Construyendo memoria en Colombia. . .
El 1 de septiembre de 1986 cayeron
asesinados los dos primeros parlamentarios de la Unión Patriótica;
Leonardo Posada y Pedro Nel Jímenez
*El 30 de agosto y el 1 de septiembre de 1986, hace 26 años, cayeron asesinados los dos primeros parlamentarios de la Unión Patriótica; Leonardo en Barrancabermeja y Pedro Nel en Villavicencio. Semblanzas
Leonardo Cuando aterrizó la avioneta esa noche del 31 de agosto de 1986 en el aeropuerto El Dorado, con los restos mortales de Leonardo acompañados por su madre, Reina de Posada, un puñado de militantes de la Unión Patriótica entonaron consignas salvadoras que erizaron la piel de todos.
Entre ellos se encontraba Bernardo Jaramillo, un año más tarde presidente del joven movimiento tras el asesinato del líder, Jaime Pardo Leal, el 11 de octubre de 1987 y quien también caería acribillado el 22 de marzo de 1990.
*El 30 de agosto y el 1 de septiembre de 1986, hace 26 años, cayeron asesinados los dos primeros parlamentarios de la Unión Patriótica; Leonardo en Barrancabermeja y Pedro Nel en Villavicencio. Semblanzas
Leonardo Cuando aterrizó la avioneta esa noche del 31 de agosto de 1986 en el aeropuerto El Dorado, con los restos mortales de Leonardo acompañados por su madre, Reina de Posada, un puñado de militantes de la Unión Patriótica entonaron consignas salvadoras que erizaron la piel de todos.
Entre ellos se encontraba Bernardo Jaramillo, un año más tarde presidente del joven movimiento tras el asesinato del líder, Jaime Pardo Leal, el 11 de octubre de 1987 y quien también caería acribillado el 22 de marzo de 1990.
Jaime Pardo Leál y Bernardo Jaramillo |
Y aunque arreciaba la ola de atrocidades
sin cuento contra la UP, creada el 28 de mayo de 1985, nadie en la
pista imaginaba el horror que le esperaba al país con el peor genocidio
político de su historia reciente.
Bernardo, como Leonardo, ex dirigente de la Juventud Comunista, repasaba sus momentos recientes en Apartadó donde trabajaba como abogado defensor de sindicalistas. "Con esta andanada yo regreso a la casa siempre con la mano puesta en un revolver que cargo pues uno nunca sabe", decía.
A Leonardo lo mataron el 30 de agosto, a eso de las siete de la noche en una calle de Barrancabermeja cuando caminaba con su novia. Los sicarios, dudando de su accionar criminal, acudieron minutos más tarde al centro asistencial donde llegó con vida, rematándolo sin contemplación alguna.
El joven dirigente alcanzó a despedirse con un ruego final: que en su sepelio no se entonaran himnos y cánticos revolucionarios, solo deseaba que se pusieran los boleros que siempre lo deleitaron.
Así se hizo en el sepelio masivo en el Cementerio Central donde hablaron Horacio Serpa, Jaime Pardo Leal y Luis Carlos Galán, lo que demostraba la magnitud del daño hecho al país. Pardo y Galán caerían también uno y dos años más tarde ante un país adormecido.
Leonardo se convertía en el primer mártir de gran notoriedad de la UP y abría el desgraciado camino de una decena de congresistas del partido sacrificados por la barbarie de la intolerancia.
Leonardo, hijo del veterano dirigente comunista Julio Posada, había nacido en Bogotá el 19 de octubre de 1947 y siendo estudiante de la secundaria, se unió a las filas de la Juventud Comunista, llegando a la dirección nacional cuando tenía 20 años.
Ya como estudiante de la Universidad Nacional, donde cursaba estudios en Ciencias de la Educación, le correspondió liderar a su organización en el movimiento estudiantil en una desigual batalla con los contrincantes de la izquierda, en especial con el MOIR.
El gran movimiento universitario de 1971, por la autonomía y el cogobierno que paralizó por meses todas las actividades académicas, tuvo en Leonardo a uno de los conductores más comprometidos. Hacía parte por la JUCO de la Coordinadora Nacional Universitaria que contaba con dirigentes destacados como Marcelo Torres, Moris Ackerman, Héctor Moncayo, Amilkar Acosta, Uriel Ramírez y Camilo González Posso, entre otros.
