Revista Cambio
Total.
La Paz siempre
está de moda. Siempre los pueblos del mundo la mantienen como uno de sus dones
más preciados. En Colombia a pesar de que el pueblo se ha manifestado
mayoritariamente a su favor, la oligarquía empotrada en el poder la ha
mantenido secuestrada y hasta amenazó con « tirarla al mar », o
intentó hacerlo sabiendo cuánto la quiere el pueblo.
En muestra de su
total ignorancia, la oligarquía colombiana en encuentros internacionales se
reía de las trapisondas que le habían hecho a la guerrilla con sus deseos
reales de Paz. Especial recordación se tiene de los entonces dueños del diario
El Tiempo, quienes ante representantes de la Socialdemocracia mundial se
ufanaban y burlaban de la guerrilla y de las « jugadas » que le
habían hecho a « los guerrillos ».
Como « no
hay mal que dure cien años », hoy nuevamente las FARC y el ELN han
obligado a la oligarquía a sentarse en una mesa de negociaciones. Los oligarcas
se han sentado por, entre otras cosas, la certeza de que –como lo hemos dicho
mil y una vez en Cambio Total- por la Paz pasan las soluciones de los problemas
de los colombianos, incluso de los problemas de la oligarquía.
El gobierno de
JMSantos iba en barrena, demostrado por la acelerada caída de su « favorabilidad »
y porque el 70% de los colombianos desconfiaban del manejo de la economía de
los funcionarios gubernamentales. Las famosas locomotoras con las cuales quiso
Santos simbolizar su gobierno ni siquera han encendido y sólo continúa la
entrega de la soberanía nacional a las multinacionales mineras, que dañarán de
manera irreversible los páramos colombianos.
Los colombianos
siguen sufriendo las más absolutas carencias. Desempleo, pobreza, salud,
educación, vivienda, servicios públicos y otros etcéteras, se han convertido en
la « energía » de la movilización de los colombianos en lucha por sus
reivindicaciones. La respuesta del gobierno de JMSantos no puede ser más pobre
y demagógica.
Los indígenas son
engañados y aparece entonces la sempiterna represión con el asesinato de
algunos de sus líderes y como siempre el gobierno le echa la culpa a las FARC.
Los camioneros son engañados en sus reivinicaciones. Los maestros viven una
dramática situación. Los obreros se movilizan por sus salarios. Los estudiantes
luchan contra las reformas retardatarias de la educación. Y así miles de miles
de colombianos se ven impulsados a la manifestación como forma de lucha para
alcanzar la satisfacción de sus reivindicaciones, ninguna de las cuales es
satisfecha.
Mas los problemas no son solamente del pueblo. La economía
colombiana se ha visto afectada por el manejo equívoco de las políticas
económicas, señalada por distintos economistas, incluso de los del lado del ”establecimiento”.
El crecimiento económico se vé
fracturado por la crisis financiera internacional y el malmanejo de Uribhitler y JMSantos –reconocido antichavista-
es llevado a la presidencia para que recomponga las relaciones con el vecino país,
su segundo socio comercial. Y cuando hablamos de economía hablamos de problemas
de los empresarios oligarcas, los chupa-sangre del pueblo que le roban la
plusvalía a los trabajadores.
La Paz, que
siempre está de moda en el pueblo, es el mejor negocio para todo el mundo. Para
el pueblo que no vería a sus hijos destrozados por balas de fusil, bombas y
minados. Incluso para los empresarios que « descubren » de repente
que con una Colombia en Paz la economía crecería un 2% más de lo que crece en
los actuales momentos.
De tal manera que
si todos los colombianos nos unimos en torno de la Paz veremos la
transformación de un país. Si ello no sucede, la guerra seguirá cierto tiempo
hasta el triunfo del pueblo ya que éste pueblo está cansado que la oligarquía
decida sobre sus vidas.
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