Allende La Paz.
No ha empezado la
campaña presidencial 2018 y ya los ”candidatos” –autonombrados mediante la
recolección de firmas, escondiendo que militant en los vetustos partidos del
establishment- están que se “jalan de los pelos”.
El esclavista “coscorronero”
Vargas Lleras pensó que “picando adelante” a los otros candidatos de su calaña
les ganaría el pulso y lo que consigió fue lo contrario. Después
de la “despachada” en la entrevista de Caracol los colombianos medianamente “informados”
lo calificaron en más del 80% que no votarían por él. Además le están pasando
factura por sus conocidas compañías de la
mafia –Kiko Gómez, Oneida Pinto, y cuanto corrompido hay en La Guajira y
la Costa Caribe, y en los Llanos-, y están cansados de ver el dantesco
espectáculo de niños asesinados al robarse sus ”protegidos” los recursos
destinados por el estado para solucionar los problemas de hambre, desnutrición
y falta de agua potable, entre otros.
Ahora ve que lo único que le daría los votos de la extrema derecho
es atacar de frente el Acuerdo de Paz, da la orden a su lacayo Larita –hijo de
un hombre que ofrendó su vida en lucha contra la corrupción-, quien no puede
ser como su padre porque su capacidad mental no le llega ni a los tobillos del
inmolado, que torpedeé la Paz e impida la aprobación de la JEP –ya quedó
viendo un golpetazo en las narices con
la resolución de la CC, otra derrota- e impida el ingreso de miembros de la FARC
–partido legal- a los recintos de la Cámara de Representantes y recibe otro
recto de derecha porque el Senado rechazó tan antidemocrática decisión de
Larita.
A pesar de éstos reveses, los medios en poder de la oligarquía
persisten en tratar de imponer a Vargas Lleras –”el mocho”, le dicen- y lo
presentan como que les picó en punta a los otros candidatos, en contra de toda
evidencia, y si por los reveses conseguidos hasta ahora seguramente llegará a
la contienda electoral más golpeado que aficionado del Junior en el Campín –por
las barras bravas-. No hay que olvidar la célebre fábula de la Liebre y la Tortuga,
de incalculable valor en éste caso.
Los “candidaticos” del CD del narco-paramilitar No 82
ex-presidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez están en tierra de nadie. Ninguno le sirve a Uribhitler o ”Mesías”. Zuluaga
Odebrecht –aunque no puede ser candidato estaba en la baraja uribiana- no será
capaz de recibir los millones de votos que recibió en la última contienda ya
que “mucha agua ha pasado debajo del Puente” y es evidente el desgaste de Uribe
–su “patrón”- por sus posiciones inconsecuentes en temas cardinales para los
colombianos y por su odio acérrimo al Acuerdo de Paz –porque él no lo logró ni
lo firmó-, lo que le ha valido ser abucheado y expulsado de algunas
universidades y zonas de concentración de gentes en diferentes partes del país.
Ello demuestra que la política en Colombia es altamente cambiante, más en ese
sector corrompido que se mueve al son de dónde suena el vil metal.
Además el “Mesías” está
con un sabor desagradable en la boca porque VargasLleras le esté robando “sus” electores
de la extrema y haya querido ampliar la cobertura al espectro político del CD
uribiano. Incluso algunos parlamentarios uribianos han manifestado sus simpatías
por el “coscorronero”, imagino que con la molestia que toca su egolatría de ser
él, el único en el corazón mafioso de los del CD.
Por su parte el partido
Liberal, manejado por el incompetente César Gaviria Trujillo, no se decide
todavía y ya les están criticando el mal gasto de 75.000 millones de pesos en
una “consulta liberal” para escoger candidato entre dos precandidatos, cuando
lo más barato y seguro hubiera sido escogencia por acuerdo entre ellos dos,
máxime cuando se sabe que el precandidato Humberto de la Calle tiene todas las
de ganar por su trabajo de más de 6 años para alcanzar la elaboración entre
gobierno y las FARC-EP del Acuerdo de Paz firmado en el Teatro Colón de Bogotá.
De la Calle es el único
candidato del establecimiento que cuenta con votos de opinión, no amarrados a
ninguna maquinaria, lo que sumado a los de la maquinaria le dan un peso
específico en ésta camapaña. Importante destacar que De la Calle es el único
candidato del establecimiento que se la jugado franca y totalmente por la defensa
del Acuerdo Final de Paz por una paz estable y duradera y ha abrazado la
propuesta de un Gobierno de Transición que implemente el Acuerdo de Paz en toda
Colombia.
Los demás precandidatos
del establecimiento están allí para hacerse contar y después pedir puestos en
el botín burocrático.
Total, por mucho que se
desgañiten los medios oligárquicos solo un candidato del establecimiento les
está paso a paso ganando la delantera. Esperaremos el transcurso de éstos dos meses
para que vean qué acertados estamos en este análisis.
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