Esa fue la gran escuela de formación política y cívica de Leonardo. Pasado el movimiento, Posada termina sus estudios de educación, pero no se dedica al magisterio, prefiere continuar como funcionario de la JUCO donde permanece hasta 1983.
El partido y una vez nace la UP, lo destina a Barrancabermeja donde rápidamente asciende en el escenario social siendo electo concejal e integra la Coordinadora Popular, real vocero de los intereses ciudadanos.
En las elecciones parlamentarias de 1986, obtiene, con una copiosa votación, una curul en la Cámara de Representantes que no logró un instante ocupar.
A Leonardo, por su arraigo popular y su desbordante simpatía (eran memorables sus duelos de chistes y gracejos con Jaime Pardo Leal) algunos medios lo señalaron como uno de los más representativos exponentes de lo que llamaron la "social bacanería", distante del supuesto acartonamiento que se le endilga a la izquierda colombiana.
Hoy contaría con 65 años y seguramente dando brega por nuevos horizontes de paz y justicia social para el país como siempre lo hizo en vida.
Su crimen continúa en la más completa impunidad y hace parte del caso 11227 que hace curso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en busca de justicia y reparación.
Para honrar su memoria, en 2004 el ex alcalde de Bogotá Luis Eduardo Garzón, su amigo cuando éste era dirigente del sindicato de la USO en Barranca, le otorgó la Orden Civil al Mérito "Ciudad de Bogotá" en el Grado de Cruz de Caballero.
Así mismo, un megacolegio distrital construido en la localidad de Bosa, fue bautizado con su nombre.
Como todos los 30 de agosto, hoy sus familiares y amigos le rendirán un sencillo homenaje frente a su tumba en el Cementerio Central de Bogotá.
Pedro Nel
No habían acabado de enterrar los adoloridos miembros de la Unión Patriótica a uno de sus más queridos dirigentes, el recién electo Representante a la Cámara, Leonardo Posada, asesinado en Barrancabermeja el 30 de agosto, cuando ya el 1 de septiembre varios sicarios daban muerte al senador por la misma agrupación, Pedro Nel Jiménez.
Fue tal la conmoción nacional pues con una diferencia de horas caían los dos primeros parlamentarios de la UP, que la comisión del ejecutivo nacional presidida por Jaime Pardo Leal, que había solicitado una audiencia con el presidente Virgilio Barco, para denunciar el caso de Posada, fue llamada de urgencia a Palacio.
Barco, quien se había posesionado 23 días antes, inauguraba su mandato con la más cruda ola de persecuciones y atentados criminales contra la nueva alternativa nacida de los acuerdos de paz de la Uribe.
Pedro Nel, como Leonardo, antes de terminar sus carreras, el primero como educador en la Universidad Nacional y el segundo como abogado del Externado, eran activos militantes de la Juventud Comunista y como tales se destacaron en las lides estudiantiles.
A Pedro Nel lo acribilla un sicario que iba en una moto conducida por un miembro del ejército, cuando se disponía a recoger, al mediodía de ese 1 de septiembre, a su hija del Colegio Normal Nacional, ubicado sobre la vía a Puerto López, en Villavicencio.
Los asesinos, como quedó demostrado, salieron en dirección a la VIII Brigada, donde varios testigos los vieron ingresar.
Posteriormente, dentro de la investigación, se conocieron varias declaraciones que sindicaban al Teniente Miller Tarsicio Koy, jefe de Inteligencia de esta Brigada como el militar que dio la orden de asesinar al recién electo senador de la UP.
Según los archivos policiales la medida fue ejecutada por los suboficiales del B2, Sargentos Serbio Tulio Luna y Ovidio Tabuco Betancur.
Quien disparó fue Arnulfo Castillo Agudelo, ex militar conocido como "Rasguño", quien hacía parte de la estructura paramilitar de Víctor Carranza Desde 1985, y durante la presidencia de Virgilio Barco Vargas, que empieza en 1986, los crímenes contra los miembros de la Unión Patriótica eran realizados en el marco del denominado "PLAN BAILE ROJO", uno de los cinco proyectos desarrollados por las estructuras militares para exterminar a este grupo político.
