Domínico Nadal, El
Cuento de la Semana.
Anda circulando por
internete un video en que un individuo amenaza al presidente de Colombia, Juan
Manuel Santos, y a politicos de izquierda. El individuo es miembro del partido
Centro Democrático del narco-paramilitar # 82 y hoy senador Álvaro Uribe
Vélez y su “camorra”.
Ver: http://cambiototalrevista.blogspot.se/2017/04/amenazo-de-muerte-al-presidente-juan.html
Ver: http://cambiototalrevista.blogspot.se/2017/04/amenazo-de-muerte-al-presidente-juan.html
Recuerdo cuando en las
épocas nefastas de la administración de ese señor –el # 82- dizque un
estudiante amenazó a los hijos. La Fiscalía y la Policía en cuestion de 1 ó 2
días tenían bajo custodia al pobre estudiante y lo condenaron a 4 meses de cárcel y vive ahora en el exilio.
Hoy, ya van 15 días y ni
la Fiscalía, mucho menos la Policía, han dicho “ésta boca es mía” y mucho menos
han arrestado al tipejo ese que cree poder estar amenazando a quien le provoque
solo porque no profesa sus ideas del Centro Democrático de Uribe Vélez.
A través de la misma
red, por periodistas independientes, se ha sabido que el individuo fue miembro
de la Policía colombiana!, lo cual explicaría que no lo quieran capturar.
También al parecer el individuo tiene “negocios” con el gobierno boliviano, por
lo cual alertamos al presidente Evo Morales que éste individuo es peligroso
para la seguridad nacional de Bolivia y naturalmente de Colombia.
La paquidermia de la
Fiscalía y la Policía colombianas en casos como el reseñado nos pone de
presente que los “enemigos de la Paz” están empotrados en esas instituciones
estatales.
No se entiende cómo
amenazar al presidente de la república sea tomado como “una broma”. Y si éste
individuo pasa de las amenazas a la consumación práctica de sus amenazas. O
será que tanto la Fiscalía como la Policía colombianas están de acuerdo en
montar un atentado contra el presidente y contra personalidades políticas del
pueblo.
Lo cual nos trae a la
memoria que ante la muerte del hijo prematuro de la guerrrillera Rocío, presa
en una cárcel de Bogotá, tampoco la Fiscalía ha dado muestras de celeridad que
sí muestra cuando de capturar líderes populares se trata.
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