Personaje despreciable como el que más, el traidor es odiado
por todos. Por los que traicionó y por los nuevos amos a los que sirve.
Trotskista de la época
de los 70, traicionó a sus antiguos
co-militantes y empacó maletas a buscar nuevos rumbos, es decir, se fue para el
PCC, partido que generoso le otorgó el Carné –o no sé si se lo dieron- y lo
subió a las más altas magistraturas del pueblo. Llegó a ser presidente de la
CUT, no por su inteligencia y firmeza ideológica, sino porque era militante del
PCC , y el partido premia a los “cuadros” que se destacan.
Mas el que traiciona
una vez, traiciona diez, como las mujeres u hombres infieles por
enfermedad, al PCC también lo traicionó. Y se volvió URIBISTA! Tremenda
voltereta! Y después, por el ansia de un cargo que solo sirve para personajes
oscuros como Pacho Santos, o como él, se volvió SANTISTA. Qué horrors.
Ejemplarizaba así
Angelino al personaje esquirol de siempre que se vende por un plato de
lentejas, o por menos. Además demostraba que a la oligarquía le importaba un
carajo de dónde viene el nuevo sirviente con tal de que les sirva bien. Y como
al traidor todo el mundo lo desprecia le montaron lo de la “candidatura a la
OIT”, con dineros pagos por el estado colombiano, o sea, con la plata de todos
los colombianos, como hizo Gaviria Trujillo con la candidatura a la OEA (aunque
el oligarquito de “bienvenidos al futuro” –ya sabemos cuál futuro-).
Y es que dan asco. Imagino la cara que ponen cuando lo ven
llegar con su barriga grasienta y su cumbamba española. Ahí viene otra vez,
Angelino, dicen que dicen cuando lo ven llegar a la Casa de Nari. Y él,
impávido, que no se da cuenta de los gestos de desprecio pero los vé todos, les
sonríe con su sonrisa burlona y de sorna, y les dice: “Aquí estoy yo, otra vez”.
Y la baba se le escurre por las comisuras labiales.
Y dicen que dicen: “Y ahora que vamos a hacer con éste
pegote”, igual como dicen las antioqueñas cuando no quieren a un pretendiente.
Este “está más pegado (al poder) que cartel de político en alcaldía”. Qué lo
pondremos a hacer?, se pregunta Santos el gangoso. Ya sé, dicen que dijo, va a
ser el “comisionado de paz”. Pero, presidente, usted dio que “en la Agenda del
gobierno no están los diálogos ni la paz”. Ustedes son brutos acaso, pongan a
funcionar su neurona, precisamente por eso lo pondremos como comisionado.
Su vida –la de Angelino- ha sido un rosario de traiciones.
Por ello lo desprecian. Por ello le aplican la máxima que él recitaba en las
charlas que daba en Cali: “No hay que comer cucarachas para saber a lo
que saben”. Jerto, Angelino, oí pues?
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