El 3 de septiembre de 1986, durante el sepelio masivo y de protesta que conmovió a todo Villavicencio, se realizaron permanentes seguimientos militares y al llegar al cementerio, un grupo de seis hombres armados detuvieron y desaparecieron forzadamente a dos militantes de la Unión Patriótica del departamento de Guaviare, Jair López y Críspulo Hilario.
Estos dos destacados militantes fueron asesinados y sus cadáveres encontrados con señales de tortura en la vía que comunica a Villavicencio con el municipio de Acacías, el viernes 5 de septiembre de 1986.
Pedro Nel tuvo una vida plena al servicio de la causa popular. Nacido en 1948, en el Meta, se hizo abogado en el Externado de Bogotá. Por sus capacidades, fue nombrado Personero Municipal en Villavicencio.
Presidió el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos del Meta y defendió presos políticos. Durante varios años fue integrante del Comité Regional del Partido Comunista Colombiano y luego dirigente político. Antes de ser Senador por la Unión Patriótica, fue Concejal de Villavicencio.
El crimen de Pedro Nel, muerto cuando apenas contaba con 38 años, sigue en la impunidad.
Bernardo, como Leonardo, ex dirigente de la Juventud Comunista, repasaba sus momentos recientes en Apartadó donde trabajaba como abogado defensor de sindicalistas. "Con esta andanada yo regreso a la casa siempre con la mano puesta en un revolver que cargo pues uno nunca sabe", decía.
A Leonardo lo mataron el 30 de agosto, a eso de las siete de la noche en una calle de Barrancabermeja cuando caminaba con su novia. Los sicarios, dudando de su accionar criminal, acudieron minutos más tarde al centro asistencial donde llegó con vida, rematándolo sin contemplación alguna.
El joven dirigente alcanzó a despedirse con un ruego final: que en su sepelio no se entonaran himnos y cánticos revolucionarios, solo deseaba que se pusieran los boleros que siempre lo deleitaron.
Así se hizo en el sepelio masivo en el Cementerio Central donde hablaron Horacio Serpa, Jaime Pardo Leal y Luis Carlos Galán, lo que demostraba la magnitud del daño hecho al país. Pardo y Galán caerían también uno y dos años más tarde ante un país adormecido.
Leonardo se convertía en el primer mártir de gran notoriedad de la UP y abría el desgraciado camino de una decena de congresistas del partido sacrificados por la barbarie de la intolerancia.
Leonardo, hijo del veterano dirigente comunista Julio Posada, había nacido en Bogotá el 19 de octubre de 1947 y siendo estudiante de la secundaria, se unió a las filas de la Juventud Comunista, llegando a la dirección nacional cuando tenía 20 años.
Ya como estudiante de la Universidad Nacional, donde cursaba estudios en Ciencias de la Educación, le correspondió liderar a su organización en el movimiento estudiantil en una desigual batalla con los contrincantes de la izquierda, en especial con el MOIR.
El gran movimiento universitario de 1971, por la autonomía y el cogobierno que paralizó por meses todas las actividades académicas, tuvo en Leonardo a uno de los conductores más comprometidos. Hacía parte por la JUCO de la Coordinadora Nacional Universitaria que contaba con dirigentes destacados como Marcelo Torres, Moris Ackerman, Héctor Moncayo, Amilkar Acosta, Uriel Ramírez y Camilo González Posso, entre otros.
Esa fue la gran escuela de formación política y cívica de Leonardo. Pasado el movimiento, Posada termina sus estudios de educación, pero no se dedica al magisterio, prefiere continuar como funcionario de la JUCO donde permanece hasta 1983.
El partido y una vez nace la UP, lo destina a Barrancabermeja donde rápidamente asciende en el escenario social siendo electo concejal e integra la Coordinadora Popular, real vocero de los intereses ciudadanos.
En las elecciones parlamentarias de 1986, obtiene, con una copiosa votación, una curul en la Cámara de Representantes que no logró un instante ocupar.
A Leonardo, por su arraigo popular y su desbordante simpatía (eran memorables sus duelos de chistes y gracejos con Jaime Pardo Leal) algunos medios lo señalaron como uno de los más representativos exponentes de lo que llamaron la "social bacanería", distante del supuesto acartonamiento que se le endilga a la izquierda colombiana.
Hoy contaría con 65 años y seguramente dando brega por nuevos horizontes de paz y justicia social para el país como siempre lo hizo en vida.
