Ser fariano está sembrado en el ideario
colectivo como unos luchadores populares que se vieron obligados a empuñar las
armas para no ser excluídos de la vida del país. Hoy están escribiendo una
página gloriosa en la historia colombiana.
Por: Allende La Paz, Cambio Total.
Una inveterada costumbre política de
los medios y la oligarquía es caerle con todo a los líderes populares –de
partidos de izquierda, de sindicatos, etc- a fin de reducirlos para que no ”levanten” cabeza sus proyectos políticos, y
cuando no logran reducirlos entonces le aplican la fórmula del Terrorismo de
Estado, asesinarlos con toda la sevicia del caso.
Hoy estamos viviendo un revivir de
ambas formas, aunque hay que afirmarlo categóricamente nunca ha parado la
macartización ni cesado el Terrorismo de Estado. A la fecha van 104 líderes populares asesinados –a ejecuciones “limpias”-
y por la inercia estatal (complicidad?) que se ve la cuestión va para más,
especialmente en el 2017.
El
papel de los medios de comunicación
Los medios de comunicación juegan el
rol de la macartización de los líderes populares y de sus proyectos políticos. El
señalamiento de los líderes populares de pertenecer a la ”insurgencia armada” trata
de justificar que desde el estado las fuerzas militares-narcoparamilitares
apliquen el principio del “enemigo interno”, es decir, tener carta blanca para
convertir en blanco militar todos los líderes populares por el solo hecho de
ser luchadores por sus reivindicaciones y la del conjunto del pueblo.
La macartización es un arma de la guerra contrainsurgente que se usa
contra luchadores sociales civiles, legales, desarmados, la cual se aplica a
sujetos sociales que no participaban –y no lo hacen- de la confrontación
armada, usada como elemento preventivo en esa guerra.
No menos llamativo el caso de señalar a miembros verdaderamente
revolucionarios de la izquierda de ser “vergonzantes” que tienen simpatías con
las FARC-EP en sus filas, en tanto se ensalza a miembros ”rosaditos” de esa
izquierda, los cuales extrañamente nunca han sido tocados por el Terrorismo de
Estado.
Las
FARC-EP y el ser fariano
Ser miembro de las FARC-EP es
aceptar su línea política marxista-leninista y aplicar esos principios en el
análisis del momento político coyuntural o a mediano y a largo plazo. Esa aceptación implica seguir unos principios éticos y
tener unos valores morales que hasta el Papa Francisco compara a los comunistas
con los verdaderos cristianos.
Estos serían los farianos de filas, los miembros de la organización en
armas, la cual hoy está en tránsito de una organización guerrillera a una
organización política legal. Los medios se ensañan contra la organización
guerrillera y continúan haciéndolo con los que hoy están en tránsito de
legalización de su actividad política por cuenta de una Acuerdo entre las
partes en contienda en el Conflicto Armado, el gobierno colombiano y las
FARC-EP. Desconocen –o tartan de hacerlo- que el Acuerdo alcanzado fue un
Acuerdo Negociado y no impuesto por la derrota de una de las partes.
En las redes sociales hay múltiples videos en donde se muestra que la
población civil, trabajadores de la informalidad, ante los atropellos de la
policía y el ESMAD les espetaban en su cara que “por qué no iban a buscar la
guerrilla. Con ellos si no son valientes, con los guerrilleros si les tiembla
el culillo”. Lo anterior demuestra que en mayor o menor medida el pueblo raso
sabía –y sabe- que la guerrilla era –y es- una organización popular que los
defendía y lo hará ahora con más ahínco utilizando las armas de la legalidad.
Otra connotación tienen miembros de
los sectores populares que sin ser de las FARC-EP tenían –y tienen- un grado de
simpatía por los postulados de la organización. Ello no significa que sean guerrilleros, menos que sean conspirativos. No. Esa
simpatía se deriva de muchas variables. Puede ser porque admiran la valentía de
irse al monte a pelear por el interés del colectivo popular, o sea producto de
tener un familiar en la organización insurgente, o un familiar que entregó su
vida luchando por la concreción de los planes político-militares de las
FARC-EP, o quizás porque tenga viejos compañeros de vida política partidaria
que obligados por las circunstancias de salvar sus vidas decidieron
”enguerrillerarse”, compañeros con los que no tienen comunicación, pero persiste
una ligazón que va más allá del entendimiento formal y lógico.
Ser
fariano hoy
Ser fariano en las actuales
circunstancias pasará de ser un estigma al reconocimiento de personalidades populares
–sujetos sociales- que jugarán su papel de transformadores sociales. Hoy
empieza una profunda transformación del ideario colectivo que tendrá que luchar
contra la estigmatización del “enemigo de clase”, el cual persistirá en sus
intentos de retrotraer la historia.
En el ideario colectivo está
sembrado que las FARC-EP han sido unos luchadores sociales –transformadores-
que obligados por la agresión armada adelantada desde el Estado antes de 1964
se vieron obligados a empuñar las armas a fin de no ser excluídos de la
participación política y a efecto de hacer oír su voz y adelantar sus proyectos
políticos.
Es saludable que en el Acuerdo Definitivo se hayan consignado
iniciativas como “Voces por la Paz” ya que permitirá que sectores populares
excluídos de los círculos de poder puedan acceder a esos círculos y hacer
sentir su presencia a través de la movilización de diferentes formas, así esos
sectores sean o no farianos.
Desde luego que no todo está ganado. Si algo nos ha enseñado la
experiencia es que a las élites en el poder hay que arrancarles las
reivindicaciones populares por la fuerza de la acción de las masas. Recordemos
que lo que hoy vamos logrando no es producto de la buena voluntad del gobierno,
sino que ello fue conseguido por el accionar de las FARC-EP que obligó al
gobierno a sentarse en la Mesa de La Habana y por el accionar de todo el pueblo.
Hoy se puede decir que haber sido fariano ha sido una experiencia
gratificante, así no todos hayamos sido lo suficientemente valientes para haber
sido un guerrillero de las FARC-EP, y muchos preferimos el exilio a una vida
entregado al régimen que ha sido responsable –y continua siéndolo- de más del
80% de muertos en Colombia, por acción y por omisión.
Hoy se está escribiendo un capítulo en la historia de Colombia. Llámese como
se llame el Nuevo Partido en el cual se transformen las FARC-EP en la historia
del Nuevo Partido siempre gravitará su génesis. Los verdaderos actores de la
historia son los guerrilleros de las FARC-EP, por el lado popular, y los
miembros del gobierno de JM Santos, por el lado oligárquico. Esperamos que este capítulo de la historia llegue a
feliz puerto.
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