Por: JOSE LUIS VANEGAS GASCÓN
http://www.facebook.com/PostalesDeEstocolmo
Hola hijo, hace ya un año que manos criminales te arrebataron de mi lado, un año de dolor. Llamé al Investigador que inicialmente había conocido de tu casoy me entero, que a él también le habían asesinado a un hijo. Con dolor le di mi muestra de solidaridad y nuevamente reviví el momento en que te vi tendido en esa camilla sin vida. El investigador y yo, lloramos al teléfono.
Un año hijo, de sufrimiento donde mi salud se ha deteriorado poco apoco, un año de llorar en silencio, de aparentar estar bien; un año donde me siento derrotado por la delincuencia reinante en Santa Marta, un año hijo y todo sigue igual o aun peor. Los delincuentes son los amos y señores de esa ciudad que te vio nacer y vivir veintiún (21) añitos, un año de tu asesinato, y la ciudad sigue en poder de la delincuencia a la cual se la entregaron dirigentes y políticos, si así se les puede llamar, que fueron inferiores a la responsabilidad que tenían como gobernantes o servidores públicos.
Solo espero, que con la nueva Fiscal asignada a tu caso, la investigación llegue a buen puerto, y sepamos la verdad de quien te mando a asesinar y quienes fueron sus cómplices y el motivo fútil, que originó el haber tomado tan aberrante determinación de quitarle la vida a un ser humano como tú, y ojala, también la fiscalía logre establecer quién o quiénes fueron los asesinos del hijo del investigador del C.T.I., con quien me solidarizo, porque sé y he vivido, el dolor insuperable, que representa el haber perdido un hijo.
Como te dije hijo, me siento derrotado. Como dice la canción del Grupo Camila: “de que me sirve la vida, si no la vivo contigo”. Te amo y te llevo en mi corazón. Un beso hijo de mi alma.
Hola hijo, hace ya un año que manos criminales te arrebataron de mi lado, un año de dolor. Llamé al Investigador que inicialmente había conocido de tu casoy me entero, que a él también le habían asesinado a un hijo. Con dolor le di mi muestra de solidaridad y nuevamente reviví el momento en que te vi tendido en esa camilla sin vida. El investigador y yo, lloramos al teléfono.
Un año hijo, de sufrimiento donde mi salud se ha deteriorado poco apoco, un año de llorar en silencio, de aparentar estar bien; un año donde me siento derrotado por la delincuencia reinante en Santa Marta, un año hijo y todo sigue igual o aun peor. Los delincuentes son los amos y señores de esa ciudad que te vio nacer y vivir veintiún (21) añitos, un año de tu asesinato, y la ciudad sigue en poder de la delincuencia a la cual se la entregaron dirigentes y políticos, si así se les puede llamar, que fueron inferiores a la responsabilidad que tenían como gobernantes o servidores públicos.
Solo espero, que con la nueva Fiscal asignada a tu caso, la investigación llegue a buen puerto, y sepamos la verdad de quien te mando a asesinar y quienes fueron sus cómplices y el motivo fútil, que originó el haber tomado tan aberrante determinación de quitarle la vida a un ser humano como tú, y ojala, también la fiscalía logre establecer quién o quiénes fueron los asesinos del hijo del investigador del C.T.I., con quien me solidarizo, porque sé y he vivido, el dolor insuperable, que representa el haber perdido un hijo.
Como te dije hijo, me siento derrotado. Como dice la canción del Grupo Camila: “de que me sirve la vida, si no la vivo contigo”. Te amo y te llevo en mi corazón. Un beso hijo de mi alma.
Publicar un comentario