Su crimen continúa en la más completa impunidad y hace parte del caso 11227 que hace curso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en busca de justicia y reparación.
Para honrar su memoria, en 2004 el ex alcalde de Bogotá Luis Eduardo Garzón, su amigo cuando éste era dirigente del sindicato de la USO en Barranca, le otorgó la Orden Civil al Mérito "Ciudad de Bogotá" en el Grado de Cruz de Caballero.
Así mismo, un megacolegio distrital construido en la localidad de Bosa, fue bautizado con su nombre.
Como todos los 30 de agosto, hoy sus familiares y amigos le rendirán un sencillo homenaje frente a su tumba en el Cementerio Central de Bogotá.
Pedro Nel
No habían acabado de enterrar los adoloridos miembros de la Unión Patriótica a uno de sus más queridos dirigentes, el recién electo Representante a la Cámara, Leonardo Posada, asesinado en Barrancabermeja el 30 de agosto, cuando ya el 1 de septiembre varios sicarios daban muerte al senador por la misma agrupación, Pedro Nel Jiménez.
Fue tal la conmoción nacional pues con una diferencia de horas caían los dos primeros parlamentarios de la UP, que la comisión del ejecutivo nacional presidida por Jaime Pardo Leal, que había solicitado una audiencia con el presidente Virgilio Barco, para denunciar el caso de Posada, fue llamada de urgencia a Palacio.
Barco, quien se había posesionado 23 días antes, inauguraba su mandato con la más cruda ola de persecuciones y atentados criminales contra la nueva alternativa nacida de los acuerdos de paz de la Uribe.
Pedro Nel, como Leonardo, antes de terminar sus carreras, el primero como educador en la Universidad Nacional y el segundo como abogado del Externado, eran activos militantes de la Juventud Comunista y como tales se destacaron en las lides estudiantiles.
A Pedro Nel lo acribilla un sicario que iba en una moto conducida por un miembro del ejército, cuando se disponía a recoger, al mediodía de ese 1 de septiembre, a su hija del Colegio Normal Nacional, ubicado sobre la vía a Puerto López, en Villavicencio.
Los asesinos, como quedó demostrado, salieron en dirección a la VIII Brigada, donde varios testigos los vieron ingresar.
Posteriormente, dentro de la investigación, se conocieron varias declaraciones que sindicaban al Teniente Miller Tarsicio Koy, jefe de Inteligencia de esta Brigada como el militar que dio la orden de asesinar al recién electo senador de la UP.
Según los archivos policiales la medida fue ejecutada por los suboficiales del B2, Sargentos Serbio Tulio Luna y Ovidio Tabuco Betancur.
Quien disparó fue Arnulfo Castillo Agudelo, ex militar conocido como "Rasguño", quien hacía parte de la estructura paramilitar de Víctor Carranza Desde 1985, y durante la presidencia de Virgilio Barco Vargas, que empieza en 1986, los crímenes contra los miembros de la Unión Patriótica eran realizados en el marco del denominado "PLAN BAILE ROJO", uno de los cinco proyectos desarrollados por las estructuras militares para exterminar a este grupo político.
El 3 de septiembre de 1986, durante el sepelio masivo y de protesta que conmovió a todo Villavicencio, se realizaron permanentes seguimientos militares y al llegar al cementerio, un grupo de seis hombres armados detuvieron y desaparecieron forzadamente a dos militantes de la Unión Patriótica del departamento de Guaviare, Jair López y Críspulo Hilario.
Estos dos destacados militantes fueron asesinados y sus cadáveres encontrados con señales de tortura en la vía que comunica a Villavicencio con el municipio de Acacías, el viernes 5 de septiembre de 1986.
Pedro Nel tuvo una vida plena al servicio de la causa popular. Nacido en 1948, en el Meta, se hizo abogado en el Externado de Bogotá. Por sus capacidades, fue nombrado Personero Municipal en Villavicencio.
Presidió el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos del Meta y defendió presos políticos. Durante varios años fue integrante del Comité Regional del Partido Comunista Colombiano y luego dirigente político. Antes de ser Senador por la Unión Patriótica, fue Concejal de Villavicencio.
El crimen de Pedro Nel, muerto cuando apenas contaba con 38 años, sigue en la impunidad.
Tomado del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación
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