Allende La Paz, NotiColombia
Press.
La paz es un tema recurrente en la vida nacional. La
existencia de un conflicto armado desde cuando en 1964 el gobierno de Guillermo
León Valencia puso en marcha el gringo Plan LASO, hasta el día de hoy, habla de
la necesidad de buscar la paz. Mas no es de cualquier paz. La paz que
pretendemos los revolucionarios colombianos es una paz con justicia social.
No es la pax
romana que han pretendido los diferentes gobiernos oligárquicos. Es la Paz
viva, dinámica, si se quiere alebestrada, que irá encontrando nuevos caminos y
encontrándose y reencontrándose en nuevas formas y colores, la que queremos.
Una paz que
necesita del concurso manifiesto, solidario, movilizador, de todos los
colombianos. Por ello surge la pregunta de ”qué es la paz para los
revolucionarios”? La paz es una etapa en la vida de los pueblos en los cuales
la política no se hace a través de los fusiles y brinda la oportunidad de que
el poder del estado pase a manos del pueblo que entonces dirige sus propias
políticas para satisfacer sus reivindicaciones largamente aplazadas. Ello
significaría oportunidades iguales para todos.
Ello de por sí
excluye la guerra, como escenario de la vida de los pueblos. Las guerras
modernas demuestran la lógica del modelo enonómico capitalista que vé ”normal”
que los pueblos sean destrozados por la maquinaria militar del país invasor o
del nativo y, dentro de aparente irracionalidad, sacrifican el bienestar y la
vida auténtica de las grandes mayorías de un país (El
jóven Carlos Marx y los desafíos de la construcción de los ideales. Lic. Blanco
Rivera, Juan Alberto. Lic. Pita, Liván http://www.cubasocialista.cu/texto/cmii/cmii13.htm).
Las víctimas en
las guerras se convierten en desechables, en ”simples datos estadísticos”, y en
el caso colombiano ello está demostrado en el manejo perverso de las cifras de
”guerrilleros abatidos o dados de baja” en los informes de cada año del
ministerio de defensa, cifras por demás manipuladas y mentirosas. Ese manejo
perverso nos pone de cara a la defensa del bien primordial de los pueblos: la
vida. Por ello, la defensa de la vida del ser humano deviene en el primero y
fundamental derecho humano porque ”sin vida es imposible vivir y al no poder
vivir no se pueden disfrutar los otros derechos humanos”.
Y es que bajo
la excusa de ”estamos en guerra” es que el estado colombiano comete toda clase
de tropelías contra sus conciudadanos, así después diga que no hay ninguna
guerra ni conflicto y lo que hay es una ”amenaza terrorista”. La guerra está
más que demostrado ha sido ejecutada, desarrollada desde el estado, contra el
pueblo. La guerra ha sido además el instrumento de que se han valido las
oligarquías para adelantar el ”reparto de la riqueza” despojando, expoliando, a
los campesinos e indígenas dueños de la tierra, riqueza que va a parar a muy
poquitas manos (10% del total de población).
La Paz con
Justicia Social significa entonces paz con respeto de todos y cada uno de los
derechos humanos. Ni una violación de derechos humanos es la consigna. No es la
disminución de las tasas de violaciones, no hay paz si se viola el derecho a la
vida de 10, 20, 50 seres humanos. Tampoco habrá paz si se violan sus otros
derechos humanos. Si hay paz se hace innecesario la ”necesidad” de violar los derechos
humanos de una o unas personas.
Desde luego
que, además, no es solamente conseguir el respeto a los derechos humanos y
políticos, sino que haya el abordaje de las causas sociales que han generado el
conflicto. Causas sociales que se han vuelto profundas y dramáticas por la
desidia estatal que ha echado en el olvido la situación de vida del pueblo
colombiano, mientras se dedica a hacer la guerra para hacer más ricos a los
ricos, más capitalistas a los capitalistas, más terratenientes a los terratenientes.
La paz entonces
deviene en el más bello homenaje que le hace el pueblo al pueblo mismo. Esa paz
con justicia total encarará la aculturación producida por años y años de
diversionismo cultural, de aculturación, de implantación de la cultura de la
violencia en la vida del pueblo.
Esta paz no nos
la van a regalar. La oligarquía y el imperialismo hacen la guerra de variadas
maneras y están preparados para hacaerla porque es su única forma de
arrebatarle al pueblo sus riquezas. Contra ellos debemos y seguiremos luchando
hasta alcanzar el objetivo. Habrá cansancio en algunos. Habrá acomodamiento en
otros. Habrá traiciones y falencias. Pero debemos persistir en la lucha.
Conquistar la paz es el mejor homenaje que le podemos hacer a nuestros muertos.
Debemos estar entendidos de que
alcanzar la paz es apenas un escalón en el camino de la lucha por la Nueva
Colombia. Y lo estamos transitando con optimismo en el futuro.
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