparándose en su Constitución y en su modelo capitalista, es la
perpetuación de las actuales formas de acumulación, es decir, la expoliación
salvaje del campesinado y los indígenas, lo cual causa miles de miles de seres
humanos asesinados, masacrados, desaparecidos, torturados, desplazados y sus
tierras y bienes pasan a las manos ensangrentados de empresarios, militares,
narco-paramilitares, terratenientes todos.
En éstas
Postales de Estocolmo seguiremos pintando la realidad vista por un refugiado
político que la injusta persecución estatal arrojó al exilio porque es
necesario mostrar la Paz que queremos los colombianos, la cual debe colocar en
el centro de la vida nacional el respeto al derecho a la vida, ya que sin vida
es imposible vivir los demás derechos humanos.
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