Allende La Paz.
Siempre ha existido la inquietud de que una vez dejen de existir
las FARC-EP el imperialismo estadounidense y la oligarquía colombiana sientan
las manos libres para atacar Venezuela y convertirla en la Yugoslavia o la Gaza
suramericana.
Hemos sido de la visión que las FARC-EP eran un contén a los
deseos imperiales de apoderarse totalmente de Venezuela. 10.000 guerrilleros en
la retaguardia de las fuerzas imperiales –colombianas y gringas- eran una
fuerza disausiva importante. Por ello, era imprescindible hacer desaparecer primero
a las FARC-EP como organización armada, para después pasar a atacar a
Venezuela.
Cumplida la primera parte del Plan –que incluyó al Plan
Colombia- se pasó a la otra fórmula, negociaciones de paz, ante el fracaso de
la opción militar, estamos ante la inminencia de la tercera parte parte. El
ataque militar.
Un ataque militar a
Venezuela no es descabellado. No es que los Estados Unidos no tenga intereses
en Venezuela –de hecho las compañías petroleras continúan la extracción del
petróleo como antes cuando mandaban los gobiernos oligárquicos de COPEI y AD-,
sino que los gringos quieren TODAS las riquezas del vecino país. Todo el
petróleo, Coltán, etc, etc.
Ante éste hecho nos
preguntamos: Fué un error el apoyo de Cuba y Venezuela al proceso de Paz entre
las FARC-EP y el gobierno Santos? Geoestratégicamente no fue un error?
No lo creemos. El pueblo
colombiano estaba –y está- cansado de la Guerra, de entregar sus mejores hijos
al conflicto interno. Sus ansias de paz están más que justificadas. 53 años de Guerra
y sus implicaciones hacía imprescindible ensayar otra forma para resolver no
solo el conflicto armado, sino todo el conflicto social, es decir, no solo
armado sino resolver el conflicto social (viviendas, salud, educación, etc),
económico (empleo, salarios, etc), politico (no uso de las armas y asesinatos a
la verdadera oposición), y cultural.
Hemos presenciado el
recargue de las energías del pueblo colombiano propiciado por el proceso de
Paz. Aún cuando el gobierno Santos continúa aplicando las mismas recetas neoliberales
–reformas tributarias, recortes de salarios- y utilizando el Terrorismo de
Estado –van más de 152 líderes populares ejecutados- para poder aplicar esas
recetas económicas y sociales, el pueblo colombiano está dispuesto a continuar
la lucha, ésta vez de otra forma.
La Paz entonces se
convierte en el catalizador de la movvilización de las energías populares, com0
en efecto lo ha venido haciendo, y el
Congreso Fundacional del partido de las FARC-EP se inscribe en esa bocanada de
aire fresco a la contaminada vida política colombiana.
Tenemos que seguir
redoblando esfuerzos a nivel nacional e internacional a fin de que el gobierno
Santos cumpla sus compromisos adquiridos con la firma del Acuerdo Final para
una paz estable y duradera del Teatro Colón.
A nivel internacional ya
vemos que los exiliados colombianos se están organizando en diversas
organizaciones, lo cual nos llena de optimismo ya que si algo hará que el
gobierno Santos cumpla el Acuerdo Final será precisamente la denuncia y la
presión de la comunidad internacional.
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